MdF Family Partners es una compañía de asesoramiento patrimonial fundada en 2008, que cuenta con la independencia como pilar fundamental. «La independencia radical es el principal signo de nuestro ADN. Significa que todas las decisiones sobre la propuesta de valor a los clientes y la estrategia empresarial tienen como única misión el mejor interés del cliente», explica Daniel de Fernando, Managing Partner, en una entrevista exclusiva con Funds Society.
El experto, que participará en el Funds Society Leaders Summit, que se celebrará el próximo 10 de septiembre en Madrid, explica en qué aspectos se materializa esa independencia: «No tenemos producto propio, devolvemos todo tipo de retrocesión o ventaja de cualquier proveedor a los clientes, nuestro esquema de remuneración no está afectado por nuestras recomendaciones, el asesoramiento es nuestra única y exclusiva actividad y nuestra única fuente de ingresos, elaboramos nuestro propio análisis para no depender de terceros y finalmente tenemos un capital 100% controlado por los ejecutivos y consejeros, de manera que no hay interferencia externa en objetivos comerciales. Nuestra independencia añade valor. Y hay un último dato: los socios fundadores no vamos a vender nunca la compañía. Solo podrán hacerlo los hijos de nuestros nietos. Esto garantiza la independencia absoluta, la ausencia de sesgo y la retención de un talento estable, que es algo que las familias aprecian y mucho más ahora que hay tanto baile de fichajes», explica.
«Cuando empezamos hace casi veinte años nos aseguraban que la gente con elevado patrimonio jamás pagaría por asesoramiento; hoy nos alegramos de ver que ya no resulta tan extraño y de hecho resulta muy valorado»
La entidad lleva casi dos décadas en el mercado, con un balance muy positivo y una propuesta de valor cada vez más apreciada: «Cuando empezamos hace casi veinte años esto sonaba extraño, y muchísima gente (incluidos los grandes financieros) nos aseguraban que la gente con elevado patrimonio jamás pagaría por asesoramiento porque consideran que no lo necesitan y en todo caso es algo gratuito. Hoy nos alegramos de ver cómo es algo que ya no resulta tan extraño y de hecho resulta muy valorado por muchos de ellos. También la regulación ha ido en ese sentido, aunque en este punto he de decir que los legisladores no entienden bien la industria y la normativa es en muchos casos ineficiente, por decir algo suave», explica De Fernando.
MdF Family Partners asesora a más de 150 familias con más de 20.000 millones de dólares bajo supervisión, cuenta con oficinas en Madrid, Barcelona, Nueva York (a través de WE), Miami (WE) y Londres (a través de WREN) y con un equipo de más de 100 profesionales. Pero, a pesar de todo ese alcance, no se marcan objetivos específicos de crecimiento para los próximos años: «No nos marcamos objetivos de crecimiento porque nuestra prioridad es la excelencia en el servicio y como somos nuestros propios dueños nadie nos exige nada, más allá de los clientes. Hemos tenido una trayectoria de crecimiento moderado pero constante en el tiempo, y espero que siga siendo así», explica el socio. Eso sí, reconoce que «la alianza está dispuesta a seguir creciendo en nuevos mercados, pero solo donde encontremos los socios adecuados, como nos sucedió en Reino Unido».
«Desde la alianza estamos siempre abiertos a explorar nuevos mercados donde podamos aportar valor añadido a los clientes, si bien lo más importante serían los nuevos socios. Nuestro negocio es un negocio de personas y ahí no nos podemos confundir. Deben de ser personas con amplia experiencia, de absoluta honestidad y que compartan todos nuestros principios y valores, así como nuestra propuesta de valor», añade.
Asesoramiento global a las familias, con gran potencial y retos
La entidad viene dando un solo servicio a sus clientes: el asesoramiento global a las familias en la gestión integral de su patrimonio. Este asesoramiento para cada familia se concreta en múltiples actividades, explica el experto.
