Los informes de los bancos de la UE sobre los activos ponderados por riesgo (RWA) estandarizados y plenamente implantados en virtud del CRR3 (Reglamento sobre Requisitos de Capital III) tras la finalización de Basilea III muestran una variación significativa en el impacto sobre el ratio CET1: desde cero hasta 367 puntos básicos. Se espera que los bancos tengan tiempo para adaptarse.
“Los grandes bancos europeos mantienen colchones de capital adecuados sobre requerimientos regulatorios, tienen capacidad para generar beneficios no distribuidos y han adoptado diversas estrategias de mitigación de riesgos”, afirma Magnus T. Rising, analista del equipo de instituciones financieras de Scope.
El mayor impacto en el CET se observa en el grupo Crédit Agricole, aunque, dada la considerable reserva del grupo con respecto a su requisito total de ratio CET, el impacto a nivel de grupo debería absorberse fácilmente, analizan en la entidad. De los bancos de nuestra muestra, solo Deutsche Bank y Nordea no cumplirían sus respectivos requisitos de ratio CET si se aplicaran de la noche a la mañana el nivel mínimo de fondos propios y pasivos y todos los cambios en los enfoques estandarizados. Sin embargo, en escenarios de actividad normal, se espera que ambos bancos sean capaces de generar muy rápidamente los aumentos de capital necesarios a través de los beneficios no distribuidos, la optimización de la cartera y otras medidas.
Gráfico 1: impactos del nivel mínimo de fondos propios y pasivos en virtud del CRR3
Balances estáticos del primer trimestre de 2025 y base del suelo de producción totalmente normalizada
Fuentes: resultados de bancos, Scope Ratings
Propuesta suiza sobre las entidades demasiado grandes para quebrar: un arma de doble filo
Las modificaciones propuestas al régimen suizo sobre las entidades demasiado grandes para quebrar, incluida la deducción total del valor contable de las filiales extranjeras de los bancos suizos de importancia sistémica del capital básico (CET1), tienen por objeto mejorar el margen de maniobra en caso de crisis, incluida la posibilidad de desprenderse de filiales extranjeras sin comprometer la capacidad del banco matriz para cumplir los requisitos de capital. Sin embargo, esto tendrá profundas implicaciones para UBS.
Para que el coeficiente CET1 de UBS alcance el límite inferior del objetivo del 12,5%-13,0%, sería necesario acumular un capital CET1 de 24.000 millones de dólares estadounidenses. Esto limitaría las oportunidades de crecimiento y podría tener repercusiones en el modelo de negocio. La propuesta suiza es severa en comparación con el tratamiento del capital de las filiales financieras de los bancos de la UE y situaría a UBS en una posición aún más desigual, analizan desde Scope Ratings.
“Dicho esto, la propuesta eliminaría el doble apalancamiento y debería evitar que las pérdidas de valoración de las filiales extranjeras afectaran al capital CET1 del banco matriz, al aislar técnicamente la posición de capital regulatorio del grupo de los problemas en el extranjero. Como tal, representaría una importante fortaleza crediticia para UBS en relación con otros grandes grupos bancarios europeos. Sin embargo, a corto y medio plazo, podría haber implicaciones negativas derivadas de un posible debilitamiento de la posición competitiva del grupo, debido al aumento del coste del capital en términos nominales y a unas oportunidades de crecimiento más limitadas”, afirmó Rising.
Retrasos en la FRTB
En la UE y el Reino Unido se han propuesto retrasos en la aplicación de la Revisión Fundamental de la Cartera de Negociación (FRTB) de Basilea III para el riesgo de mercado. La Comisión Europea ha adoptado un acto delegado para posponer la fecha de aplicación un año más, hasta el 1 de enero de 2027.
La Autoridad de Regulación Prudencial del Reino Unido propuso retrasar aún más el enfoque del modelo interno (IMA) definitivo de la FRTB hasta principios de 2028, destacando que el IMA es la parte más relevante de la FRTB para la coordinación transfronteriza, dado el coste y la complejidad de ejecutar diferentes modelos. Otros elementos de la FRTB, incluidos los enfoques alternativos y simplificados estandarizados, se seguirán aplicando el 1 de enero de 2027, junto con otras partes de la finalización de Basilea III.
“Los retrasos de la UE y el Reino Unido en la aplicación de la revisión fundamental de la cartera de negociación (FRTB, por sus siglas en inglés) se debieron a la incertidumbre sobre cómo se aplicaría en otros lugares y a la preocupación por la igualdad de condiciones a nivel internacional”, señaló Rising.
EE.UU. se alinea con Basilea
Los reguladores estadounidenses aún no han adoptado la fase final de Basilea III, a pesar de que inicialmente se había previsto que la implantación gradual comenzara el 1 de julio de 2025. “El énfasis se ha desplazado hacia perspectivas más amplias, que incluyen preocupaciones sobre el crecimiento económico, la complejidad normativa y la capacidad de los bancos estadounidenses para competir a nivel mundial y frente a las entidades financieras no bancaria”, afirmó Rising.
Es probable que la propuesta de EE.UU. se revise de forma significativa y que, muy probablemente, se haga al menos neutra en términos de capital, en lugar de aumentar los requisitos de capital CET1 entre un 16 % y un 19 %, como se preveía en la propuesta original. “Esto no implica necesariamente una menor alineación con las normas de Basilea. Los desacuerdos sobre la propuesta se han centrado en gran medida en la sobreregulación estadounidense de las normas internacionales que imponen mayores requisitos de capital a los bancos estadounidenses”, explicó el experto de Scope Ratings. “De hecho, los acontecimientos apuntan a una posible mayor alineación de Estados Unidos con el marco de Basilea”.
Por ejemplo, los reguladores estadounidenses han propuesto una norma para reducir el requisito de colchón del coeficiente de apalancamiento suplementario mejorado (eSLR) para las G-SIB estadounidenses, lo que alineará sus requisitos de coeficiente con los de Basilea y los de sus homólogos de la UE.