Singular Bank ha presentado su nuevo informe, titulado Perspectivas económicas y estrategia de inversión 2025: implicaciones de un nuevo ciclo geoeconómico, en el que analiza nuevamente en profundidad el escenario económico y geopolítico global y sus consecuencias para la asignación de activos. Todo ello en un contexto marcado por la creciente fragmentación, la incertidumbre geopolítica y el avance de profundas transformaciones estructurales.
En este informe, la entidad identifica un cambio sistémico en el orden económico internacional, que desde 2022 han estructurado en torno a las llamadas “5Ds”: la desglobalización, con un proteccionismo en auge y el rediseño de las cadenas de valor; la descarbonización, impulsora clave de la transición energética; la digitalización, alimentada por la inteligencia artificial, la automatización y la disrupción tecnológica; la demografía, cuyas divergencias regionales están alterando los patrones de consumo y productividad; y, por último, la desconfiguración del orden mundial, reflejo del debilitamiento del multilateralismo y del retroceso de la Pax Americana. En conjunto, estos vectores configuran un nuevo ciclo geoeconómico caracterizado por una mayor volatilidad y el reposicionamiento estratégico de los principales actores globales.
En este escenario, el informe sitúa a Estados Unidos en un momento de inflexión. La reelección del presidente Donald Trump y la implementación de su agenda nacionalista bajo el lema “Make America Great Again” han conllevado un giro hacia el aislacionismo económico y político, debilitando así el rol tradicional del país como garante del orden internacional. Las políticas arancelarias, y las dudas sobre su plan de consolidación fiscal podrían provocar presiones inflacionistas en los próximos meses, y podría generar un significativo incremento del déficit presupuestario hasta un 9 % del PIB en 2035. Como consecuencia, se anticipa que la economía estadounidense limite su crecimiento a un 1,5 % en 2025, lo que supondría su ritmo más bajo desde 2011, excluyendo el impacto de la pandemia.
Mientras tanto, frente a este repliegue estadounidense, China seguirá reforzando su autonomía estratégica, reorientando sus exportaciones hacia Asia-Pacífico y acelerando su apuesta por las tecnologías estratégicas, todo ello a pesar de la debilidad de su demanda interna y de las consecuencias de su persistente crisis inmobiliaria. Así, el avance de su PIB en 2025 se estabilizará en torno al 4,3 % anual. En paralelo, India sigue erigiéndose como un socio clave en el nuevo tablero global, consolidando su papel como centro de relocalización industrial gracias a sus ventajas competitivas, tanto en sectores tradicionales como en aquellos de alta tecnología.
Por su parte, Europa afronta el reto de reforzar su autonomía estratégica y responder de forma coordinada al nuevo orden mundial. Aunque persisten divisiones políticas internas, se observan señales de mayor integración gracias a la reactivación del eje París-Berlín, la recuperación de vínculos con el Reino Unido y el impulso a sectores estratégicos como la defensa, la biotecnología o la inteligencia artificial. En este contexto, la Eurozona mantendría un crecimiento moderado del 0,9 %, con España registrando un 2,5 % anual, si bien se anticipan signos de enfriamiento económico para 2026. Singular Bank también advierte del riesgo de que sí EE. UU. impone nuevos aranceles a la UE, éstos afectarían especialmente a Alemania, Francia o Italia.
En lo que respecta a España, el informe subraya la resiliencia de su economía, apuntalada por el consumo interno, el empleo y el crecimiento poblacional. No obstante, advierte sobre varios desafíos persistentes, entre ellos la baja productividad, la inseguridad jurídica, el aumento de los costes laborales y la ausencia de reformas estructurales. Además, comienza a detectarse un deterioro en la confianza del consumidor, lo que podría traducirse en una desaceleración del gasto privado en los próximos trimestres.
