Si hay un concepto que marca la agenda regulatoria en Europa es la simplificación. El proceso para mejorar el cuerpo normativo existente, en beneficio de los mercados de capitales y la economía del continente, ya ha comenzado, con prometedoras propuestas como la normativa SIU. De todo ello se debatió en la mesa titulada “El futuro de los mercados de capitales europeos: descifrando la estrategia SIU”, en el marco del primer Funds Society Leaders Summit celebrado recientemente en Madrid. En la mesa de debate, moderada por Zaira Melero, CFA EU Steering Committee Chair, Head of Transformation COO SCIB, en Santander CIB, los expertos se debatieron entre el optimismo y la cautela.
Entre los primeros, Leovigildo Domene, socio de Servicios Legales y Regulatorio del Sector Financiero en KPMG Abogados, apeló a la reflexión para trabajar en pro de la transparencia y la simplicidad, aunque no de la desregulación, mostrándose optimista con todo lo que puede hacerse en Europa. “No podemos esperar que haya desregulación, la regulación existirá y SIU ha de entenderse no como una complejidad añadida, sino como una oportunidad para poner orden en lo que ya tenemos, para que las cosas funcionen y se abran los mercados al minorista, de la mano de la fiscalidad pero también optimizando procesos, como con el onboarding digital y con transparencia que genere confianza… hay que ir a la sala de máquinas, ver lo que encarece la puesta de producto en la calle, dónde existen fricciones y rigideces, y hacer los procesos lo más sencillos posible. Hay que mirar al negocio: el cumplimiento no es una ventanilla final. Y hay que preparar al minorista, dando un giro cultural. Se trata de agudizar el ingenio, pues una mayor sofisticación no tiene que traducirse en una mayor rentabilidad: se pueden hacer productos sencillos y que funcionen y la SIU cuenta con palancas y envoltorios para ello”, defendió.
Virginia Arizmendi, directora de Regulación y Public Policy de Inverco, recordó algunas iniciativas que ya están sobre la mesa en pro de la simplificación. “Es la primera vez que la Comisión Europea pone en el centro la competitividad y de la mano la simplificación, incluso con informes previos a la SIU, con los costes para las entidades por cargas administrativas como clave. En la última consulta europea de abril sobre la fragmentación de los mercados, hace un análisis exhaustivo sobre las ineficiencias que vienen de la propia normativa europea (con temas como la revisión de UCITS y FIAS, un pasaporte que funciona relativamente bien aunque con margen de mejora), o el gold plating, que analiza los requisitos adicionales que los estados ponen a parte de las directivas, por ejemplo en temas de reporting”, mencionó.
La experta hizo un llamamiento adicional y pidió una armonización supervisora: “Cada país tiene criterios interpretativos de la norma diferentes que añaden una capa de complejidad y por eso ahora se aboga por una supervisión más armonizada. A finales de año ESMA sacará un informe sobre cómo armonizar la supervisión, para que sus criterios sean más convergentes y uniformes”. En este sentido, con respecto a la carga de reporting a los supervisores que tienen que tienen que afrontar las entidades, se está estudiando la creación de formatos estándar para cumplir con las normativas e incluso implantar una ventanilla única. En el segundo trimestre de 2026 habrá un informe al respecto. «Hay que simplificar la experiencia inversora, los plazos, los tests y la sobrecarga de información que se da al cliente”, añadió, y recordó que en este sentido hay sobre la mesa varias consultas en el ámbito de RIS.
Escéptico se mostró Jorge Ferrer Barreiro, socio cofundador de finReg360, más confiado en el potencial tecnológico que en la regulación venidera: “La simplificación normativa es necesaria y constituye una palanca que puede ayudar al sector financiero, siempre que avancemos hacia normas más adaptadas a la realidad, pero la verdad es que la regulación va por detrás de las entidades, y las entidades por detrás de los cambios. Es difícil esperar que el regulador sea el más rápido, teniendo también en cuenta que en Europa se regula para 27 países. Confío más en el impulso que nos traerán las nuevas tecnologías y la digitalización que en los cambios normativos que están por venir”, aseguró.
SIU: un proyecto en ciernes
Al analizar más en concreto la SIU, Ferrer hizo hincapié en la importancia del desarrollo de la unión fiscal para tener éxito en el proyecto: “Europa debe avanzar en una unión fiscal y contar con procesos normativos en el que haya una interlocución más abierta con el sector y evaluaciones serias de impacto”.
