La amenaza de cierre del gobierno estadounidense aparece estos días como un “deje vu” y, según ciertos analistas como Paul Donovan, Economista Jefe de UBS, la falta de acuerdo de presupuesto entre Republicanos y Demócratas tendrá menos repercusiones que los recortes lanzados por el presidente Donald Trump desde el inicio de su mandato con el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
“Los mercados tienden a restarle importancia a este teatro político, asumiendo que la disrupción se revertirá cuando el gobierno reabra (si se pagan los salarios atrasados y se recuperan los empleos). Es probable que las consecuencias económicas sean menores que las de los recortes previos de DOGE”, señala Donovan en uno de sus comentarios diarios del mercado.
La fecha clave del 1 de octubre
En un informe más extenso, los analistas de UBS señalan que de no alcanzarse un compromiso antes del 1 de octubre, aproximadamente una cuarta parte del gasto federal se vería afectado, incluyendo áreas como educación, transporte y defensa. Los trabajadores federales serían suspendidos, sin recibir salarios y con el riesgo de despidos en algunos casos.
El punto más conflictivo para los demócratas en el Senado es la extensión de créditos fiscales para seguros médicos, cuyo vencimiento implicaría mayores costos para las familias de ingresos medios. Ambas partes esperan que la opinión pública responsabilice a la otra, lo que limita la voluntad de comprometerse.
Precedentes históricos
Históricamente los cierres de gobierno han tenido un impacto moderado en los mercados. Durante el cierre de 2013, que duró 16 días, los índices bursátiles cayeron levemente y se recuperaron incluso antes de la reapertura. En el cierre de 2018-2019, de 35 días, la volatilidad se debió más a las expectativas de alzas de tasas de la Reserva Federal y a tensiones comerciales, que al propio cierre.
Se espera que las subastas del Tesoro y los pagos continúen con normalidad. Aunque podrían detenerse las ofertas públicas iniciales (IPOs) y algunos procesos regulatorios, no se anticipan riesgos significativos de dislocación en los mercados.
Impacto en la política monetaria y la economía
Un cierre suspendería la publicación de la mayoría de los datos económicos oficiales, incluidos empleo, inflación y desempleo. Esto también afectaría la revisión de datos laborales previos. No obstante, la Reserva Federal seguiría contando con indicadores privados y propios, como el Beige Book. La falta de datos no debería impedir que la Fed avance con un recorte adicional de 25 puntos básicos en su próxima reunión de política monetaria.
Los efectos macroeconómicos suelen ser mínimos y temporales. En caso de un cierre completo, se estima una reducción del crecimiento del PIB en 0,1 puntos porcentuales por semana. Sin embargo, este impacto se revertiría al reanudarse las operaciones y compensarse con el pago retroactivo a empleados federales. Los despidos permanentes de trabajadores públicos, planteados como un posible objetivo político, enfrentarían limitaciones legales y prácticas.
Las recomendaciones de inversión de UBS
Los analistas de UBS recomiendan a los inversores mirar más allá del riesgo de cierre y enfocarse en factores de mayor relevancia, como los recortes de tasas de la Fed, los sólidos beneficios corporativos y la inversión en inteligencia artificial. Se mantienen las preferencias por renta fija de calidad, especialmente en vencimientos de mediano plazo, por su equilibrio entre ingresos y resiliencia.
También se sugieren estrategias de reemplazo de ingresos, como acciones con dividendos o productos estructurados con generación de rendimiento.
UBS prevé recortes de tasas acumulados de 75 puntos básicos en las próximas tres reuniones de la Fed. Junto con el crecimiento de las utilidades empresariales, estos factores deberían apoyar el repunte bursátil, con proyecciones para el S&P 500 de 6.800 puntos hacia junio de 2026, y un escenario alcista de hasta 7.500 puntos.
Ante los máximos históricos, se recomienda a los inversores entrar gradualmente o aprovechar retrocesos para aumentar exposición.
El oro sigue siendo una cobertura efectiva frente a riesgos económicos, políticos y geopolíticos. Si el cierre se prolongara o resultara más disruptivo de lo previsto, se espera un buen desempeño, con una meta de 3.900 dólares por onza para mediados de 2026. El dólar estadounidense no tendría un impacto duradero por un cierre, y se mantiene la visión de debilitamiento en 6 a 12 meses. Se sugiere diversificar hacia monedas como el euro y el dólar australiano.