Europa, EE.UU. y Latinoamérica son regiones potentes en la industria de gestión de activos, pero más allá de estas geografías hay un territorio que destaca por su rápido crecimiento: Arabia Saudí. Se calcula que los activos bajo gestión superaron el umbral del 1 billón de riyales saudíes -aproximadamente 266.000 millones de dólares estadounidenses-, en 2024, impulsados por un crecimiento interanual del 20%.
Según explica Samira Farzad, directora de Desarrollo de Negocio en HF Quarters, esta industria está atravesando un periodo de expansión significativa, consolidando su estatus como el mercado más grande y dinámico dentro de la región del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). De hecho, se prevé que los activos bajo gestión puedan superar los 1,3 billones de riyales saudíes (350.000 millones de dólares) para 2026. Esta trayectoria de crecimiento está siendo sustancialmente impulsada por la ambiciosa estrategia de diversificación económica Visión 2030 del Reino, que busca reducir la histórica dependencia de los ingresos del petróleo mediante el desarrollo de sectores no petroleros, junto con el apoyo del Programa de Desarrollo del Sector Financiero.
Según la visión de Farzad, aunque el panorama actual está dominado por gestores de activos nacionales vinculados a bancos, que controlan una parte significativa del patrimonio en fondos y de los ingresos del sector, el entorno competitivo está creciendo con la incorporación de firmas internacionales de renombre, como BlackRock y Goldman Sachs, atraídas por el considerable potencial del mercado saudí.
“El Fondo de Inversión Pública (PIF), fondo soberano del país con un objetivo de alcanzar 2 billones de dólares en activos para 2030, actúa tanto como asignador clave de capital para la industria como un potente inversor directo que da forma a la economía nacional mediante mega proyectos a gran escala como, por ejemplo, NEOM”, señala esta experta.
En el frente de la inversión, varias tendencias clave están transformando activamente las estrategias. “Se observa un cambio notable más allá de las inversiones tradicionales hacia activos alternativos, como capital privado, capital de riesgo y crédito privado, que complementan las ya consolidadas carteras de bienes raíces y acciones. La demanda de productos conformes con la Sharía sigue siendo una característica fundamental del mercado, influyendo en el desarrollo de productos y en los criterios de selección de activos”, añade Farzad.
Otra tendencia clave son las consideraciones ESG, que están ganando rápidamente relevancia, impulsadas tanto por las preferencias de los inversores globales como por prioridades estratégicas nacionales encarnadas en iniciativas como la Iniciativa Verde Saudí.
“De cara al futuro, las reformas regulatorias proactivas y las mejoras en la infraestructura del mercado, lideradas por la Autoridad del Mercado de Capitales (CMA) tienen como objetivo fomentar un entorno más sólido, eficiente y amigable para el inversor, lo que respaldará el crecimiento continuo del sector”, concluye la directora de Desarrollo de Negocio en HF Quarters.