Las valoraciones de la renta fija de los mercados emergentes se han encarecido desde finales de 2023, pero los recientes movimientos de los tipos y las divisas han abierto oportunidades. En opinión de las gestoras europeas, pese a este encarecimiento sigue siendo un mercado atractivo y un tipo de activo que tienen mucho que aportar en las carteras de los inversores ante el contexto de mercado actual.
Según Guillaume Tresca, estratega senior de mercados emergentes en Generali AM (parte del ecosistema de Generali Investments), en la deuda externa de los mercados emergentes, el OAS (Option-adjusted spread, por sus siglas en inglés) del índice EMBIGD Understanding Emerging Markets Bond Index para los países ex-CCC se ha ampliado en 80 puntos básicos desde sus mínimos de abril, volviendo a su media de 10 años.
“Sin duda, las valoraciones de la deuda con grado de inversión de los mercados emergentes están muy ajustadas, en general, aunque principalmente para la de los países con mejor rating. Los diferenciales BBB siguen ofreciendo valor, por ejemplo en Rumanía y México. En comparación con los bonos corporativos de EE.UU., los de mercados emergentes han ido recuperando terreno, pero su rendimiento va por detrás”, señala Tresca y matiza que cuando la Reserva Federal empiece a relajar su política monetaria, este abaratamiento relativo frente a los bonos corporativos estadounidenses debería atraer algunos flujos de entrada cruzados.
En opinión de Tresca, la mayor parte del valor permanece en el espacio de alto rendimiento de los Mercados Emergentes, por debajo de los BB. “El problema es que tiende a depender más de idiosincrasias difíciles de predecir por naturaleza. En la deuda local de los mercados emergentes, las ventas masivas de junio provocadas por las elecciones locales han dado lugar a una ampliación de los tipos locales de los mercados emergentes con respecto al tipo estadounidense”, señala.
También considera que se ha creado valor en el frente de las divisas, pero advierte de que el enfoque debería ser más prudente, ya que el apetito por el carry trade disminuirá con la volatilidad previa a las elecciones estadounidenses y el aumento de las primas de riesgo locales (México). “Así pues, nos centraremos en el lado de los tipos de la deuda local, sobre todo porque nuestra estimación de la prima por plazo se sitúa en un nivel elevado”, concluye.
Bonos emergentes
Lisa Turk, gestora de carteras de crédito emergente de Edmond de Rothschild AM, argumenta que los bonos emergentes presentan unos fundamentales sólidos, tanto en el segmento soberano como en el corporativo. Un dato que destaca es que el mercado de deuda corporativa emergente etiquetada (bonos verdes sostenibles, etc.) ha crecido hasta los 900.000 millones de dólares y representa el 25% del mercado mundial.
“Creemos que los bonos emergentes presentan unos fundamentales sólidos, tanto en el segmento soberano como en el corporativo. Esperamos que el crecimiento económico se estabilice e incluso mejore en toda la región. En 2024, el FMI prevé un crecimiento estable en los países emergentes, en torno al 4%, frente a una ralentización de alrededor del 1,4% en el mundo desarrollado”, afirma Turk.
En particular, se muestra muy optimista también con las inversiones sostenibles. Según indica, las inversiones climáticas en los mercados emergentes se están materializando a gran escala y generando impactos positivos. “Los países emergentes son capaces de evitar los modelos ineficaces y contaminantes del pasado y dirigirse directamente hacia soluciones bajas en carbono. El mercado de bonos verdes y sostenibles en los países emergentes está creciendo rápidamente. Los bonos emergentes etiquetados ofrecen rendimientos similares a los bonos corporativos emergentes tradicionales, pero su objetivo es generar un impacto positivo para el medio ambiente. El universo de inversión también se amplía continuamente dentro de este segmento. Si bien Asia representa el 64% de los bonos emergentes etiquetados (verdes y sostenibles), se están abriendo nuevas oportunidades de diversificación en otras regiones”, añade la gestora de Edmond de Rothschild AM.
