La próxima reunión del Banco de Japón, que se celebrará el próximo 19 de diciembre, ha despertado gran expectación después de que su gobernador, Kazuo Ueda, comentara que los miembros de la institución debatirán un nuevo ajuste al alza de la política monetaria. Con esta simple afirmación, Ueda ha reactivado la previsión del mercado respecto a un endurecimiento monetario inminente.
En opinión de Magdalene Teo, analista de Renta Fija para Asia de Julius Baer, el reciente incremento en los rendimientos de los bonos del tesoro japonés ha generado preocupación por una potencial repatriación de fondos japoneses en el extranjero, un movimiento que estaría elevando también los rendimientos de la deuda soberana global. La experta advierte que la volatilidad podría ser elevada en 2026 si la primera ministra Sanae Takaichi no evita reiterar flexibilidad en el gasto, ya que un aumento fiscal descontrolado podría provocar caídas del yen japonés, las acciones y los bonos. Añade que el giro del Banco de Japón desde 2024, incluyendo las subidas de tipos, no ha logrado fortalecer el yen durante mucho tiempo, recordando que los rendimientos de los JGB repuntaron con fuerza en octubre tras la llegada de Takaichi al cargo.
«Las declaraciones del gobernador del BoJ han revivido las expectativas del mercado de una subida de tipos en diciembre. Además señala que los mayores rendimientos de los JGB han despertado inquietud por la repatriación de capitales japoneses, lo que ha impulsado al alza los rendimientos soberanos. De cara a 2026, la volatilidad podría ser significativa si Takaichi no cambia su enfoque de mayor gasto fiscal”, explica Teo.
Por otro lado, el gobernador Kazuo Ueda ha sorprendido al mercado al afirmar que una subida de tipos en diciembre “sigue sobre la mesa”. En su discurso, aseguró que el banco central “considerará los pros y los contras de elevar el tipo de interés oficial” y tomará decisiones evaluando la economía, la inflación y los mercados financieros. También aclaró que cualquier subida sería solo “un ajuste en el grado de relajación”, manteniendo los tipos reales en niveles muy bajos.
Ueda insistió en que mantiene una comunicación fluida con el Gobierno, señal de que Takaichi “no se opondrá a un movimiento”. Tras sus palabras, las probabilidades de una subida de tipos escalaron al 71% según los Overnight Index Swaps de Bloomberg, alcanzando el 81% al cierre del mercado. El rendimiento del JGB a 10 años llegó al 1,865%, máximo desde 2008, mientras la renta variable japonesa retrocedía. Los rendimientos cedieron parcialmente después de que una fuerte demanda en la subasta de JGB a 10 años devolviera algo de calma.
La experta de Julius Baer habla de que las preocupaciones fiscales también han pesado: el presupuesto extra de Takaichi, que requiere “11,5 billones de yenes adicionales en deuda”, ha impulsado los tipos al alza. A pesar de que el Ministerio de Finanzas aseguró que la emisión total se mantendrá por debajo de la de 2024, los inversores reaccionaron con cautela, especialmente tras un dato de IPC de Tokio por encima de lo previsto.
El yen registró un breve fortalecimiento hasta 154 por dólar desde 156 tras coberturas de cortos, aunque volvió al entorno de 155, según cuenta Magdalene Teo. El mercado teme que una posible subida de tipos en diciembre provoque un “cobertura de cortos sin precedentes” similar a la de julio de 2024, dado el elevado posicionamiento bajista sobre la moneda.



