La mayoría de los análisis previos de las gestoras internacionales sobre la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE), que comienza hoy, coincide en que la institución monetaria anunciará un nuevo recorte de 25 puntos básicos y en que mantendrá prácticamente sin cambios sus orientaciones.
Sin embargo, el hecho de que el BCE sitúe los tipos en el 2%, supondría que ha llegado al centro de su “nivel neutral”. Teniendo en cuenta que estamos a las puertas de la negociación entre la UE y EE.UU., las gestoras se preguntan qué pasará en julio. “Sospechamos que la dependencia de los datos seguirá siendo el principal motor de las decisiones políticas, con la ligera salvedad de que los tipos de interés oficiales serán más ‘neutrales’ que antes, lo que eleva el umbral para aplicar recortes adicionales de forma consecutiva”, señala Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management.
Para Piazza, dado el actual desacuerdo entre los miembros del Consejo de Gobierno, es probable que se llegue a un compromiso de recorte y mantenimiento de las orientaciones, lo que dejaría todas las opciones sobre la mesa para futuros movimientos.
“Esperamos que el BCE recorte los tipos esta semana, situándolos en el 2%, es decir, en el centro de la horquilla de tipos neutrales estimada entre el 1,75% y el 2,25%. Posteriormente, esperamos que se mantenga a la espera. Hablar de subidas de tipos en 2026 parece prematuro dada la ralentización de la inflación y el planteamiento del Banco, muy dependiente de los datos, en un entorno de incertidumbre”, comenta Irene Lauro, economista para Europa de Schroders.
¿Fin del ciclo de recortes?
La primera idea que valoran es si el BCE podría hacer una breve pausa en su ritmo de bajadas tras dejar los tipos al 2%. Por ejemplo, David Zahn, responsable de renta fija europea en Franklin Templeton, espera que el BCE actúe con cautela, con una posible pausa en el 2%, ya que las previsiones de inflación podrían disminuir ligeramente, quizá hasta el 1,8% en 2026. “Aunque el crecimiento a corto plazo podría debilitarse debido a la incertidumbre, se espera una recuperación a partir de 2026, lo que cambiaría el enfoque de la política monetaria desde los recortes hacia posibles subidas. Por otro lado, el aumento del gasto en defensa apunta a un cambio fiscal de largo plazo, en línea con patrones observados de décadas anteriores cuando había un elevado gasto público”, sostiene Zahn.
“Esperamos una pausa en la reunión de julio, a menos que no haya signos de mejora en las negociaciones arancelarias, seguida de una nueva flexibilización en septiembre y, posiblemente, otra en el cuarto trimestre. Proyectamos que los tipos terminales se sitúen en torno al 1,5%. Actualmente, los mercados descuentan dos recortes en los próximos seis meses y un nivel final cercano al 1,65%”, añade la experta de MFS IM.
Según Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, el recorte que anuncie el BCE mañana suponga “suponga la entrada del BCE en la fase final de su ciclo de recortes de tipos, ya que la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno (CG) consideran que el 2% es el punto medio del rango neutral de tipos para la zona euro”.
Desde Aberdeen no comparten esta visión. “Esperamos que los tipos se sitúen en un nivel neutral del 2% tras el anuncio de la decisión del Consejo de Gobierno y que esta medida no sea la última del ciclo, ya que los responsables de la política monetaria tendrán que seguir apoyando la economía una vez que se hayan dejado sentir todos los efectos de los cambios en la política arancelaria estadounidense. El abaratamiento del petróleo, la fortaleza del euro y la relajación de los mercados laborales mantendrán la inflación contenida a corto plazo, incluso si la UE toma represalias contra EE.UU. con sus propias medidas arancelarias. Por lo tanto, esperamos un nuevo recorte de tipos en septiembre, lo que llevaría los tipos a un territorio abiertamente acomodaticio”, argumenta Felix Feather, Economista de Aberdeen Investments.
Para Felipe Villarroel, socio, gestión de carteras en TwentyFour AM (Vontobel), es pronto para ser tajante: “El tiempo dirá si el recorte de esta semana es el último de este ciclo, pero está claro que en el escenario base de algún tipo de acuerdo sobre los aranceles, estamos cerca del final del ciclo de recortes. Aunque la amenaza del escenario de cola es real, es muy posible que la situación arancelaria de lugar a un acuerdo limitado entre EE.UU. y la Eurozona, con sólo pequeñas consecuencias negativas para el crecimiento en Europa que ya han sido bien señaladas, y por lo tanto el BCE no tenga necesidad de seguir recortando”.
Los aranceles
Según el equipo dirigido por Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, cree que los vaivenes arancelarios ayudan al BCE a no comprometerse para bajar aún más los tipos. Segura-Cayuela espera que Lagarde haga hincapié en la necesidad de ser ágiles y estar preparados ante posibles cambios en la política comercial en las próximas semanas. “Pero también esperamos que se reconozca algo más que en abril que la puerta está abierta para mover los tipos por debajo del 2%. Pero una señal muy explícita es poco probable. La incertidumbre sobre la configuración de los aranceles dentro de unas semanas y las posibles represalias de la UE les da suficiente cobertura para no comprometerse a más, al menos de momento”, argumenta.
En opinión del responsable de renta fija europea en Franklin Templeton e poco probable que los aranceles del 10%–20% afecten de manera significativa al crecimiento o a la inflación en Europa, “debido a la fortaleza del euro y a la fijación de precios de las materias primas en dólares, a diferencia de EE. UU., donde el impacto es claramente inflacionista”.
