Hace unos cinco años, cuando todavía no se despejaba el calor de las protestas del llamado “estallido social” que se iniciaron en octubre de 2019, la incertidumbre política era uno de los principales ítems de las conversaciones económicas. Desde entonces, el panorama ha cambiado bastante. Dos procesos constitucionales que no llegaron a puerto dejaron la Carta Magna donde estaba; gobierno y oposición alcanzaron un Pacto Fiscal, disipando algunas ansiedades relacionadas con la reforma tributaria. Más recientemente, la reforma previsional reafirmó a las administradoras de fondos de pensiones privadas en el corazón del sistema.
La pregunta sobre qué falta para que Chile retome el crecimiento sigue viva, dándole forma a debates económicos y protagonizando una variedad de seminarios de inversión.
Cifras del Banco Central de Chile muestran expansiones trimestrales anualizadas del PIB alrededor de la línea del 5% entre principios de los 2000 y la crisis financiera global. Después de la recuperación de esa recesión, el país retomó esos niveles de dinamismo hasta finales de 2012. Desde entonces, las cosas han tendido al debilitamiento. Fuera del salto que vivió la economía después de la pandemia de COVID-19, las cifras están más cercanas al 1% y 2%, y a futuro las cosas no pintan mucho mejores. La Encuesta de Expectativas Económicas correspondiente a febrero del ente rector apuntan a que el crecimiento se mantendría en torno a 2% de aquí a 2027.
Sondeando los elementos que quedan pendientes para promover el crecimiento, Funds Society habló con economistas de Bci Estudios, Fynsa, Credicorp Capital, CG Economics e Itaú Chile para delinear una pregunta simple y compleja a la vez: ¿Qué falta?
La incertidumbre persiste
“La reforma de pensiones reduce, en gran medida, una de las fuentes de incertidumbre política instalada con fuerza desde octubre de 2019”, indica Juan Ángel San Martín, economista senior de Bci Estudios.
La ley, que el profesional describe como “la reforma estructural más importante que ha realizado Chile desde la década de los 80”, reduce “en gran medida” una de las fuentes de incertidumbre que se instalaron en octubre de 2019. Es más, el economista asegura que esta reforma provocaría un aumento de un 0,4% en el crecimiento del PIB de largo plazo, elevaría la tasa de reemplazo de las pensiones y valida el sistema de capitalización individual.
Sin embargo, los economistas consultados por Funds Society coinciden en que la incertidumbre no ha desaparecido por completo.
“La aprobación de la reforma abrió la puerta a mantener un sistema de pensiones viable y sostenible en el tiempo. No es una reforma completa, en el sentido que habrá que hacer algunos ajustes en la marcha, dependiendo de los impactos que ésta pueda tener en el mercado laboral y el crecimiento, por ejemplo. ¿Va en el sentido correcto? Sí. ¿Acaba con la incertidumbre? Para nada”, comenta Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa. En esa línea, más que las modificaciones al sistema previsional en sí mismas, lo que más rescata es el acuerdo político que permitió aprobar una reforma, después de 15 años de intentos.
Hoy en día, según describen desde el mercado local, las prioridades son muy distintas a lo que se veía hace cinco años. En palabras del Executive Director de Portfolio Solutions de Credicorp Capital, Klaus Kaempfe: “Chile tiene hoy problemas muy diferentes a los que tenía el 2019, las últimas encuestas posicionan el crecimiento y la seguridad como los principales problemas percibidos por las personas. El 2019 estos problemas estaban ‘resueltos’ mientras que hoy volvieron a ser prioridad”.
Si bien los cinco economistas consultados ven como posible que el país andino retome una trayectoria de crecimiento, todos concuerdan en que queda mucha tela que cortar. Con un amplio abanico de variables impactando la dinámica económica chilena.
El peso de la burocracia
Al enumerar los principales frenos, una palabra aparece con frecuencia: “permisología”. Un concepto que se refiere a los procesos burocráticos para conseguir el permiso para realizar un proyecto de inversión.
