Pese a los altibajos de los últimos años en los mercados globales, la industria de fondos en México ha registrado una fuerte demanda por parte de un cliente que no suele estar al centro de las miradas de la industria financiera: el inversionista retail. Y es que el mercado local de vehículos de inversión reporta un crecimiento explosivo en el número de clientes, con la apertura de millones de cuentas en tan sólo un par de años.
Las cifras que dan cuenta del fenómeno son contundentes. Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB) arrojan que el número de clientes de las gestoras locales pasó de 4,5 millones al finalizar 2022 a 11,6 millones al cierre de 2024. Esto quiere decir que los inversionistas individuales se más que duplicaron, sumando 7,1 millones de cuentas en sólo dos años.
La tendencia, de paso, no parece ser un boom temporal. O al menos algo que se esté deteniendo. Al cierre del primer trimestre de este año, el saldo de cuentas llegó a 12,8 millones, con un crecimiento interanual de 79%.
Además, los activos gestionados alcanzaron los 219.857 millones de dólares en marzo, según las cifras gremiales, lo que consolida al sector como el tercero más importante dentro del pilar del mercado financiero mexicano. Con todo, el ahorro nacional equivale al 12,7% del PIB del país latinoamericano, superado sólo por la banca (27%) y las Afores (21%).
Los actores de la industria misma están viendo el auge en sus propias oficinas. En GBM Fondos de Inversión, las cuentas han superado los 15 millones. “Apenas en el año 2018, las casas de bolsa del país, en conjunto, teníamos 229.000 cuentas. Hoy día, nosotros solamente abrimos 229.000 cuentas cada tres semanas. Eso refleja el interés de los inversionistas para invertir su patrimonio en opciones más rentables, como necesidad básica”, relata Fernando Ramos, CFO de la gestora, en conversación con Funds Society.
¿Qué está detrás de este fenómeno? Distintos actores de la plaza local señalan a una combinación de factores, incluyendo dinámicas macroeconómicas, la oferta de la industria, la llegada de nuevas generaciones de inversionistas y la tecnología.
Tasas de interés e inciativas económicas
Entre una variedad de factores económicos locales –incluyendo la consolidación de la economía mexicana, la relativa estabilidad en su relación comercial con la mayor potencia global, EE.UU., y su “bono demográfico”–, los profesionales apuntan transversalmente a las tasas de interés.
“Con tasas de interés nominales que en años recientes llegaron has ta niveles de 11%, y de hasta 6,5% en términos reales, los inversionistas mexicanos percibieron que había otros vehículos de inversión no tradicionales que podrían ofrecer este tipo de rendimientos con la misma seguridad que ofrecía la banca”, explica Jorge Gordillo Arias, director de análisis en CI Banco. Eso sí, recalca, esto no significa que los bancos están perdiendo clientes, sino que la inversión se está diversificando en el mercado mexicano.
A esto se suman los fundamentos de la economía e iniciativas gubernamentales que han apoyado la dinámica, “El incremento de las tasas nominales y reales detonó un apetito por las inversiones en México”, asegura Gabriela Siller Pagaza, jefa de análisis en Banco Base, pero “también debemos reconocer que los gobiernos han hecho su parte desde hace un tiempo”.
En particular, la profesional apunta a programas como Cetes Directo (creado en 2010), que ofrece rendimientos similares a la de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) –el principal papel de inversión ofrecido por el gobierno mexicano–, sin necesidad de intermediarios que reduzcan los rendimientos. “Eso, junto con beneficios de hasta 11% anual en los años recientes, les abrió el apetito a los inversionistas del país. Sobre todo porque el efecto del interés compuesto, que no permiten las inversiones tradicionales, hace de los fondos de inversión un verdadero imán para los capitales de todos los tamaños”, explica.
Avances en la industria local
A nivel de las compañías, se han visto algunas tendencias que favorecen la llegada de inversionistas retail. Dentro de los factores que explican su auge en México, el director general de Operadora Valmex de Fondos de Inversión, Roberto Cano, apunta a la multicanalidad, especialmente la atención a través de canales digitales.
Esto ha propiciado que el cliente llegue de manera más sencilla y fácil a contratar una cuenta y poder realizar operaciones desde su teléfono móvil. Este fenómeno es de larga data, pero se detonó en estos años, según el profesional.
Por el lado de la oferta, Cano también recalca que las personas en el país latinoamericano están más informados respecto a las opciones de inversión. Para esto, en la industria apalancan las ventajas que ofrecen los fondos frente a los depósitos a plazo. Éstos, explica, “ofrecen una tasa fija, no puedes sacar tu dinero durante un plazo, te venden cantidad de cosas colaterales que no tienen que ver con la inversión y no se traducen verdaderamente en una asesoría, que te indique como individuo dónde te conviene invertir y diversificar”.
De todos modos, el alto ejecutivo de Valmex enfatiza en que la concentración es un tema relevante en la industria mexicana. Casi el 75% del volumen está en fondos de deuda o renta fija y el otro 25% está en fondos de acciones. Eso sí, agrega, es una cifra que ha mejorado: hace un tiempo era 90% en renta fija y 10% en renta variable.
Asesores financieros: una pieza clave para impulsar al segmento retail en México
Las circunstancias de mercado y de la industria financiera han favorecido el auge de los inversionistas individuales en México, pero los profesionales de la plaza apuntan a una pieza clave para su futuro desarrollo: los asesores financieros. “Para que México sea un país de inversionistas también tiene que ser un país de asesores”, comenta Fernando Ramos, CFO de GBM Fondos de Inversión, a Funds Society.
En la casa de inversiones han ido aumentando su propia nómina de asesores de forma relevante. De los 50 profesionales que tenían hace unos años, en 2018, pasaron a los poco más de 350 con los que cuentan a nivel nacional actualmente.
“Eso es apenas el inicio. Por ejemplo, en la industria de seguros del país hay más de 60.000 asesores, mientras que existen solamente alrededor de 9.000 personas con figura 3 avalada por la reglamentación, que es la figura que permite dar asesoría de inversión”, comenta el profesional.
Dado el tamaño de la población de la segunda mayor economía de la región y las necesidades que han identificado, en GBM estiman que “deberíamos de aspirar a que existan 70.000 asesores de inversión para poder cubrir la demanda del mercado”.
Desde Operadora Valmex de Fondos de Inversión, el director general Roberto Cano concuerda en la importancia del rol de los asesores, considerando que ve un alto potencial de crecimiento en el mercado patrimonial mexicano.
“Es muy importante, porque los estudios y la experiencia nos demuestran que los clientes patrimoniales necesitan la asesoría adecuada y el producto ideal para cumplir con sus objetivos de vida”, recalca. El gran público inversionista local ya tiene la práctica de invertir, agrega, “pero falta catapultarlo hacia cómo debe de invertir y ser asesorado correctamente o los productos que mejor se adapten a sus necesidades”.
En esa línea, el ejecutivo identifica una brecha de oportunidad respecto a las certificaciones que hacen los asesores. Actualmente, explica, hay tres figuras distintas para los asesores: la figura 1 está destinada a personas que se dedican exclusivamente a asesorar fondos de inversión; la figura 2 combina el asesoramiento con otras clases de activos; y la figura 3, la más completa, que permite asesorar a clientes en una amplia gama de activos –bonos y acciones, entre otros– y productos financieros.
Este artículo fue publicado en la pagina 33 de la revista Número 43 de Funds Society Américas. Para acceder a la revista, haz click aquí!