Estrategia de inversión: foco en la generación de retornos predecibles
Singular Bank basa su estrategia en el escenario de que los aranceles de EE.UU. frenarán el crecimiento pero no causarán una recesión global y que, aunque elevarán la inflación en ese país, la Fed rebajará cautamente su tipo de intervención en los próximos 12 meses hacia el entorno del 3,50%. En estas condiciones, impulsados por los sectores tecnológicos, sanitarios y financieros, los beneficios empresariales continuarán creciendo sólidamente, manteniendo bajas las tasas de impago de la deuda corporativa.
Los múltiplos tienen escaso margen de expansión adicional en EE.UU., y solo un poco mayor en Europa y Asia-Pacífico, por lo que el potencial alcista de las bolsas dependerá en gran medida de la evolución de los beneficios. La entidad espera, en cualquier caso, que persista la dispersión en el comportamiento de los distintos sectores y mercados.
En este sentido, la estrategia en renta variable está centrada en invertir en el crecimiento estructural de las megatendencias, aceleradas por la combinación de las disrupciones tecnológicas y de las tensiones geopolíticas. Sin embargo, las grandes tecnológicas de EE.UU. ya descuentan un crecimiento exponencial perpetuo y sus valoraciones son mucho más exigentes que las de Asia-Pacífico o que las de otros sectores beneficiados por la IA como salud e industria.
Además, mantiene la convicción en los negocios de infraestructuras dadas las enormes inversiones requeridas en las próximas décadas, que deberán ser afrontadas por el sector privado. Por mercados, los retornos esperados son mayores en Europa (donde prefiere España y Reino Unido) y Asia-Pacífico (incluido Japón) que en EE.UU.
En cuanto a la renta fija, prevé que las primas temporales de la deuda a largo plazo seguirán elevadas, pero que aun así las curvas de tipos se relajen moderadamente conforme la Reserva Federal reanude la relajación de su política monetaria. Frente a los menguantes retornos de los activos monetarios, considera que la mejor alternativa está en el crédito corporativo en plazos intermedios, incluidas las emisiones subordinadas de entidades financieras y los préstamos bancarios con colateral.
En este contexto, el dólar podría recuperarse temporalmente por sus intereses más altos para después retomar su senda descendente a medio plazo, en tanto que el oro tiene riesgo de corregir si se moderan las posiciones especulativas.
Alicia Coronil Jónsson, economista jefe de Singular Bank, señaló: “El escenario geoeconómico actual está marcado por una creciente fragmentación global, impulsada por el resurgimiento del nacionalismo económico, y el choque entre EE.UU. y China por el control de la tecnología, las materias primas críticas y la gobernanza a nivel global. De ahí que la incertidumbre sea la nueva normalidad en la que tendrán que tomar decisiones hogares y empresas, en un contexto en el que la evolución de las actuales tensiones y riesgos geopolíticos determinarán el dinamismo futuro de la economía mundial”.
Roberto Scholtes, jefe de Estrategia de Singular Bank, mencionó: “El fuerte rebote de las bolsas ha vuelto a mermar el potencial alcista una vez que las valoraciones son de nuevo exigentes, en especial en EE.UU. Los retornos dependerán en gran medida del todavía robusto crecimiento de los beneficios empresariales, y prevemos que sean algo mayores en Europa y Asia-Pacífico, y en sectores rezagados como salud e infraestructuras. Mantenemos una estrategia relativamente prudente dada la atractiva rentabilidad-riesgo del crédito corporativo de calidad”.
Además, el informe aborda las principales cuestiones que preocupan a los inversores: ¿cuándo bajará la Fed los tipos?, ¿qué activos se benefician de la desglobalización?, ¿cómo invertir en un mundo fragmentado?, ¿qué sectores están mejor posicionados ante la inflación persistente?, ¿sigue siendo atractiva la tecnología?, ¿qué impacto real tiene la desdolarización?, ¿qué esperar del oro?, ¿cuáles son las mejores regiones para diversificar?, ¿cómo proteger la cartera ante eventos extremos? y ¿estamos ante una era dorada para Europa?