Desde 2022, los inversores se han enfrentado a acontecimientos geopolíticos sin precedentes y a la volatilidad de los mercados. La disparidad de la valoración de los activos es generalizada y ha puesto en primer plano la Asignación Dinámica de Activos (DAA), una estrategia que consiste en ajustar periódicamente la composición de los activos de una cartera. Según un nuevo informe de CREATE-Research y Amundi, gestora de activos de Europa, la DAA está ganando terreno frente a la Asignación Estratégica de Activos (SAA), que se basa en ponderaciones fijas para las diferentes clases de activos en horizontes temporales más largos.
La encuesta se basa en las respuestas de 158 planes de pensiones de todo el mundo, que gestionan 2,9 billones de euros en activos. Arroja luz sobre las fuerzas impulsoras que hay detrás del aumento del uso de la DAA, los enfoques que probablemente se implementarán y los nuevos criterios de selección a la hora de elegir gestores de activos externos.
«La encuesta de este año reveló que los inversores de pensiones han entrado en un nuevo sistema de desorden controlado. Las carteras están potencialmente expuestas a oportunidades y amenazas, en un momento en el que las innovaciones que mejoran la productividad también están creando ganadores y perdedores», ha afirmado Monica Defend, directora del Amundi Investment Institute.
El entorno cambiante impulsará la adopción de la DAA
Los encuestados consideran que el DAA es una respuesta pragmática a los cambios macrofinancieros y las nuevas condiciones del mercado. Entre los principales factores que favorecen la DAA se encuentran la incertidumbre causada por las últimas políticas estadounidenses (83%), el temor a que el aumento de las tensiones comerciales reavive la inflación (62%) y la preocupación de que el aumento de la deuda pública impulse al alza los tipos de interés y perjudique el crecimiento (56%).
De cara al futuro, el 84% de los encuestados prevé que las perspectivas del mercado elevarán el papel de la DAA, y el 75 % espera implementarla en los próximos tres años.
Sin embargo, no se tratará de una elección entre la DAA y la SAA, ya que ambos enfoques se complementan entre sí. Según uno de los entrevistados, «el papel del DAA es proporcionar un equilibrio en la cartera en regímenes de alta volatilidad y no sustituir al SAA».
Minimizar el riesgo frente a maximizar el rendimiento
El 73% de los encuestados utiliza ahora la DAA, en mayor o menor medida, para alcanzar sus objetivos de inversión. Más de la mitad (63%) afirmó que había cumplido sus expectativas, aunque el 37% indicó lo contrario.
Las expectativas se centran más en la protección frente a las caídas que en el rendimiento al alza, y el 58% cita la minimización del riesgo como objetivo principal. Así lo refleja uno de los entrevistados: «dado que los precios de mercado se han desvinculado del valor real, nuestra prioridad es la protección frente a las caídas».
En cuanto a las ventajas, los principales objetivos son mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo (39%), maximizar el rendimiento al alza (34%) y aprovechar los desajustes temporales en los precios de los mercados (30%). Los ajustes en la asignación de activos son fundamentales para ayudar a mitigar los riesgos de inflación.
Los activos de mercados desarrollados ganan peso en la DAA
Los encuestados planean implementar la DAA a través de una variedad de estilos. Dentro de la cartera core, los estilos más populares son la inversión por factores de riesgo (58%) y los fondos pasivos (53%). Para los activos satélite, el uso de overlays de derivados será clave para más de la mitad (57%), principalmente para reducir costes y buscar exposiciones oportunistas.
En lo que respecta a clases de activos, el 52% considera que las acciones de mercados desarrollados gestionadas de forma activa son las más adecuadas para la DAA, seguidas de la renta variable pasiva de mercados desarrollados (42%).
Dentro de los mercados desarrollados, es probable que se prefieran los activos europeos y japoneses debido a su infravaloración, mayor liquidez y menor volatilidad. Por el contrario, los mercados emergentes generan más cautela ante posibles trampas de valor.
El interés por activos alternativos es moderado: solo el 24% se muestra a favor de los mercados secundarios privados, lo que refleja la dificultad de adaptar estrategias de “comprar y mantener” a la DAA.
Amin Rajan, director de proyectos de CREATE-Research, afirmó: «La asignación estratégica de activos está cada vez más expuesta a las fluctuaciones que afectan a los planes de pensiones».
Criterios más exigentes para los gestores externos
Los encuestados se están volviendo más exigentes con los gestores de activos externos a medida que adoptan la DAA. La inversión dinámica añade una capa adicional de riesgo activo en un entorno ya complejo.
Los gestores están evolucionando de proveedores a socios estratégicos. Esto exige criterios de selección más estrictos, centrados en la orientación al cliente, la conducta empresarial y la experiencia en inversiones. Destacan el conocimiento del perfil de riesgo del cliente (58%), contar con equipos especializados en inversión dinámica (55%) y el acceso a modelos y tecnología avanzados (54%).
«Los gestores de activos deben asumir el papel fundamental que desempeñan y no confiar en el éxito de mandatos anteriores», concluyó Vincent Mortier, Director de Inversiones del Grupo Amundi.



