SpainNAB, el consejo asesor para la inversión de impacto anunció las primeras 23 adhesiones a su Código de Buenas Prácticas, manifestando así el esfuerzo de la entidad en establecer un estándar para el sector, fomentando la armonización entre los actores y participantes del mercado en España y en Europa.
En un evento celebrado el 24 de septiembre en el Campus Arrupe-U.P. Comillas, Madrid, la asociación dio un paso más en su propósito de impulsar la inversión de impacto y asegurar la integridad del mercado, con la presentación de los primeros productos de inversión adheridos a su Código de Buenas Prácticas.
“La adhesión de estos primeros productos al Código de Buenas Prácticas de inversión de impacto refuerza nuestro compromiso de dar visibilidad a los financiadores que apoyan a empresas y entidades sociales y ambientales que generan impacto positivo. Con ello buscamos seguir facilitando las conexiones entre los actores de la economía de impacto”, afirmó durante su intervención Mercedes Valcárcel, CEO de SpainNAB.
En su sexto aniversario tras su creación, SpainNAB ha mantenido el foco en potenciar un nuevo modelo económico que oriente mayores flujos de inversión hacia retos sociales y medioambientales desatendidos, trabajando por una mejor regulación, transparencia apostando por la clara distinción de la inversión y financiación de impacto, de otras estrategias de financiación sostenible para garantizar la integridad y armonización del sector.
Compromiso de actores clave del sector público
Desde que se unió a la red global del GSG Impact en 2019, SpainNAB ha contado con el apoyo de inversores institucionales del sector público en su desafío de fortalecer y ampliar la inversión de impacto.
En este contexto, SpainNAB celebrará su evento VI Camino al Impacto el próximo 8 de octubre en Caixaforum, Madrid, donde contará con la presencia de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz. En la cita, se visibilizarán proyectos y compañías que ya están haciendo una realidad de la economía de impacto.
“El Código de Buenas Prácticas para la Inversión de Impacto impulsado por SpainNAB es una formidable iniciativa para favorecer que el crecimiento de la inversión de impacto en España se produzca en torno a unos principios compartidos”, dijo Miguel Tiana, director general de COFIDES, que participa como entidad inversora en varios de los instrumentos adheridos al Código.
Además, AXIS, la gestora de capital riesgo del ICO, ha movilizado ya alrededor de 600 millones de euros en colaboración público-privada, dando muestra de su papel clave para afianzar una industria de inversión de impacto sólida, a través de la pionera Iniciativa de Impacto Social y Sostenibilidad.
“En el marco de esta Iniciativa, hemos suscrito ya compromisos por importe de casi 70 millones de euros a través de la participación en 9 fondos, que han permitido financiar 109 proyectos de inversión en sectores como sanidad, educación, energía y medio ambiente, y construcción sostenible, entre otros,” dijo Guillermo Jiménez, director general de Axis.
Colaboración y apoyo del regulador
Antonio Ortiz, subdirector adjunto de Finanzas Sostenible y Digitales del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, destacó el papel fundamental que el Código ya desempeña en la inversión de impacto: “Un enfoque gradual, apoyado en marcos voluntarios como este Código de Buenas Prácticas, ayuda a reforzar la transparencia y permite evaluar la necesidad de regular”, añadió.
Así, la cita contó con la participación del regulador y supervisor, para analizar el progreso en esta materia y el compromiso de las partes en avanzar desde todos los frentes.
David de Miguel Rato, subdirector de Políticas y Finanzas Sostenibles de la Comisión Nacional del Mercados de Valores, que participó en el panel de regulación e innovación financiera, puso al Código de Buenas Prácticas como ejemplo de engranaje fundamental para la harmonización en el sector.
“Según la Teoría de Gaia, la vida no solo habita la Tierra, sino que contribuye activamente a mantenerla habitable; esto nos recuerda que los sistemas complejos, ya sean ecológicos o humanos, prosperan mejor cuando existen mecanismos internos de autorregulación que preserven el equilibrio,” dijo De Miguel.