A pesar de los incentivos y productos que ofrecen las compañías gestoras de activos, los fondos de pensiones brasileños invierten solo el 1,1% de sus activos totales en el extranjero, lejos del límite actual del 10% permitido por las Resoluciones CMN 4.994/2022 y 5.202/2025, ambas del Consejo Monetario Nacional, que rigen las inversiones de las entidades de pensiones cerradas.
La situación actual de las inversiones en el extranjero de los fondos de pensiones fue destacada por los gestores de activos en el XIV Seminario de Gestión de Inversiones de la EFPC, organizado por la Asociación Brasileña de Entidades de Previsión Complementaria Cerradas (Abrapp) los días 28 y 29 de mayo en Sao Paulo.
Los datos citados por los gestores provienen de la propia Abrapp, que, en su Consolidación Estadística del sector, muestra que los fondos de pensiones invirtieron 13.260 millones de reales en activos en el extranjero (unos 2.334 millones de dólares), de un patrimonio total de 1,19 billones de reales (unos 209.543 millones de dólares), con cifras a diciembre de 2024.
George Kerr, socio y director de distribución de Vinci Compass, presentó una impactante comparación de los mercados chileno y brasileño. En el país andino, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) destinan más del 40% de sus activos al extranjero, mientras que en Brasil, este porcentaje es de tan solo el 1,1%. Comenzó respondiendo a la pregunta de por qué invertir en el extranjero si el CDI es tan alto. Y explicó que se trata de una cuestión de diversificación tanto en divisas como en sectores.
El mayor riesgo no proviene de incorporar activos en dólares u otras divisas. El principal riesgo es mantener la concentración únicamente en reales. También recordó la devaluación del real del año pasado, que tuvo un gran impacto en las carteras que estaban totalmente concentradas en activos nacionales. También destacó que existe un riesgo significativo en los bonos soberanos, que proviene precisamente de la concentración en moneda local.
George Kerr demostró que Brasil representa solo el 2% del capital del mercado global. La concentración en activos nacionales significa que ya no se invierte en numerosas acciones y activos globales. «Deberíamos pensar no en cuándo aumentar nuestra asignación en el extranjero, sino en cuánto aumentar nuestra asignación internacional», afirmó.
Michel Cukierman, socio y director de soluciones globales de Vinci Compass, también reiteró que las inversiones en el extranjero representan una herramienta para reducir la volatilidad de la cartera. Explicó las ventajas de mantener una cartera equilibrada con diferentes divisas. También destacó la importancia de equilibrar la renta variable y la renta fija internacional.
Concentración en el sector financiero
Por su lado, Stefano del Papa, director de Latinoamérica en Azimut Group, se unió a los argumentos a favor de la diversificación internacional al explicar que la concentración de activos bursátiles nacionales termina dejando fuera a sectores atractivos como el tecnológico.
El financista demostró que el mercado brasileño está concentrado en activos del sector financiero, mientras que carece de acciones y bonos de empresas del sector tecnológico. El gestor de Azimut argumentó, por tanto, que la diversificación internacional promueve la reducción del riesgo de cartera para los inversores brasileños. Destacó también que la situación actual de los activos en el extranjero presenta importantes oportunidades en renta fija, que ofrece diferenciales atractivos en varios mercados del mundo. Predice que las ganancias en renta fija internacional pueden generar rentabilidades comparables o incluso superiores a las de la renta variable, a la vez que ofrecen mayor protección a las carteras.
El especialista de Azimut también abordó el cambio en la situación geopolítica mundial provocado por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y el impacto de su política arancelaria. Afirmó que Estados Unidos sigue siendo un referente para la economía mundial, pero que las oportunidades están comenzando a trasladarse a otros mercados, como Europa, que está saliendo de un estancamiento. Mencionó, por ejemplo, las grandes inversiones de Alemania en infraestructura que han generado un nuevo ciclo de crecimiento económico para ese país. También indicó que existen atractivas oportunidades para la asignación de renta fija en el mercado europeo.
Crédito privado en Latinoamérica
Una alternativa de inversión en el extranjero a la que no acceden ampliamente los fondos de pensiones brasileños y otros inversores nacionales es el crédito privado de empresas latinoamericanas. Marcelo Peixoto, gerente de crédito privado de Trígono, presentó las ventajas de invertir en bonos corporativos latinoamericanos, que han registrado un rendimiento significativo en los últimos 10 años, superado solo por el mercado bursátil estadounidense.
Más importante que la rentabilidad, mencionó las características de los bonos, que también ayudan a diversificar el riesgo de las carteras de los inversores nacionales. Analizando la matriz de correlación, mostró la ventaja del crédito privado en Latinoamérica para diversificar riesgos y divisas. El gerente recomendó el crédito en dólares para empresas latinoamericanas, ya que ofrece oportunidades.
Factores de rentabilidad positivos, además de la reducción del riesgo
El gestor de Trígono demostró que los bonos de mercados emergentes representan 2,5 billones de dólares en activos y que Latinoamérica representa el 25% de este mercado. Otro punto positivo es la alta liquidez de este segmento, que alcanza un promedio de 3.000 millones de dólares negociados diariamente. El mercado latinoamericano representa el 70% de la negociación de bonos de mercados emergentes. Cabe destacar que solo el 3% de los inversores en bonos corporativos latinoamericanos son latinoamericanos. La gran mayoría de estos inversores son estadounidenses y europeos.
La reducción del riesgo es posible gracias a que las calificaciones de los títulos de deuda de las empresas se benefician del grado de inversión de países como México, Chile y Perú. Si bien tienen una calificación superior a la de Brasil, los títulos de empresas de esos países pagan primas más altas que el crédito privado de empresas brasileñas emitido en el mercado nacional. A pesar de los bajos diferenciales de los activos crediticios latinoamericanos, las primas siguen siendo atractivas y el riesgo de impago ha disminuido año tras año.
Se trata de un mercado de gran tamaño y profundidad que ha atraído cada vez más la atención de inversores estadounidenses, europeos y asiáticos. Además, tiene la ventaja de ser la región menos afectada por la política arancelaria del gobierno de Donald Trump.