Si la semana acabó con Donald Trump, presidente de EE.UU., tocando los tambores de la guerra comercial ahora contra la Unión Europea, este lunes comenzó con la puesta en marcha de la misma estrategia que ha llevado con otros países. Es decir, hemos pasado de la amenazas de unos aranceles del 50% a partir de junio, que generaron caídas en las bolsas, a la confirmación de la Casa Blanca de que retrasa las tarifas para la UE hasta el 9 de julio.
“Hoy he recibido una llamada de Ursula von der Leyen solicitando una prórroga del plazo del 1 de junio sobre el arancel del 50% con respecto al comercio y la UE. He accedido a la prórroga. Ha sido un privilegio para mí hacerlo», ha indicado Trump en su plataforma Truth Social el 25 de mayo. Por su parte, horas antes, Von der Leyen informaba de que había mantenido una «buena» conversación con el presidente de EE.UU., en las que han abordado las negociaciones comerciales en marcha.
Se trata de un nuevo episodio de la estrategia de Trump en sus relaciones comerciales que supuso el pasado 23 de mayo caída en los mercados bursátiles globales. Por ejemplo, el Stoxx Europe 600 cayó un 1,7%, con sectores como el automotriz y el tecnológico particularmente afectados, y en EE.UU., el Dow Jones perdió 256 puntos, el Nasdaq bajó 188 puntos y el S&P 500 cayó 39 puntos.
Si nos centramos en este inicio de semana, “los mercados europeos toman como positiva la noticia y los futuros se anotan subidas fuertes a primera hora del lunes”, comenta Juan José del Valle, analista de Activotrade, en la apertura de mercado de hoy. “En este escenario, el euro sigue subiendo por encima de los 1,14 haciendo máximos del último mes durante las últimas horas y los futuros del DAX rebotan más de un 3% desde los mínimos del viernes”, añade del Valle.
Más allá de los aranceles
Según algunos expertos, estas idas y venidas de Trump y el seguimiento de las negociaciones comerciales con la Unión Europea, distraen al mercado de otras tendencias igualmente relevantes. Para José Manuel Marín Cebrián, economista y fundador de Fortuna SFP, Estados Unidos, ese eterno show de Broadway donde el telón nunca baja, ha vuelto a ofrecer otro acto digno de una tragicomedia financiera. “La semana pasada, los rendimientos del bono del Tesoro a 10 años se dispararon por encima del 4,50%, no porque la economía esté vibrando con vitalidad, sino porque el gobierno tuvo que subir la apuesta en su última subasta de deuda. Poca demanda, mucho nervio”, subraya Marín Cebrián.
Además, considera que la “fantasía fiscal estadounidense ya no engaña a nadie”: “Wall Street pasa del miedo escénico a la euforia con la facilidad de un actor de método, para luego tropezar con el telón y caer al foso de la orquesta. Mientras tanto, el drama fiscal estadounidense continúa desarrollándose, con Trump afilando su retórica, la Fed encogiéndose de hombros y el Tesoro imprimiendo papel”, sentencia el economista de Fortuna SFP.
En opinión de Javier Molina, analista de Mercados de eToro, lo importante ahora no es el dato de inflación, ni los PMI. “Es cómo se articula el nuevo triángulo de tensión: déficit fiscal, política comercial y curva de tipos. Si los bonos siguen sin reaccionar a la baja pese a la desinflación, será señal de que la desconfianza institucional está calando.
Los flujos ya están hablando. Y la historia reciente nos enseña que los flujos suelen anticipar lo que las valoraciones tardan en reflejar”.
Según su análisis, de momento las bolsas aguantan, pero argumenta que algo comienza a cambiar. “Las previsiones de beneficios en Estados Unidos se han ido revisando a la baja semana tras semana y muchas compañías han dejado de dar guías de futuro, literalmente porque no saben qué hacer. Y eso es otra señal de que la incertidumbre, más allá de los datos macro, se está colando por debajo de la piel del mercado”, apunta Molina.
A todo esto, considera que el movimiento de flujos está siendo revelador: “En Europa, los inversores están abandonando posiciones conservadoras para volver a buscar yield en deuda corporativa, high yield y emergente. Los flujos hacia fondos de duración corta han sido muy significativos, y los fondos monetarios empiezan a perder atractivo. Mientras tanto, la renta variable europea empieza a mostrar fatiga”.