Sobre los vehículos que pueden ayudar a impulsar la unión del ahorro y la inversión, los expertos hablaron de la utilización de los formatos ya existentes, haciendo también hincapié en el potencial de los ELTIFs. “Tenemos una industria muy potente y no hablaría de nuevos formatos sino de usar los que ya tenemos, productos UCITS con gran liquidez, ETFs, FIL…, que pueden canalizar el ahorro minorista hacia le economía real. Hay que analizar qué hacer para hacerlos accesibles”, dijo el experto de KPMG. Como ejemplo, mencionó la segunda oportunidad que se ha dado a los ELTIFs y su potencial de desarrollo, reivindicando una mejor fiscalidad: “Luxemburgo tiene algo más de 80 y aquí en España hay 8, la diferencia es brutal. Las entidades hacen grandes esfuerzos debido a la capa normativa que al final se traduce en mayor complejidad. Con SIU habría que permitir un envoltorio sencillo para empaquetar productos. Tenemos una industria potente y robusta en productos, capacidades… solo nos falta un lenguaje sencillo, que el minorista no se preocupe de la letra pequeña… y una buena fiscalidad”, defendió. Y resumió: “Tenemos productos potentes pero lo que no funciona es la fiscalidad, falta una fiscalidad eficiente. La SIU debe tener esa capacidad de generar buenos envoltorios y luego la fiscalidad debe ser armonizada y eficiente. Tenemos un supervisor accesible al diálogo, soy optimista”.
Jesús Ruiz Castañeda, CAIA, CRO, Santander AM, se centró en el potencial de los ELTIFs. “El ELTIF es una de las múltiples vías de acceso que va a tener el cliente retail dentro del mundo del private equity”, comentó. Pero hay retos por delante: “Todavía las entidades financieras tienen problemas para pensar cómo lograr una industrialización de las carteras en banca privada. En private equity, el porcentaje de penetración es muy bajo, y cada entidad ha de pensar qué es eficiente como distribuidor, cómo eficientar ese modelo para lograr que el ELTIF sea exitoso. En España los vehículos de capital riesgo están pensados para un cliente cualificado, de banca privada e institucional y no creo que sea el vehículo idóneo de acceso para el retail. El ELFTIF está más pensado para alcanzar al minorista pero todavía tiene unos inconvenientes para que se industrialice la distribución, no solo la fiscalidad, sino un tema puro del empaquetamiento. En resumen, el ELTIF está llamado a ser la gran estrella pero cada distribuidor tendrá que encontrar el punto óptimo de eficiencia en costes y la forma de escalarlo”.
Y, en ese empaquetamiento, advirtió, la liquidez es un tema clave a vigilar para el minorista. “Un buen diseño será fundamental y no puede quedar al albur de la estrategia si hay avalancha de peticiones, hay que pensarlo como si fuera el balance de un banco. Hay que pensar en herramientas de gestión de la liquidez, en los pockets de la cartera… y transparentarlo bien a los clientes para que genere confianza y no pánico”. En este punto, el experto se mostró prudente con los productos semilíquidos.
Foco en las pensiones
Desde Inverco también pusieron el foco en el desarrollo del sistema de previsión social, incluido en la SIU, y que puede canalizar las inversiones en alternativos: “Los fondos de pensiones, como no tienen que dar suscripciones y reembolsos diarios, se pueden permitir invertir en activos menos líquidos y canalizar el ahorro hacia economía real”, destacó.
La SIU incluye, recordó, “medidas relevantes”, como la idea de que sean los partícipes los que, incluidos automáticamente en los planes, decidan si quieren salir, lo que “supondría un cambio de conducta, obligando al ciudadano a decidir”. También propone modificar los límites de inversiones en capital riesgo y alternativos para que puedan invertir más…, el problema es que en las pensiones, al ser competencia nacional, no son ideas vinculantes. La experta apeló a los “incentivos fiscales, la cuenta ahorro e inversiones o los FILPE”, para el desarrollo del proyecto, pero sobre todo a la implicación de todos. “Las medidas están muy bien pero hay que ver qué hacen los distintos estados, cada uno con su situación parlamentaria. Tenemos dudas sobre cómo se aplicará todo esto en España”, añadió.