El Banco Central Europeo (BCE) celebra mañana su última reunión del año sin expectativas de cambios en los tipos oficiales. Tras haber realizado cuatro rebajas en la primera mitad de 2025, la institución monetaria europea lleva sin anunciar nuevos recortes desde junio, ya que la inflación parece estar contenida y cercana al 2%. Según los expertos de las gestoras internacionales, el BCE no tiene margen para nuevas bajadas, dado su enfoque dependiente de los datos.
“Las actas de octubre muestran que varios miembros del Consejo abogan por ignorar pequeñas desviaciones respecto al objetivo y reservar los ajustes de política monetaria para shocks más relevantes. Incluso las voces tradicionalmente más dovish, como Fabio Panetta (Banco de Italia) o François Villeroy de Galhau (Banco de Francia), han evitado pedir recortes recientemente. No se descartan ajustes, pero el BCE tampoco parece dispuesto a contradecir las expectativas del mercado, que contemplan como escenario más probable una subida antes que una bajada”, apunta Michael Krautzberger, CIO Global Public Markets de Allianz Global Investors.
En opinión de Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, la narrativa predominante es que el ciclo de recortes de tipos ha llegado en gran medida a su fin y que el impulso del crecimiento en Europa reside ahora principalmente en la política fiscal. Y destaca que algunos incluso sugieren que el BCE podría comenzar a subir de nuevo los tipos de interés oficiales a finales de 2026.
Próximas proyecciones
Para Thozet, lo relevante de esta reunión es el nuevo conjunto de proyecciones que publica el jueves el BCE. Según adelanta, las nuevas previsiones incluirán ahora 2028 y se espera que muestren que el crecimiento está por encima del potencial, más cerca del 1,4%, y que la inflación se sitúa en el 2 %, es decir, en el objetivo. “Estas proyecciones transmiten un doble mensaje. Primero, que la región avanza en la dirección correcta. Segundo, que los inversores deberían anticipar una senda de política monetaria más restrictiva. Es probable que las previsiones de crecimiento se revisen para reflejar los datos recientes. El tercer trimestre fue más fuerte de lo esperado y los indicadores adelantados para el cuarto trimestre han mostrado una evolución favorable. En el frente de la inflación, el dato definitivo de octubre y la estimación preliminar de noviembre sugieren que las proyecciones podrían revisarse al alza en torno a un 0,2 % para el trimestre”, afirma Thozet.
Como resultado, el experto de Carmignac no espera un cambio importante en la narrativa de que “el BCE se encuentra en una buena posición”.
Si nos remitimos a septiembre, las proyecciones macroeconómicas del BCE muestran una inflación media del 1,7% en 2026 y del 1,9% en 2027. “Consideramos que existen riesgos de bajada por varias razones. En primer lugar, las hipótesis técnicas de las previsiones se basan en los valores actuales del mercado financiero. Desde septiembre, los precios de la energía han bajado mientras que los rendimientos de los bonos a largo plazo han subido. El euro se ha debilitado ligeramente, pero en términos ponderados por comercio sigue siendo más fuerte que hace un año, por lo que los efectos rezagados de un euro más fuerte continúan siendo desinflacionarios. Además, la Comisión Europea está debatiendo si posponer la introducción del Sistema de Comercio de Emisiones 2 (ETS2), que estaba previsto que sumara 0,2 puntos porcentuales a la inflación de 2027. Retrasar su implantación implicaría, con toda probabilidad, que la inflación permanecerá por debajo del 2% durante los dos próximos años”, apunta Alex Rohner, experto en estrategia de renta fija en J. Safra Sarasin Sustainable AM.
La postura del BCE
En opinión de Germán García-Mellado, Managing Director en A&G Global Investors, con este telón de fondo, Lagarde previsiblemente insistirá en que la política monetaria está “en un buen lugar”, reforzando la idea de un periodo prolongado de estabilidad de tipos y alejando, por ahora, tanto recortes como subidas. “Es cierto que, tras los comentarios de Schnabel —de tono más restrictivo—, el mercado ha intensificado el descuento de un primer movimiento al alza hacia finales de 2026. La clave será comprobar hasta qué punto ese mensaje encuentra respaldo en la comunicación de Lagarde y, sobre todo, en el perfil de las nuevas proyecciones”, apunta García-Mellado.
Para A&G Global Investors, el mantenimiento de los tipos, acompañado de una revisión al alza de las expectativas de crecimiento, contribuirá a reforzar el mensaje reiterado en los últimos meses: “El BCE considera que la política monetaria se encuentra en un punto adecuado, a la espera de la evolución de los próximos datos macroeconómicos.
En cambio, François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, cree que “la política del BCE es actualmente demasiado restrictiva: no se prevén más recortes de tipos, mientras que los efectos de base ejercerán una presión a la baja sobre la inflación en 2026, lo que debería abrir la puerta a nuevos recortes por parte del BCE”.
La visión de Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management, sobre el trabajo realizado por el BCE es positiva. Según Piazza, bajada de los tipos de interés oficiales sigue filtrándose en la economía real, y se espera que el paquete de estímulo fiscal de Alemania proporcione un impulso muy necesario a la actividad cíclica. “La solidez del mercado laboral y la baja inflación están respaldando la renta real disponible, lo que podría ayudar a que el crecimiento del PIB se acerque a su potencial en los próximos trimestres. La evolución económica reciente ha aliviado en cierta medida los riesgos a la baja, lo que respalda las perspectivas de tipos estables en el futuro previsible”, afirma.
Además, la experta de MFS IM reconoce que los próximos meses serán clave para determinar si alguna crisis externa o datos inesperados podrían inclinar la balanza y provocar un cambio en la política. “Por ahora, el BCE parece conforme con mantener el rumbo, navegando en un delicado equilibrio entre los riesgos para el crecimiento y las presiones inflacionistas”, comenta.
Perspectivas para 2026
Aunque un recorte está descartado en esta reunión de diciembre, Krautzberge sí considera que el BCE tiene margen para nuevas bajadas en 2026. “Podría haber margen para un recorte en el primer semestre del próximo año. La inflación general podría situarse en torno al 1,5% en el primer trimestre debido al efecto de la energía. El crecimiento salarial ha descendido por debajo del umbral del 3%, compatible con el objetivo del 2%, y tanto los indicadores del BCE como nuestros análisis apuntan a que permanecerá en estos niveles. En un plano estructural, la economía de la eurozona sigue un 5% por debajo de su tendencia prepandemia, lo que plantea interrogantes sobre la debilidad de la demanda y el potencial crecimiento a largo plazo”, afirma el experto de Allianz GI.
En opinión de Geoff Yu, Senior Markets Strategist de BNY, es probable que la tolerancia hacia la fortaleza del euro aumente con las últimas proyecciones del personal. “Esperamos que el BCE eleve las previsiones económicas, tal y como señaló la presidenta Lagarde durante un discurso pronunciado en Londres en diciembre. Otros responsables políticos clave, como Schnable y Villeroy, han hecho declaraciones similares, aunque el mensaje del sector sigue siendo extremadamente cauteloso. No obstante, reconocemos que la producción de servicios y la inflación parecen destinadas a mantenerse en niveles relativamente elevados, lo que requerirá un ajuste por parte del BCE en su visión política”, explica Yu.



