A medida que el mercado mundial se enfrenta a una mayor incertidumbre por la escalada de las tensiones comerciales estadounidenses, los inversores gravitan hacia refugios seguros no tradicionales. Aunque el oro sigue siendo un refugio tradicional, las nuevas alternativas, como el bitcoin, el euro -y otras divisas- y los bonos CoCos emitidos por los bancos, resultan cada vez más atractivas en medio de esta volatilidad. Cada activo ofrece una combinación distinta de resiliencia, estabilidad y potencial de crecimiento que las inversiones convencionales tienen dificultades para igualar.
En este sentido, los expertos de WisdomTree consideran que existen nuevos paradigmas en la inversión de activos refugio. “En medio de la persistente volatilidad de la política comercial estadounidense, los refugios tradicionales están evolucionando. El oro sigue siendo un elemento básico, pero los activos digitales como el bitcoin, los instrumentos bancarios resilientes como los CoCos y el euro están ganando terreno. Los inversores diversifican cada vez más sus estrategias para desenvolverse en este complejo panorama. Estos activos refugio emergentes reflejan no solo una postura defensiva, sino una adaptación estratégica a la actual incertidumbre mundial”, sostienen.
Oro: el más tradicional
Empecemos por el activo más tradicional, el oro. Según defienden desde Lombar Odier, el metal precioso sigue siendo una buena alternativa ante la incertidumbre geopolítica y la búsqueda de los inversores de opciones frente al dólar estadounidense y los activos de EE.UU. “A pesar de su volatilidad, el oro históricamente ha tenido un buen rendimiento durante caídas pronunciadas en el S&P 500. Como muestra un estudio reciente, el oro ha ganado en 11 de las principales caídas del mercado de valores desde mediados de los años 80. Sin embargo, el oro no es el único activo financiero que ofrece cierto alivio frente a la caída de las acciones. Tanto el franco suizo como el yen japonés también han tenido un rendimiento fuerte durante las caídas del mercado de acciones”, señalan Kiran Kowshik, Global FX Strategist, y Luca Bindelli, director de Estrategia de Inversión de Lombard Odier.
Para estos expertos, históricamente, las ganancias iniciales en los activos refugio no han perdurado a medio plazo. En general, durante las fases de recesión económica, el oro ofrece inicialmente altos rendimientos, pero sus ganancias se desvanecen en pocos meses tras el inicio de la corrección del S&P 500. “Por ejemplo, en promedio, el yen japonés y el franco suizo ganaron alrededor del 5% o 6% en los tres meses siguientes al inicio de la caída del mercado de acciones”, añaden.
En este sentido, las previsiones sobre el comportamiento del oro siguen siendo muy buenas, sobre en todo ante la incertidumbre que acompaña a todo aquello que tieneq que ver con Trump. «Si bien en términos nominales el precio actual del oro supera ampliamente los máximos históricos de las últimas cinco décadas, en términos reales apenas se sitúa por encima de los picos de 1980 y 2011. Pero lo más relevante es que, en los últimos tres meses, Trump ha dejado claro su objetivo de transformar el orden global basado en normas multilaterales vigente desde la Segunda Guerra Mundial. El anuncio de aranceles recíprocos parece ser solo un primer paso. La incoherencia de la política económica estadounidense bajo esta Administración ha elevado la incertidumbre a niveles inusualmente altos, especialmente en lo referente al comercio global, cuya incertidumbre está en máximos (Gráfico 3). Además, el estilo de negociación agresivo e imprevisible del Gobierno estadounidense, junto con sus intentos de debilitar los controles y equilibrios institucionales, han provocado una fuerte pérdida de confianza entre sus aliados», sostiene Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM.
Wewel espera que las entradas a fondos cotizados (ETFs) respaldados por oro físico seguirán siendo sólidas, impulsadas sobre todo por la demanda asiática. «Y lo que es más importante todavía, las compras institucionales deberían mantenerse elevadas, ya que la incertidumbre política en Estados Unidos intensifica los esfuerzos por diversificar las reservas de los bancos centrales y reducir la dependencia del dólar. Dado que las reservas de oro de muchos países emergentes son todavía bajas, es probable que estos sigan aumentando sus tenencias», añade el experto.
Divisas: el franco suizo y el euro
Siguiendo con su análisis, un «índice de aciertos» muestra el porcentaje de eventos en los que un activo tuvo un rendimiento positivo durante las caídas del mercado de acciones: “Para la comparación, incluimos el episodio de venta actual que comenzó el 19 de febrero de este año. Este episodio más reciente sugiere un comportamiento muy similar por parte de los refugios tradicionales, aunque las ganancias del franco suizo han sido más altas que el promedio, mientras que tanto el oro como el yen japonés han sido inferiores. El euro y la libra esterlina también han ganado este año, lo que sugiere que, a diferencia de episodios anteriores, la debilidad del dólar estadounidense ha sido más generalizada, lo que ha agravado las pérdidas para los inversores internacionales no protegidos en acciones estadounidenses”.