De Fernando se muestra convencido de que la oportunidad para que entidades como la suya sigan creciendo es «excelente y lo seguirá siendo» en España. «La plena independencia, junto a la experiencia y excelencia en un servicio global es sin duda una propuesta muy apreciada y valorada. Desde el inicio pensamos que la cadena de valor de los wealth managers debería romperse en sus diferentes componentes (asesoramiento, gestión, intermediación, custodia y acceso a productos), y los clientes buscar entidades diferentes para cada uno de esos componentes. Esto supone una transformación de la industria, que está solo en su fase inicial. Para todos esos servicios existe una amplia oferta, pero asesores realmente independientes y con capacidad y experiencia no hay tantos, aunque muchos lo pongan en su publicidad», afirma De Fernando.
«La cadena de valor de los wealth managers debería romperse en sus diferentes componentes (asesoramiento, gestión, intermediación, custodia y acceso a productos), y los clientes buscar entidades diferentes para cada uno; esto supone una transformación de la industria, que está solo en su fase inicial. Para todos esos servicios existe una amplia oferta, pero asesores realmente independientes no hay tantos»
En su opinión, también habrá retos que afrontar en el camino: «Vamos a un contexto en el que las rentabilidades reales de todos los activos serán inferiores a lo que han sido durante los últimos quince o veinte años, que son en los que han operado la mayoría de los agentes y clientes, lo que hará el entorno mucho más complicado. Por supuesto será necesario seguir innovando en todos los aspectos y manteniendo talento de la máxima competencia y fuertes valores. Este es el reto en el que creo que estamos al máximo nivel de exigencia. Trabajamos con familias que saben valorarlo».
Sin embargo, la búsqueda de instrumentos menos costosos, como los ETFs, para ganar eficiencia en las carteras en un entorno con márgenes decrecientes, no es algo que tengan que afrontar ahora, puesto que siempre han actuado con una forma de cobro explícito y asesoramiento considerando los costes. «Al no vender nada no necesitamos buscar nuevos productos de mayores márgenes. Desde siempre los EFTs y otros productos análogos han sido parte de nuestras recomendaciones», indica.
Son herramientas con las que buscan la beta, pues el alfa lo encuentran en otros instrumentos: «Y no solo en instrumentos. La búsqueda de alfa es uno de los pilares básicos de nuestra tarea, ya sea en la distribución de activos, en mercados, divisas o en gestores de diferentes activos. La hemos buscado y la hemos encontrado. Por eso hemos crecido gracias al boca a boca», explica.
Y también en los mercados alternativos y privados: «Desde el inicio hemos sido grandes creyentes en los activos privados, aunque su utilización requiere de una gestión de riesgos específica e importante, y no son para todos los clientes ni por supuesto en las mismas cantidades ni proporciones. Los alternativos ilíquidos también juegan un papel, si bien no necesariamente el que le asigna la industria. Para nosotros no son una clase de activo en la que haya que invertir, sino una fuente adicional de rentabilidad y diversificación en nichos y con gestores muy específicos», afirma De Fernando.
Su postura con respecto a la regulación, otro reto, que se está simplificando actualmente, es mixta: «De un lado la regulación nos ha dado la razón: no se puede engañar al cliente o disimular lo que se cobra. Por otro lado, su exceso es un problema. Es sin duda uno de los mayores con los que nos encontramos. Hay una elevada sobre regulación con los costes que conlleva y la atención que requiere, cuando parte de las exigencias son innecesarias, inútiles o constituyen duplicidades».
Un deseo a cinco años
Preguntado por un deseo para la industria en los próximos cinco años, De Fernando habla de transparencia y critica falsedades: «Me gustaría que fuera una industria de gran desarrollo, especializada y con mucha más transparencia. Vemos muchos agentes que utilizan términos amables, como “family offices” para vender productos. Vemos también a entidades supuestamente independientes calificándose de tales, cuando es evidente que no lo son. También a gente sin escrúpulos que se intenta aprovechar del dinero de otros», advierte.