Matt Lawton es gestor de crédito en T. Rowe Price y está especializado en inversión de impacto. En esta entrevista con Funds Society, nos brinda una visión detallada de su estrategia de inversión, cómo define el impacto y la sostenibilidad, y cómo navega por diferentes geografías en busca de oportunidades de inversión para la estrategia Global Impact Credit, calificada como Artículo 9, que en diciembre cumplirá un año desde su lanzamiento.
Para el gestor, compromiso y recursos son los dos ingredientes imprescindibles para invertir en impacto con la mayor rigurosidad posible: “Ejecutar con éxito un mandato de inversión de impacto requiere amplitud y profundidad de recursos, un fuerte compromiso con la investigación, medición y participación de impacto, y una construcción y gestión efectiva de una cartera gestionada con riesgos. Estos atributos son fundamentales para la credibilidad y la eficacia en el espacio de la inversión de impacto”.
Lawton, es un firme convencido de la necesidad de empezar a añadir bonos de impacto a las carteras de fondos de renta fija convencionales: “Promovemos de manera cruzada bonos verdes o inversiones sostenibles atractivas que ofrecen potencial financiero”.
Empecemos por lo más básico. ¿Puede explicar cuál es vuestra definición de impacto y sostenibilidad?
Cuando hablamos de inversiones de impacto, realmente buscamos dos atributos clave. Buscamos inversiones que puedan ofrecer un impacto ambiental o social medible y, al mismo tiempo, generar retornos financieros. Es importante enfatizar que estos dos objetivos tienen igual importancia en nuestra evaluación.
Si nos centramos en el aspecto del impacto, estamos principalmente interesados en el impacto externo: el efecto que un proyecto o una empresa tiene en el mundo más allá de sus propias operaciones. Priorizamos los resultados del mundo real, a diferencia de las consideraciones internas que podrían encontrarse en una evaluación ESG. También destacamos la medición. Cada bono que consideramos para la cartera debe tener indicadores clave de rendimiento (KPI) no financieros relacionados con el impacto desde el principio. Estos KPI podrían estar relacionados con métricas como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la conservación del agua o las unidades de vivienda asequible, que seguimos, registramos e informamos con el tiempo.
Se han visto casos de bonos emitidos como verdes o sociales que ya no lo son tanto cuando llegan a vencimiento, porque el emisor en algún momento decide utilizar el dinero de la financiación para otros fines. ¿Cómo monitoriza que esas métricas de impacto se mantengan a lo largo de la vida de todo el bono?
Esta es una preocupación común. Cuando evaluamos un bono, analizamos proyectos anteriores en una categoría similar para evaluar cuánto impacto podemos esperar, especialmente en áreas como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. También contamos con un marco de bonos ESG propio que proporciona una evaluación independiente y completa de los bonos etiquetados cuando se emiten. Este marco nos ayuda a determinar si un bono cumple con nuestros estándares de impacto. Evaluamos estos bonos de manera ex-ante y monitoreamos continuamente su comportamiento a lo largo del tiempo.
Basándose en este proceso de análisis, ¿qué oportunidades está encontrando dentro del universo de la renta fija?
Hemos identificado oportunidades en varios sectores, pero permíteme destacar algunas. El sector de la salud, en particular la innovación en la industria farmacéutica en áreas como la terapia GLP-1, que tiene el potencial de reducir significativamente la obesidad, es un espacio emocionante. Los bancos europeos con fundamentos sólidos y las empresas de servicios públicos, como la danesa Ørsted, que invierten en energía renovable y contribuyen a la transición energética, también destacan. Estamos interesados en empresas que se centran en temas de impacto únicos, como la igualdad de género, la economía oceánica (blue bonds) o la conservación de la fauna silvestre.
La cartera está compuesta en la actualidad principalmente por deuda denominada en dólares estadounidenses (aproximadamente un 65%), seguida de deuda denominada en euros (aproximadamente un 25%), aunque también invertimos en libras esterlinas y otras divisas. La duración media se sitúa en torno a los 5,75 años.
Es importante destacar que muchos de los emisores europeos en los que invertimos emiten en dólares, por lo que nuestra exposición geográfica va más allá de las denominaciones de moneda. Tenemos diversificación en los mercados desarrollados y asignamos alrededor del 10-15% de nuestro fondo a empresas domiciliadas en mercados emergentes.
Como gestor de activos, ¿cómo maneja el conocimiento diverso necesario para navegar por las diferentes temáticas asociadas a la inversión de impacto?
Somos afortunados de contar con un equipo de investigación ESG bien estructurado con experiencia en varios sectores en el seno de T. Rowe Price. Analizan y evalúan bonos en función de su alineación con nuestros pilares de impacto. Además, tenemos recursos dedicados para inversiones de impacto en el espacio de renta fija. Con estos recursos, podemos evaluar e investigar eficientemente las inversiones de impacto. Aunque el rango de temas de impacto es amplio, contar con equipos especializados nos ayuda a mantenernos bien informados.
¿Influyen los ciclos económicos -como los cambios en las políticas de los bancos centrales- en los bonos de impacto de forma similar a los bonos tradicionales?
Sí, los bonos de impacto se ven afectados por los ciclos económicos. Los bonos calificados en este segmento a menudo exhiben una menor liquidez y rotación en comparación con los bonos tradicionales. Sin embargo, durante las fases bajistas del mercado tienden a portarse mejor, porque los inversores los mantienen en cartera. Por otro lado, en entornos de mayor apetito por el riesgo, pueden quedarse rezagados ligeramente debido a la misma razón. Dado nuestro horizonte de inversión a largo plazo, no nos preocupamos por las fluctuaciones a corto plazo.
Como firma americana que invierte en sostenibilidad, ¿nota grandes diferencias entre Europa y Estados Unidos a la hora de abordar estas cuestiones?
Lo primero de todo, cabe aclarar que nuestros fondos están domiciliados en Europa o Reino Unido y principalmente interactuamos con clientes europeos. En EE.UU., la retórica en torno a la ESG ha adoptado una visión política y puede llegar a ser polarizador, pero la realidad es que las empresas e inversores están adoptando la sostenibilidad. Se espera que la legislación -como la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Microchips- impulse significativamente las inversiones sostenibles en EE.UU., y anticipamos un crecimiento en ambos frentes.