Para Turk hay varios aspectos que demuestran el gran potencial de los mercados emergentes. Por ejemplo, destaca que las empresas de los países emergentes están menos endeudadas que sus homólogas estadounidenses y que, en el ciclo actual, los países han sido mucho más proactivos a la hora de subir los tipos de interés, y esto también debería ser cierto en lo que respecta a las bajadas de tipos. Además, “el mercado de deuda soberana de los países emergentes ha madurado y presenta unos fundamentos mucho más sólidos que en los periodos de crisis anteriores”, añade.
Perspectivas para los bonos emergentes
A lora de hablar de perspectivas para los bonos emergentes, Leo Morawiecki, especialista asociado en inversión, renta fija de abrdn, comparte esta visión positiva sobre el buen trabajo macro que se ha hecho en estos mercados y reconoce que si bien la primera mitad del año no ha producido los rendimientos de 2023, no han faltado temas de conversación. “Las perspectivas de los bonos a menudo mencionan la política monetaria de los mercados desarrollados como motor de los rendimientos, y con razón. Para los mercados emergentes en 2024, sin embargo, ha surgido un tema diferente: las elecciones. Hasta la fecha, los votantes han acudido a las urnas en Bangladesh, Taiwán, El Salvador, Pakistán, Senegal, India, México, Turquía y Sudáfrica”, apunta Morawiecki.
El especialista de abrdn cree que la Fed de retrasar los recortes de tipos afectó a los mercados emergentes de renta fija local, especialmente sensibles a los cambios en las expectativas de recortes de los tipos de interés. “A pesar de los retos actuales, se avecinan recortes de tipos en los mercados emergentes. La política monetaria sigue siendo restrictiva, el crecimiento es inferior a las medias a largo plazo y los efectos de base implican que la inflación debería seguir bajando. A pesar del contexto macroeconómico, los mercados de renta fija locales siguen valorando la política monetaria restrictiva. Mantenemos posiciones y realizamos adiciones selectivas en previsión de que el mercado ofrezca rentabilidades elevadas en los próximos meses”, indica Morawiecki.
El especialista recuerda que tras quedar rezagada respecto a los mercados emergentes en 2023, la deuda corporativa emergente ha obtenido mejores resultados en el primer semestre del año. “Los fundamentales siguen en buena forma, lo que se refleja en la baja tasa de impago en lo que va de año. La mayoría de los impagos en esta clase de activos proceden del sector inmobiliario chino de alto rendimiento. Al igual que el mercado soberano, recientemente los diferenciales se han estrechado, alcanzando mínimos casi históricos. A pesar de ello, el alto rendimiento absoluto de más del 7% sigue siendo atractivo. Por ahora, parece que hay poco que pueda frenar el impulso alcista de los diferenciales”, concluye desde abrdn.
Asumir riesgo
Ante estas buenas perspectivas la pregunta es inevitable: ¿compensa a los inversores el riesgo de la deuda emergente? En opinión de Carlos de Sousa, gestor y analista en Vontobel, unos riesgos menores justifican unas primas de riesgo reducidas. “Varios países están promulgando reformas económicas positivas, y la contracción de los spreads ha permitido a los emisores de high yield recuperar el acceso al mercado, reduciendo considerablemente los riesgos de impago.La tendencia a la baja del rating crediticio parece haber concluido, y podría comenzar una tendencia al alza”, afirma.
Según su análisis, las yields de los bonos soberanos de mercados emergentes en divisa dura están en el 8,3%, mientras que las yields de los bonos corporativos emergentes ascienden al 7%, niveles que siguen siendo atractivos. Estima que, en un escenario de aterrizaje suave, los spreads deberían comportarse bien y, gracias al descenso de las yields mundiales, los bonos de los emergentes en divisas duras deberían ofrecer rendimientos de dos dígitos bajos en los próximos 12 meses. “En un escenario de tipos elevados durante más tiempo, la rentabilidad total estaría más cerca de la yield to maturity actual. En un escenario de aterrizaje forzoso, la rentabilidad total de los ME sería menor, pero probablemente seguiría siendo positiva, ya que las yields mundiales bajarían bruscamente para compensar la ampliación de los spreads en más de 200 puntos básicos”, matiza Sousa.