Kaempfe concuerda con el diagnóstico, recalcando que los permisos necesarios para construir se miden en años, en vez de meses. “No faltan ideas de inversión, pero sí la burocracia aplastó los proyectos. Hay casos icónicos en que han pasado más de diez años para tener una decisión final”, advirtió.
Sin embargo, hay una luz de esperanza en ese frente. El apoyo que le ha dado la Moneda a un cambio, independiente del color político. “Post reforma de pensiones, el gobierno más de izquierda que ha tenido Chile tiene hoy como prioridad una nueva legislación sobre “permisología”, que permita destrabar los proyectos y reducir el costo de estos”, agregando que esto “habría sido impensado en el 2019”.
El dilema de la seguridad
Un tema que se ha instalado con fuerza en la agenda pública en los últimos años es la seguridad. Según describe el Ministerio del Interior en su Plan Nacional de Seguridad Pública y Prevención del Delito, la delincuencia, los robos y los asaltos se han instalado al centro de las preocupaciones ciudadanas. Además, los crímenes violentos y homicidios han aumentado desde 2016, acelerándose en 2020, y el narcotráfico cada vez concentra más las miradas.
Esta situación ha dejado una huella en la economía. “La creciente preocupación por la delincuencia ha generado un ambiente de incertidumbre que afecta tanto a los ciudadanos como a los inversionistas”, explica la fundadora y Managing Director de CG Economics, Carolina Godoy. Y este clima de inseguridad, advierte, “desincentiva la inversión y afecta negativamente el ambiente de negocios”.
En esa línea, la economista asegura que es “esencial” implementar políticas públicas efectivas para combatir la criminalidad. “El gobierno ha promulgado la nueva ley antiterrorista para combatir el delito con mejores herramientas. Aun así, la efectividad de la medida aún debe probarse”, acota.
Impuestos e inversión privada
Para Andrés Pérez, economista jefe de Banco Itaú Chile, uno de los motivos que está provocando la contracción de la productividad en el país andino es el deterioro en la inversión privada.
En esa línea, una de las variables que el profesional identifica es la impositiva. “Proyectos de reformas tributarias periódicas para financiar un mayor gasto fiscal afectan el costo del capital y desincentivan la inversión”, comenta.
Desde Bci Estudios, San Martín recomienda reducir el costo de uso de capital a través de una rebaja del impuesto corporativo, de 27% al 23% promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). “Un escenario alternativo y plausible es reducir el impuesto corporativo a 20%, nivel previo de 2014 donde se advierte un cambio estructural en la inversión privada”, agrega.
Según cálculos del economista, la menor rebaja del impuesto a las empresas elevaría el nivel PIB entre un 0,6% y 0,8%. Eso sí, eso no sería suficiente para compensar la menor recaudación fiscal, por lo que sería necesario hacer un ajuste en el gasto fiscal y modernizar el Estado. “El BID estima que la ineficiencia del gasto fiscal de Chile está en torno a 1,8% del PIB, suficiente para tener una holgura fiscal ante una medida como esta”, señala.
Manejo de finanzas públicas
Otro foco de deterioro que se ha registrado son las finanzas estatales. Cifras de la Dirección de Presupuestos (Dipres) al cierre de diciembre de 2024 mostraron una situación más débil de lo anticipado. El déficit fiscal se ubicó en 2,9% del PIB y la deuda bruta terminó el año en 42% del PIB, dejando las expectativas del Ministerio de Hacienda –de 2% de déficit y 41% de deuda, respectivamente– cortas.
Para Godoy, la ejecución presupuestaria del año pasado reveló un desacople entre las proyecciones de la cartera y la realidad. “Esta situación refleja el estrés financiero del sector público, limita la capacidad del gobierno para impulsar el crecimiento económico y dificulta realizar estimaciones de tasas de largo plazo, riesgo país, entre otras variables”, indica.
Desde Itaú, Pérez coincide en la preocupación. “Una reducción del gasto público en Chile contribuiría en reducir la presión alcista en las tasas largas, facilitando así una recuperación más rápida de sectores especialmente sensibles al financiamiento de largo plazo”, acota.
