El viernes tras el cierre del mercado, Moody’s rebajó la nota crediticia de Estados Unidos a Aa1 por el aumento sostenido del déficit fiscal y la deuda pública. De esta manera, la agencia calificadora rompió con más de un siglo de historial perfecto: desde 1917, el país de Norteamérica mantenía la máxima nota en los registros de la agencia: la nota Aaa. Con todo, Moody’s mejoró sus perspectivas a la categoría de «estables» desde “negativas”.
“Esta rebaja de un escalón en nuestra escala de calificación de 21 escalones refleja el aumento durante más de una década de la deuda pública y de los ratios de pago de intereses hasta niveles significativamente superiores a los de soberanos con calificaciones similares”, señaló la agencia de calificación en un comunicado.
El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años subió 3 puntos básicos en las operaciones posteriores al cierre del mercado del viernes y se situó en el 4,48%. El ETF iShares de bonos del Tesoro a más de 20 años cayó alrededor de un 1%.
Desde la Casa Blanca minimizaron el impacto. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, aseguró en una entrevista que no da mucho crédito a esta rebaja en la nota de la deuda. «Moody’s es un indicador rezagado, eso es lo que todo el mundo piensa de las agencias de crédito», afirmó. Bessent defendió la política comercial del presidente Donald Trump, que buscará desarrollar acuerdos regionales tras la imposición de aranceles masivos el último 2 de abril.
La agencia advirtió que se proyecta que las necesidades de endeudamiento de Estados Unidos aumentarán, lo que podría afectar a toda la economía.
La rebaja refleja un creciente escepticismo sobre la capacidad del Congreso y la Casa Blanca para revertir el rumbo fiscal de Estados Unidos. Para Moody’s, las sucesivas administraciones no lograron acuerdos duraderos para contener el gasto ni aumentar los ingresos de manera efectiva. La calificadora espera que los déficits federales aumenten, alcanzando casi el 9% del PBI en 2035, frente al 6,4% en 2024, «impulsados principalmente por el aumento de los pagos de intereses de la deuda, el incremento del gasto en derechos y la relativamente baja generación de ingresos».
Entre los factores que presionan sobre las finanzas públicas figuran el creciente peso de los pagos de intereses, el aumento del gasto en programas sociales y una recaudación insuficiente.
Pese al recorte, Moody’s destacó que Estados Unidos mantiene “excepcionales fortalezas crediticias”, como el tamaño y dinamismo de su economía, además del rol del dólar como moneda de reserva mundial.
Con esta decisión, ninguna de las tres principales agencias otorga a EE.UU. la nota máxima. Fitch ya había degradado la calificación del país en 2023 por preocupaciones fiscales, y Standard & Poor’s lo había hecho en 2011, durante una crisis de techo de deuda.