Aunque ambos reconocen que otros refugios alternativos pueden ofrecer mejor rendimiento si una caída de las acciones no está seguida de una recesión. “Esto es especialmente cierto para el franco suizo y, aún más, para el yen japonés, que también destaca en entornos de recesión. Sin embargo, dado el fuerte repunte de todos los activos refugio, es probable una corrección si las negociaciones comerciales reducen aranceles y los mercados internacionales se tranquilizan sobre la independencia de la Reserva Federal frente a posibles interferencias de la administración de Trump”, afirman.
Justamente, en opinión de Christopher Koslowski, estratega senior de renta fija y divisas de Vontobel, el inversor no debe perder de vista al franco suizo. “La moneda suiza ha subido más de un 10% frente al dólar estadounidense este año, impulsada por una oleada de demanda de activos refugio, ya que los inversores buscan protección frente al nerviosismo de los mercados mundiales. Esto ha elevado el tipo de cambio a máximos nunca vistos desde que el banco central de Suiza intervino en el mercado de divisas en 2011. Y no se trata solo del dólar, el franco está coqueteando con una fortaleza récord frente a toda una cesta de divisas”, afirma.
Desde WisdomTree reconocen que, tradicionalmente, los inversores que buscaban estabilidad favorecían al dólar estadounidense, pero la reciente imprevisibilidad de las políticas estadounidenses ha cambiado esta dinámica. “El euro se ha revalorizado notablemente, un 11% frente al dólar desde enero. Esta apreciación indica un cambio más amplio en la psicología del mercado hacia Europa, impulsado por la disminución de la confianza en la previsibilidad de la política económica estadounidense”, apuntan los expertos de la firma.
Para los expertos de la gestora, esta visión del euro como activo refugio responde a que los inversores están dando prioridad actualmente a la estabilidad política y económica percibida en Europa por encima de las ventajas de rentabilidad. “Este cambio ha reforzado el apetito de los inversores por los activos denominados en euros a pesar de la dinámica tradicional de los tipos de interés”, reconocen.
Tendencias: Cocos y bitcoin
Sin embargo, una de las visiones más interesantes que aportan los expertos de WisdomTree tiene que ver con tendencias menos conocidas. Por ejemplo, apuntan que los bonos convertibles contingentes (CoCos) del sector bancario destacan como opciones de inversión atractivas. “Al ofrecer actualmente diferenciales ampliados cercanos a los 400 puntos básicos, los CoCos representan atractivas oportunidades de rentabilidad. En la actualidad, los bancos gozan de su mejor situación financiera en décadas, destacada por unos coeficientes de capital Common Equity Tier 1 (CET1) sin precedentes y unos niveles de morosidad históricamente bajos. Estos sólidos colchones de capital equipan a los bancos excepcionalmente bien para resistir posibles shocks económicos, diferenciándolos de sectores más vulnerables como el manufacturero o el agrícola”, argumentan.
Además, señalan otra tendencia más: el uso de bitcoin como activo refugio. Hay que tener en cuenta que, a pesar de las fuertes ventas tras el anuncio de los aranceles el 2 de abril, el bitcoin se estabilizó cerca de los 83.000 dólares, incluso cuando la renta variable se desplomó. De hecho, tras caer brevemente hasta los 75.000 dólares, el bitcoin se recuperó rápidamente y superó los 90.000 dólares el 22 de abril, lo que supone una fuerte subida del 10% desde el shock inicial provocado por los aranceles, superando significativamente al Nasdaq.
“Con Trump presionando al presidente de la Fed, Jerome Powell, el papel del bitcoin como una cobertura macroeconómica políticamente neutral y de oferta limitada, similar al oro digital, parece estar ganando más tracción. A medida que la desglobalización y la incertidumbre política reconfiguran los mercados, el bitcoin, como alternativa dinámica al oro, puede atraer a los inversores que buscan una cobertura macro y resiliente mientras experimentamos estos cambios de régimen. El entorno actual, marcado por la caída de los precios de los bonos y la debilidad del dólar, recuerda el clásico escenario del ‘vigilante de los bonos’, lo que aumenta aún más el atractivo del bitcoin”, argumentan desde WisdomTree.
Por último, sus expertos sostienen que, además, los vientos de cola para las criptomonedas refuerzan estas perspectivas: “La adopción institucional, incluidos los ETFs de bitcoin y el aumento de las asignaciones por parte de las tesorerías de las empresas, refuerza esta tendencia. Además, la confirmación de Paul Atkins como un presidente de la SEC que está a favor de las criptomonedas, e iniciativas como la Reserva Estratégica de Bitcoin, señalan un entorno regulatorio estadounidense favorable bajo la administración Trump, preparando el terreno para un crecimiento sostenido de esta clase de criptoactivos”.