“Las negociaciones comerciales entre la UE y EE.UU. se mantienen, pero la Comisión Europea ha indicado que está preparada para responder con sus propios aranceles si EE.UU. mantiene su postura actual o intensifica las tensiones comerciales (como señaló recientemente el presidente Trump con su propuesta de un arancel del 50% sobre productos europeos a partir de junio; propuesta que posteriormente fue retirada). Por tanto, creemos que este panorama lleno de incertidumbre, la política comercial podría ser un riesgo clave a la baja para el crecimiento regional en los próximos meses”, añade Michael Krautzberger, CIO Public Markets de Allianz Global Investors.
Para Partick Barbe, Head of European Fixed Income and Senior Portfolio Manager de Neuberger Berman, el desafío para el BCE es analizar con éxito la política disruptiva de EE.UU. para Europa, en términos de su impacto en las exportaciones, el gasto en inversión y el riesgo de represalias por parte de la eurozona. «El mejor indicador líder sintético es la cotización del euro frente al dólar estadounidense, pero no es suficiente para gestionar la orientación futura: de hecho, las incertidumbres siguen siendo muy altas, ya que es difícil negociar un acuerdo en pocos meses. Consideramos que el BCE debería evitar una estrategia basada en orientación futura y centrarse en su nuevo enfoque, que se basa en la dependencia de los datos«, señala Barbe.
Una reunión sin sorpresas
En opinión de Hugo Le Damany y François Cabau, Economista y Economista Senior para la Eurozona de AXA Investment Managers, hay poco margen para las sorpresas. “Los datos macroeconómicos y los discursos del BCE no han dejado prácticamente margen para la sorpresa en cuanto a la decisión de recortar los tipos en sí. En este momento, la probabilidad de un recorte de tipos de 25 puntos básicos se sitúa en torno al 98%. El camino a seguir sigue siendo muy incierto, tanto más cuanto que la siguiente reunión del Consejo de Gobierno, que será el 24 de julio y que tendrá lugar después de la fecha límite del 9 de julio para las discusiones comerciales”, afirma.
Las gestoras explican que el sesgo de BCE sigue siendo moderado dado las perspectivas de crecimiento, que se mantienen por debajo del potencial de crecimiento de la zona del euro y vienen acompañadas de una revisión a la baja de las previsiones de inflación, que no alcanzarán el objetivo del BCE, especialmente en 2026. “Aunque lejos de sus mínimos, el mercado prevé que la tasa de depos siga bajando hasta el 1,6% a finales de año, no aportando así ninguna razón para que Christine Lagarde deje de reiterar el sesgo pesimista de abril. En cualquier caso, las perspectivas siguen siendo muy inciertas y dependen en gran medida del calendario y la magnitud de los aranceles previstos en las previsiones actualizadas de los servicios del Eurosistema (y de la aplicación de la política fiscal alemana). Así pues, estaremos especialmente atentos a los escenarios alternativos que pueda presentar el BCE”, añaden los expertos de AXA IM.
Los expertos también señalan que habrá que estar atentos a las nuevas proyecciones que se presenten. Desde PIMCO, Veit espera que muestren unas perspectivas de crecimiento a corto plazo más débiles para la zona del euro, con riesgos a la baja debido a las tensiones comerciales, la incertidumbre geopolítica y el comportamiento cauteloso de los consumidores. “No obstante, en general, esperamos que las nuevas proyecciones del personal prevean una configuración macroeconómica más débil en 2025 y 2026, con 2027 prácticamente sin cambios y la inflación en torno al objetivo”, señala.
Sobre ellas el equipo de Economistas Europeos de Vanguard señala: «Esperamos pocos cambios en las previsiones de crecimiento del PIB, con la estimación actual del 0,9% para 2025, cercana a nuestra previsión del 1,1%. Un primer trimestre más fuerte de lo previsto, probablemente impulsado por el aumento de las exportaciones, debería verse compensado por una rebaja del crecimiento para el resto del año, a medida que la elevada incertidumbre pesa sobre la actividad. En 2026, los riesgos tanto para el BCE como para nuestras previsiones de crecimiento del 1% se inclinan a la baja ante la perspectiva de una aplicación más lenta y/o menor del paquete fiscal alemán».
Más allá de junio, el experto de PIMCO cree que los debates del Consejo de Gobierno se centrarán probablemente en la orientación adecuada de la política monetaria en el futuro y, en particular, en si será necesario adoptar finalmente una postura claramente acomodaticia para evitar que la inflación se sitúe por debajo del objetivo de estabilidad de precios a medio plazo. Ante la ausencia de sorpresas Daniel Loughney, director, responsable de Renta Fija para MIFL (Mediolaum International Funds), reconoce que la conferencia de prensa será el gran foco de atención, ya que los participantes del mercado buscarán orientación sobre futuros movimientos. “Actualmente, el mercado cree que Lagarde comunicará un enfoque cauteloso de esperar y ver hasta que haya más claridad en el frente comercial, ya que el próximo recorte de tipos no se espera hasta octubre. Es probable que el BCE reitere que las perspectivas de inflación a medio plazo son inciertas, con riesgos que incluyen interrupciones en la cadena de suministro y aranceles de represalia por parte de la Unión Europea”, apunta Loughney.