En un contexto en que el dólar global profundizó su debilitamiento durante el segundo trimestre de este año y que se registran niveles récord de subponderación de la moneda en las carteras globales, Credicorp Capital está mirando de cerca el efecto en las monedas latinoamericanas.
“La divergencia entre el comportamiento reciente de las tasas de negociación de los bonos del Tesoro y el valor relativo del dólar ha alimentado la especulación respecto a un incipiente ‘repudio’ al USD”, indica la firma en una presentación reciente del área de Macro Research. Sin embargo, acotan, las cifras sobre flujos de inversión de portafolio no respaldan la teoría del “repudio en ciernes”.
Hacia futuro, anticipan un fortalecimiento multilateral de la moneda estadounidense, medida a través del Dollar Index (DXY). “Seguimos considerando que un avance hacia los 102 pts en el índice DXY sería el escenario más probable para lo que resta del año, hecho que contrasta con un marcado sesgo bajista reflejado tanto en las expectativas de analistas como en el posicionamiento de portafolio”, auguran.
Frente a este panorama, las perspectivas de las principales monedas latinoamericanas presentan una situación variable, según las estimaciones de la casa de inversiones.
Real brasileño
En el caso de la moneda brasileña –que se apreciado un 11% en 2025–, desde Credicorp Capital resaltan que el dólar global y la diferencia de tasas con EE.UU. serán los factores claves para su desempeño. “El BRL sigue reflejando una significativa sensibilidad al diferencial de tasas frente a la FED”, aseguran.
El factor guerra comercial también jugará un rol, agregaron. El reciente aumento en las tensiones comerciales con Estados Unidos podría inyectarle mayor volatilidad al tipo de cambio. “En 2025, no se descarta un deterioro moderado de la posición externa debido a la incertidumbre en el comercio global y a las tensiones con EE.UU.”, auguran.
Además, está el componente fiscal. Este componente se ha caracterizado por una variedad de anuncios que reflejan un mayor esfuerzo por elevar los ingresos temporales, en la visión de Credicorp Capital, más que avanzar hacia ajustes estructurales de las finanzas públicas. “Aunque los mercados perciben como bajo el riesgo de un deterioro fiscal inmediato, la falta de avances en medidas estructurales sigue limitando la credibilidad del ajuste fiscal a mediano plazo”, indicó la firma en su presentación.
Con todo, la casa de inversiones mantiene su proyección de 5,7 para la paridad dólar/real para el cierre de año –frente al 5,5 que marcaba al escribir esta nota–, con un promedio de 5,8. “Esto se respalda por la debilidad del USD global, el posicionamiento neto largo sobre el BRL y el atractivo diferencial de tasas”, explican.
Peso mexicano
Aunque México ha estado en la zona caliente de las tensiones comerciales con EE.UU., con la imposición de aranceles, desde Credicorp Capital indican que el peso mexicano ha salido relativamente bien posicionado.
“A pesar de estos ajustes, datos recientes del comercio bilateral indican que cerca del 80% de las exportaciones mexicanas ingresan a EE.UU. libres de aranceles. Asimismo, un número creciente de exportadores está cumpliendo con las reglas de origen del T-MEC”, explican.
En el frente macroeconómico, las señales mixtas de inflación y holgura están condicionando el ritmo de recortes de tasas del Banxico y, aunque hay señales de mejora, los focos de vulnerabilidad en las cuentas externas persisten.
Eso sí, desde la firma recalcaron que no ven que el desempeño reciente del peso mexicano –elevándose un 12% en lo que va del año– sea comparable al rally que vivió en 2023 y 2024, cuando se apreció impulsado por el entusiasmo en torno al nearshoring. “Aun así, dados el tono más cauto de la FED y el contexto actual de política comercial, una depreciación más profunda del MXN sería limitada”, acotan.
Considerando este, la casa de inversiones redujo su estimación para el tipo de cambio local, reduciéndolo de 20,4 a 19,5 pesos por dólar como target de fin de año, con un promedio de 19,8 pesos. Actualmente, se ubica en 18,7.
Peso chileno
En el caso de la moneda chilena, en Credicorp Capital enfatizan en que la alta sensibilidad de esta divisa al entorno global llama a la cautela.
“Como anticipamos en reportes previos, el USDCLP se ha mostrado particularmente reactivo en la era Trump 2.0. Esto se explica por tratarse de una moneda de una economía pequeña y altamente dependiente de los flujos comerciales globales, con un mercado de capitales menos profundo, un diferencial de tasas con EE.UU. estrecho (que no favorece el carry trade) y un creciente protagonismo de inversionistas extranjeros en la dinámica cambiaria”, indican en su presentación.
Sin duda el componente de guerra comercial mueve la aguja. En un contexto en que los aranceles a bienes y materias primas siguen modificando las correlaciones históricas de la moneda andina, el peso chileno se ve castigado frente a sus comparables, pero alineado con los exportadores de cobre.
Para lo que queda de año, la compañía pone la lupa en el escenario político –donde el electorado chileno avanza a paso firme a otra elección polarizada, a fines de 2026–, la política monetaria y los flujos externos, donde los extranjeros están volviendo a activar algunas posiciones cortas cautelosas con el peso chileno.