Hacia delante, la economista de CG Economics enfatiza en la necesidad de gestionar los riesgos que auguran las proyecciones fiscales para los próximos años. “Es crucial implementar políticas fiscales responsables que equilibren el gasto público con los ingresos, evitando incrementos insostenibles en la deuda”, señala.
Validación de la esfera política
Para Pincheira, de Fynsa, para poder retomar el crecimiento, es fundamental tener, “reglas claras” y la “validación de la ciudadanía de que el crecimiento es necesario”. Quizás algunos proyectos emblemáticos que puedan servir como hitos.
Pero también es necesario que se fortalezca el sistema político institucional. Pérez lo identifica como un deterioro que inició con las reformas de 2015, que pusieron fin al sistema electoral binominal e instalaron un mecanismo proporcional. “Tras ello, la polarización y fragmentación en el Congreso han dificultado encontrar consensos amplios sobre la base de criterios técnicos, y se han manifestado a través de políticas cortoplacistas, como los retiros de ahorros previsionales”, explica.
Godoy acota que los indicadores de gobernanza del Banco Mundial han mostrado una disminución desde 2019 en distintos aspectos, incluyendo el estado de derecho, estabilidad política y calidad regulatoria, entre otros. “Este debilitamiento institucional erosiona la confianza de los inversionistas y dificulta el crecimiento económico”, asegura la fundadora de CG Economics.
Los rezagos estructurales
Además de todas las anteriores. Los economistas chilenos identifican una variedad de factores de largo plazo que han impactado la capacidad de crecimiento del país. “Elevar la productividad de la economía, más allá de lo cliché que pueda sonar la respuesta, es vital”, según el llamado de Pincheira.
Eso incluye –además de las cosas relacionadas al marco regulatorio y las condiciones para realizar inversiones– el elemento de la capacitación. “es primordial mejorar el sistema educativo pre- escolar y primario, además de programas de educación continua”, indica el economista de Fynsa.
Más allá de sólo atraer inversiones, acota Godoy, Chile debe fortalecer su crecimiento a través de la innovación y la capacitación laboral. “Políticas que fomenten el desarrollo tecnológico, la digitalización de empresas y la mejora en habilidades del capital humano pueden aumentar la productividad y fortalecer la economía en el mediano y largo plazo”, indica.
Esto incluye abordar los efectos de la crisis demográfica, según recalca la economista. La baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población impactarán al mercado laboral y la sostenibilidad del crecimiento. “Políticas de conciliación laboral y familiar, como acceso a servicios de cuidado infantil y horarios flexibles, pueden aumentar la participación laboral y mitigar el impacto demográfico en la economía”, agrega.
El valor de tener un plan
Como un elemento articulador de los esfuerzos económicos, el diagnóstico de los economistas es que al país le falta una hoja de ruta.
“La época de mayor crecimiento de Chile, que se vio marcada por un plan de desarrollo en el que el ajuste Macro, en conjunto con la apertura económica y modernización de mercado, llevaron a Chile a salir de la pobreza. Hoy Chile, que está un paso más adelante, ya no sabe hacia dónde continuar”, describe Kaempfe, de Credicorp Capital.
Ese sentido, si bien la presión pública parece estar alineando a la esfera política en torno al crecimiento, es “clave” definir un plan estratégico para los próximos 30 años.
Desde Bci Estudios, San Martín acota que es necesario diversificar las fuentes de crecimiento en el país andino. Y en ese sentido, el hidrógeno verde se ve como un buen candidato, dadas las riquezas en recursos energéticos naturales de Chile. “Se estima que, si se aprovecha esta ventaja, durante los próximos 20 años, esta industria representaría cerca de un 20% del PIB y generaría más de 100.000 puestos de trabajo. Esto sumado a que mayor inversión en ciencia y tecnología impulsará el crecimiento de largo plazo”, explica.
Este artículo fue originalmente publicado en la edición 42 de la revista Funds Society Americas. Para acceder al contenido completo, hacer click aquí.