Otras firmas de inversión ponen el foco en la arriesgada apuesta fiscal de Washington. Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, señala que, a largo plazo, las perspectivas fiscales no son alentadoras. “Los déficits superarán probablemente tanto las previsiones actuales como las normas históricas. De hecho, las previsiones suponen un crecimiento tendencial durante ese periodo. Una recesión leve podría situar el déficit cerca del 10% del PIB; una grave superaría casi con toda seguridad ese umbral. Y si la administración intenta trasladar el riesgo fiscal a los compradores extranjeros de deuda estadounidense, las probabilidades de un futuro episodio de tensión fiscal aumentarán aún más. Como mínimo, es probable que las primas por plazo de los bonos sigan siendo elevadas en un futuro previsible. Otra consecuencia es que, sin los ingresos arancelarios, el déficit aumentaría en otros 0,5 puntos porcentuales del PIB, lo que agravaría las perspectivas fiscales. Por lo tanto, es poco probable que la Administración ofrezca concesiones arancelarias sustanciales durante las negociaciones de las próximas semanas y meses”, explica el experto de J. Safra Sarasin Sustainable AM.
Para no precipitarse, según Hans-Jörg Naumer, Global Head of Capital Markets & Thematic Research de Allianz Global Investors, a muy corto plazo, esta semana será clave para determinar si empiezan a notarse señales de desaceleración en la mayor economía del mundo, y para eso habrá que estar atento a los datos macro que se publiquen este semana. En su opinión, la incertidumbre sigue siendo elevada, y eso nunca es positivo, ni para los mercados financieros, ni para la economía en general. Y reconoce que tampoco está claro qué rumbo tomará la política arancelaria de EE. UU. una vez concluya el periodo de suspensión de 90 días sobre las medidas anunciadas, ni hasta qué punto crecerá finalmente el déficit presupuestario del Gobierno estadounidense.
“Por suerte, la situación técnica de los mercados bursátiles se mantiene estable, al menos en los principales índices. Desde el episodio de tensión por los aranceles, la recuperación se ha ido ampliando, y ahora hay más valores al alza que a la baja. Aun así, no puede decirse que reine el optimismo: según la Asociación Americana de Inversores Individuales (AAII), el número de inversores bajistas -que invierten a la baja y, por tanto, tienen un sentimiento más pesimista- sigue siendo claramente superior al de los inversores “alcistas”, lo cual, curiosamente, suele interpretarse como una señal contraria. Esto significa que, aunque parezca raro, un sentimiento muy negativo puede indicar que el mercado está cerca de tocar fondo y podría empezar a subir”, afirma Naumer.
Negociaciones con Europa
En opinión de Laura Cooper, estratega macro senior de Nuveen, la escalada de la retórica arancelaria dirigida a la UE se parece mucho a la llevada a cabo con China: “Una táctica de negociación que finalmente conducirá a un resultado menos agresivo”. De hecho, Europa ya había amenazado con tomar represalias tras la prórroga recíproca de 90 días y lo ocurrido ayer augura más episodios de idas y venidas de retórica.
“Si se mantiene la tasa del 50%, el impacto sobre el crecimiento estadounidense podría equivaler a un recorte del casi el 0,5% e impulsar la inflación subyacente muy por encima del 3% este año. Pero, al igual que en el “Día de la Liberación”, es demasiado pronto para declarar el final del pulso arancelario. Las reacciones iniciales del mercado podrían corregirse, ya que es poco probable que Europa se vea finalmente con aranceles más elevados que China. Sin embargo, la incertidumbre política actual alimentará las oscilaciones del mercado y contribuirá a la erosión del excepcionalismo de EE.UU., con un efecto inducido de depreciación del dólar hasta finales de año”, afirma Cooper.
En su informe semanal, los expertos de Banca March reconocen que tras las reuniones telefónicas durante el fin de semana, permiten mantener en vigor la moratoria sobre los aranceles “recíprocos” estadounidenses.
“Según anunciaron ambos líderes, las negociaciones comerciales se extenderán hasta el próximo 9 de julio, periodo durante el cual se mantendrá la tregua arancelaria entre las dos potencias mundiales, que intercambian bienes por valor de algo más de 975.000 millones de dólares. En este contexto, nos vamos acercando al ecuador de la prórroga de 90 días decretada tras el ‘Liberation Day’ y, con ello, a medida que se va acercando la fecha límite para alcanzar nuevos acuerdos, previsiblemente las tensiones comerciales volverán a ganar protagonismo en los mercados. Cabe recordar que, en el caso de la UE, hasta el momento está vigente la subida del 10% de los aranceles de Estados Unidos aplicado a todos los países a la espera de las negociaciones bilaterales”, explican.