El nuevo informe de New Financial, un think tank europeo, elaborado en colaboración con Fidelity International, considera que hay una gran oportunidad para transformar el panorama financiero de la UE y desbloquear hasta 4,8 billones de euros en capital a largo plazo en los próximos 10 años. Según el documento, el punto de partida es claro: las reservas de capital a largo plazo de la UE, que actualmente ascienden al 239% del PIB, son significativamente menores que las de Estados Unidos y el Reino Unido.
Su principal conclusión es que solo unos pocos Estados miembros de la UE ofrecen actualmente cuentas de ahorro e inversión específicas y se basa en un análisis comparativo de 25 marcos mundiales para determinar los factores que contribuyen a su éxito. Entre ellos, la cuenta ISK de Suecia destaca como modelo de éxito, con activos equivalentes al 29% del PIB sueco sólo una década después de su lanzamiento. «Este éxito se atribuye a la sencillez, flexibilidad y claros incentivos fiscales de la cuenta», explican. El informe calcula que si se adoptaran cuentas similares en toda la UE y su adopción fuera similar a la de las más exitosas de la muestra del informe, podrían atraer entre 1,5 y 4,8 billones de euros en inversiones durante la próxima década.
Guía para la reforma
El informe esboza 10 recomendaciones para diseñar cuentas de ahorro e inversión eficaces, entre ellas la simplicidad (garantizar que las cuentas sean fáciles de abrir, gestionar y entender, con informes fiscales automatizados y amplias opciones de inversión), incentivos fiscales atractivos (ofrecer ventajas fiscales claras y equitativas para fomentar la participación), límites máximos de depósito elevados o inexistentes (evitar límites restrictivos que puedan disuadir de realizar inversiones significativas), sin restricciones de retirada (esto genera confianza y flexibilidad, lo que permitie a los ahorradores acceder a los fondos sin penalizaciones), y la transparencia sobre la inversión europea (fomentar, pero no imponer, la inversión en activos de la UE para apoyar la economía en general). Por último, se pide campañas de concienciación pública, cuentas de inversión para jóvenes para fomentar la educación financiera temprana y limitar los cambios para generar confianza.
En opinión de Christian Staub, director de EMEA y Propuestas Globales para Clientes de Fidelity International, este informe subraya la urgente necesidad de marcos de ahorro innovadores que capaciten a las personas y refuercen el futuro financiero de Europa. «Los resultados muestran que con un diseño adecuado -sencillo, flexible y apoyado por incentivos fiscales inteligentes- las cuentas de ahorro pueden convertirse en una poderosa herramienta tanto para la seguridad financiera personal como para el crecimiento económico. Estamos orgullosos de apoyar esta iniciativa y su llamamiento a reformas audaces y prácticas que puedan tener un impacto real en toda la UE», afirma Staub.
Por su parte, Maximilian Bierbaum, director de Investigación de New Financial y principal autor del informe, destaca que los europeos son grandes ahorradores, pero no siempre grandes inversores. «Demasiado capital está ocioso en efectivo, erosionando su valor y perdiendo la oportunidad de apoyar la prosperidad a largo plazo. Este informe demuestra que, con las herramientas políticas adecuadas, podemos cambiar esta situación. El ISK en Suecia, la TFSA en Canadá y la ISA en el Reino Unido demuestran cómo unas cuentas bien diseñadas pueden cambiar el comportamiento a gran escala. Nuestro plan ofrece a los responsables políticos de la UE una vía práctica para liberar este potencial», apunta.
Sobre el documento
El informe, titulado Designing Savings and Investment Accounts in the EU (Diseño de cuentas de ahorro e inversión en la UE), se basa en las mejores prácticas internacionales para ofrecer un plan de 10 puntos a los responsables políticos de toda la UE. El documento se publica en un momento en que la Comisión Europea avanza en su estrategia de «Unión del Ahorro y la Inversión» (UIA), cuyo objetivo es animar a los hogares a desviar fondos de los depósitos en efectivo de bajo rendimiento hacia inversiones a largo plazo más productivas, y coincide con el anuncio de una etiqueta «Finance Europe» para los productos de ahorro cuyo objetivo es canalizar más ahorro hacia la economía del continente. La UE tenía casi 11 billones de euros en efectivo en 2023. El informe sostiene que incluso cambios pequeños en el comportamiento del ahorro podrían tener un impacto económico significativo.