En un entorno financiero cada vez más exigente, donde la tecnología redefine las reglas del juego y la inclusión se vuelve una prioridad ineludible, voces como la de Alicia Arias, directora comercial de LAKPA, cobran una relevancia especial. LAKPA es una compañía fintech que aspira a convertirse en la mayor comunidad de asesores financieros independientes de Hispanoamérica. Actualmente, cuenta con más de 260 asesores en Chile y está en plena expansión en el mercado mexicano.
En esta entrevista exclusiva para El Observatorio de Tendencias, de FlexFunds y Funds Society, Arias comparte su visión sobre el rol transformador de la asesoría financiera independiente y los desafíos que enfrenta la gestión patrimonial en Latinoamérica.
Lejos de ver la industria financiera como un entorno reservado para unos pocos, Arias la concibe como una herramienta para generar impacto real en la vida de personas y empresas. “Participar en esta industria nos brinda la oportunidad de marcar una diferencia en la sociedad”, afirma. Con una trayectoria que incluye posiciones de liderazgo en firmas como BlackRock y GBM, hoy su enfoque está en acercar soluciones de inversión a un público más amplio y empoderar a los asesores financieros independientes.
Paralelamente, impulsa iniciativas que buscan modernizar y humanizar el sector, como la asociación sin fines de lucro Mujeres en Finanzas, que promueve el desarrollo de talento diverso en la industria. Desde su perspectiva, fomentar una mayor representatividad y profesionalización no solo eleva la calidad del servicio, sino que también amplía el acceso a oportunidades que históricamente han estado limitadas a unos cuantos.
Desde su rol en LAKPA, Arias impulsa un modelo de asesoría financiera independiente que busca profesionalizar y escalar el servicio en Latinoamérica. “Hoy hay menos de 5.000 asesores activos en México para una población de más de 100 millones. Para Arias, la clave está en liberar al asesor de tareas operativas mediante plataformas tecnológicas que le permitan enfocarse en el cliente y elegir con autonomía el segmento al que desea atender, desde perfiles affluent hasta ultra high net worth.
La experta subraya el enorme potencial del segmento affluent, a menudo ignorado por las grandes instituciones: “Muchos inversionistas con 200.000 o 300.000 dólares terminan atrapados en productos genéricos o con asesoría deficiente”. Cree firmemente que, con las herramientas adecuadas, es posible ofrecerles un servicio de alta calidad. “Estamos viendo cómo cada vez más asesores están construyendo sus carteras alrededor de este segmento, con independencia, estructura y acceso a soluciones globales. Para mí, eso es una transformación real del modelo de asesoría en la región”, concluye.
Tres tendencias clave en la asesoría financiera
Para Arias, el futuro de la asesoría patrimonial gira en torno a tres grandes tendencias:
- Cuentas fee-based: un modelo transparente que elimina los conflictos de interés tradicionales en la industria y pone al cliente en el centro.
- Tecnología como habilitador: plataformas que automatizan procesos administrativos y liberan tiempo al asesor para generar valor real.
- Asesoría independiente: un servicio centrado en el inversionista, sin conflicto de interés y con arquitectura abierta. Que hasta la llegada de jugadores como LAKPA solo era accesible para clientes de altos patrimonios
Vehículos colectivos: eficiencia y acceso según la mirada de una experta
En su opinión, los vehículos de inversión colectiva resultan especialmente atractivos en el contexto de la asesoría financiera independiente. Productos como los ETFs se han convertido en herramientas clave por su eficiencia, liquidez, transparencia y bajo costo, permitiendo a los asesores construir carteras diversificadas con acceso a mercados que antes eran restringidos.
“Un cliente entra a un ETF al mismo precio que un inversionista institucional”, destaca, subrayando el papel democratizador de estos instrumentos. Desde su perspectiva, este tipo de soluciones permiten ofrecer una asesoría profesional y competitiva, incluso en segmentos como el affluent.