Considerando estos factores, se abre un espectro de posibilidades. “Para fin de año vemos dos escenarios con probabilidad relativamente similar de ocurrencia”, indicó la firma, haciendo énfasis en la variable política. “En caso de consolidarse la opción de candidatos pro mercado, el USDCLP podría converger a niveles en torno a los 900 pesos; caso contrario, podría volver a ubicarse en torno a 1.000”, señalan, proyectando un nivel intermedio, de 950 pesos, para fin de año. Eso sería una caída para el dólar local, que se ubica ahora en torno a 965 pesos.
Peso colombiano
La moneda de Colombia, comenta Credicorp Capital, ha subido en torno a 8% en lo que va del año, en línea con mercados como Brasil y México. Y como estas plazas, la expectativa es que el escenario externo dicte el ritmo.
Con señales de cuentas corrientes externas que apuntan a una vulnerabilidad moderada a la dinámica global, “los riesgos externos no son despreciables”, según la firma. “En el frente global, i) la posibilidad de un nuevo episodio de aversión al riesgo por las tensiones comerciales y geopolíticas, ii) la cotización del crudo, vinculada a la política energética de la administración Trump, y iii) fricciones diplomáticas entre la administración Petro y el gobierno Trump, son factores que pueden afectar los flujos de dólares”, explican.
Pese a la suspensión de la Regla Fiscal y la pérdida del Grado de Inversión de los TES tras la reciente rebaja en la calificación por S&P Global Ratings, acotan, la expectativa de monetizaciones derivadas de las estrategias de ingeniería financiera anunciadas por Crédito Público ha sido factor clave en el comportamiento del COP más recientemente.
Hacia delante, aunque la volatilidad del mercado cambiario local se mantiene baja para estándares históricos del país latinoamericano, los riesgos que enfrenta la economía colombiana se mantienen altos. “Con todo, mantenemos la recomendación de comprar/vender USD cuando éste se aleje de los promedios recientes ante la elevada incertidumbre”, indican.
Peso pese a este campo minado, las expectativas de la casa de inversiones son de una apreciación para el peso colombiano en el corto plazo. A diciembre, auguran un rango de 4.050-4.150 pesos por dólar en promedio y un target de 4.250 para el cierre de 2025. Como referencia, actualmente la paridad ronda los 4.085.
Sol peruano
“Los fundamentos no mienten, por lo que las presiones de apreciación se han mantenido”, es el optimista diagnóstico de la firma sobre el sol, destacando que el buen comportamiento relativo de la moneda peruana –que siguió un comportamiento estable en 2024 con una subida de 5% en lo que va de 2025– sigue en curso y que el tipo de cambio está cerca de su mínimo desde septiembre de 2020.
Desde Credicorp Capital explican que, “en general, la continuidad de unas cuentas externas sólidas se constituye en el principal factor detrás de la fortaleza relativa del PEN”.
A esto se suma que el país “parece bien posicionado” en el escenario global de tensiones comerciales. “En medio de los riesgos y la incertidumbre global actual, los precios de los principales productos de exportación (cobre y oro) se han mantenido elevados, mientras que los de bienes importados como el petróleo y algunos agrícolas han presentado presiones bajistas, permitiendo el buen desempeño mencionado de los términos de intercambio”, señalan.
Además, la firma pronostica que el arancel impuesto por la Casa Blanca al cobre tendría un efecto limitado sobre la economía peruana, ya que sus exportaciones de este metal a EE.UU. representan sólo 0,3% del PIB.
“Con todo, mantenemos la proyección de USDPEN en 3,65 para este año, reconociendo, en todo caso, riesgos a la baja”, auguran, frente a los 3,57 soles por dólar actuales.
Peso argentino
El caso de Argentina, con todas sus particularidades, está marcado por la nueva arquitectura monetaria del país, según la presentación de Credicorp Capital, lo que aumenta la sensibilidad de la divisa, en un escenario condicionado por las elecciones.
“Inicialmente, el levantamiento parcial del cepo cambiario introdujo una banda de flotación (USDARS 1.000–1.400), con ajustes mensuales del 1%”, explican, aunque “el proceso no ha estado exento de sobresaltos”. “Tras la eliminación de las LeFi (letras con un plazo máximo de un año, emitida por el Tesoro), el mercado pasó a fijar las tasas en niveles elevados. Esta señal refleja la prima que los inversionistas exigen ante la incertidumbre sobre la sostenibilidad del esquema actual”, agregan.
Si bien el mercado parece estar adaptándose a un nuevo esquema basado en el control de agregados monetarios, la percepción de riesgo sobre la divisa argentina persiste. Y, en ese sentido, el mercado espera con atención el resultado electoral. “El carry trade a favor del ARS (peso argentino) sigue siendo atractivo, pero su sostenibilidad dependerá del resultado electoral, la estabilidad macroeconómica, la disciplina fiscal y la capacidad del gobierno para sostener tasas reales elevadas sin deteriorar la actividad ni comprometer la dinámica de la deuda”, explican de la casa de inversiones.
Con todo, la expectativa es que la paridad llegue a 1.200 pesos por dólar a fin de año –bajando desde los 1.340 actuales–, subiendo su proyección desde los 1.150 pesos que proyectaban antes.