Las remesas a México, una de las principales fuentes de divisas del país, sufrieron en abril su mayor caída en casi 13 años, arrastradas tanto por un menor número de envíos como por un declive en el monto promedio de las operaciones ante la nueva realidad en Estados Unidos. Se trata de su peor desempeño desde septiembre del 2012.
En el mes de abril, las remesas hacia el país latinoamericano registraron una contracción mensual de 6,87%. Así, marcó un tercer mes consecutivo a la baja, algo que no ocurría desde el periodo abril a junio del año 2014.
Lo anterior indica que se ha profundizado el debilitamiento del envío de remesas a México como consecuencia de la política migratoria y laboral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien tomó posesión el pasado 20 de enero.
En su comparación anual, en series originales, las remesas mostraron una contracción de 12,14%, siendo la mayor caída anual desde septiembre del 2012. En aquel entonces, la caída de las remesas en dólares se debió a una apreciación del peso, por lo que fue posible para los remitentes de remesas reducir el monto enviado en dólares.
«Este desplome se explica por el deterioro del mercado laboral en Estados Unidos, y el miedo que tienen los migrantes a ser deportados por lo que evitan salir a trabajar y/o enviar remesas», explicó al respecto Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.
El número de operaciones provenientes principalmente de Estados Unidos disminuyeron en el periodo 8,1% anual, su peor descalabro desde octubre de 2009, mientras que el monto promedio por orden decreció 4,5%, un declive no visto desde marzo de 2016.
Si el comparativo incorpora los últimos 12 meses medidos desde marzo del 2024 a abril pasado, el flujo acumulado por concepto de remesas sumó 64.260 millones de dólares, menor al saldo reportado hasta marzo pasado cuando estaba en 64.917 millones.
Con el mes de abril suman ya 14 meses que el crecimiento anual de las remesas muestra un comportamiento irregular, es decir, que no se registran dos o más meses consecutivos de crecimiento. En este periodo, el crecimiento anual promedio ha sido muy bajo, del 0,98%.
Las remesas en abril se ubicaron en 4.761,19 millones de dólares y en los últimos 12 meses acumulan 64.259,81 millones de dólares, mostrando un crecimiento anual de 0,65%, el menor desde febrero del 2014. Sin embargo, en comparación con el mes inmediato previo, las remesas acumuladas en 12 meses mostraron una contracción del 1,01%, la mayor desde mayo del 2013.
Banco Base emitió un análisis en el que señala que la debilidad de los flujos de remesas se debe distintos factores. En primer lugar, el mercado laboral de Estados Unidos sigue mostrando señales de enfriamiento y la actividad económica se ha debilitado, lo que limita el crecimiento de las remesas.
En los primeros cuatro meses del 2025, la nómina no agrícola mostró en promedio la creación de 144.000 posiciones laborales por mes, siendo la más baja para un periodo igual desde 2020 (-5,34 millones) y, antes de esa fecha, desde 2010 (78.000). Por su parte, en el primer trimestre el PIB de Estados Unidos se contrajo 0,24% trimestral anualizado, siendo la primera contracción desde el primer trimestre del 2022. Lo anterior refleja la debilidad del mercado laboral y la incertidumbre sobre el desempeño económico de Estados Unidos el resto del año.
Por el otro lado, agregaron desde la firma, las remesas se han visto afectadas en parte por el temor de la población indocumentada a ser deportada. Esto hace que las personas indocumentadas eviten salir a trabajar o realizar otras actividades. De acuerdo con estadísticas del Departamento de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS, por su sigla en inglés), en los primeros cuatro meses del 2025, el empleo de personas de origen mexicano mayores a 16 años creció en 136.000 puestos. Esto es una creación de empleo 78,31% por debajo de lo creado en los mismos meses del 2024 y el menor número de empleos nuevos desde 2020, cuando el mercado laboral se vio afectado por la pandemia.