Alternativos en auge: la perspectiva sobre la demanda patrimonial
Desde su experiencia, los activos alternativos han dejado de ser exclusivos del mundo institucional para consolidarse como una tendencia creciente en el ámbito de la gestión patrimonial. “Los asesores financieros ya están asignando una parte de los portafolios a este tipo de estrategias”, afirma. En su opinión, dos factores han sido clave para esta evolución: por un lado, la innovación en los vehículos -como fondos semilíquidos, evergreen o con ventanas de liquidez más frecuentes- lo que los hace más adecuados para este segmento; y por otro, la aparición de plataformas tecnológicas, que permiten acceder a fondos de grandes gestores con tickets desde 20.000 dólares.
Según Arias, los asesores ya están incorporando entre un 10% y 15% de alternativos en las carteras más agresivas, siendo los fondos de deuda privada particularmente atractivos por su generación de ingresos recurrentes y su menor exposición a la curva J. En cambio, observa que en muchos casos el private equity tradicional puede solaparse con la exposición empresarial que ya tienen los clientes en sus propios negocios. “Ahí es donde la deuda privada hace más clic: permite diversificar de forma real”, concluye.
Educación financiera: el verdadero reto en la captación de capital
El mayor obstáculo que enfrentan hoy los asesores financieros no es la falta de capital disponible, sino la falta de educación financiera entre los potenciales inversionistas: “El dinero está ahí, pero el cliente aún no tiene la información necesaria para dar el primer paso”, afirma Arias. Para ilustrarlo, cita un dato del Banco de México: los recursos en cuentas a la vista -es decir, dinero que no está invertido o lo está a plazos muy cortos- ascienden a más de 400.000 millones de pesos, una cifra que duplica el tamaño de la industria de fondos de inversión en el país.
En su opinión, ese capital ocioso podría estar generando rendimientos si existiera una mayor conciencia de las alternativas disponibles, algo en lo que los asesores pueden jugar un rol clave. Además, explica que la ubicación de los activos depende en gran medida del perfil del cliente: mientras los patrimonios más altos tienden a invertir offshore, gracias a su capacidad operativa y acceso a custodios internacionales, el segmento affluent suele mantener su dinero onshore.
El rol irremplazable del asesor frente al avance tecnológico
Para la experta, la tecnología está revolucionando la asesoría financiera, pero el rol humano sigue siendo esencial. “Muchas profesiones van a desaparecer o transformarse, pero la del asesor financiero no es una de ellas”, afirma. Y cita un estudio de Vanguard que clasifica las tareas humanas en básicas, repetitivas y avanzadas. Las primeras son fácilmente automatizables; las segundas, como relacionarse, enseñar o generar confianza, no.
Desde esta óptica, el valor del asesor está en su capacidad de conectar con el cliente. “La tecnología puede optimizar procesos, pero no reemplaza la empatía ni la personalización. Esas son las verdaderas ventajas competitivas”, sostiene. En su visión, la asesoría financiera, por su alto componente humano, no solo resistirá el cambio tecnológico, sino que cobrará mayor relevancia.
Un futuro más humano y consciente para el wealth management
De cara a los próximos 5 a 10 años, Arias identifica dos retos clave para el sector: la crisis climática y la crisis del retiro. “Viviremos más, pero no necesariamente mejor si no planificamos adecuadamente”, advierte. La industria debe asumir un papel activo, diseñando soluciones sostenibles y adaptadas a necesidades reales, especialmente en segmentos desatendidos.
En este contexto, la empatía será la habilidad crítica del asesor. “La confianza se construye escuchando, entendiendo y actuando con sensibilidad. Eso no lo reemplaza ninguna plataforma”, subraya.
Arias concluye con una mirada estratégica: el crecimiento del sector no vendrá únicamente de la tecnología, sino de una combinación entre herramientas digitales y asesoría experta. “El modelo híbrido es el catalizador. La tecnología sola no basta. La gente necesita guía, confianza, empatía”, señala.
En un continente con grandes brechas de acceso a servicios financieros de calidad, la visión de Alicia Arias abre un camino que apuesta por la independencia, la tecnología y, sobre todo, por el talento humano como motor de transformación.
Entrevista realizada por Emilio Veiga Gil, Vicepresidente Ejecutivo de FlexFunds, en el contexto del Observatorio de Tendencias de FlexFunds y Funds Society.