En su reunión de octubre, la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) ha recortado los tipos en 25 puntos básicos, tal y como se esperaba, situando el rango objetivo de los fondos federales en el 3,75%-4,0%. Para los expertos, lo más relevante fue que el comunicado que acompañó esta decisión reiteraba la preocupación por la evolución del mercado laboral, señalando que “los riesgos para el empleo han aumentado en los últimos meses”, mientras que mantuvo un lenguaje más moderado respecto a la inflación, calificándola únicamente como “ligeramente elevada”.
Powell ha hecho énfasis en la dependencia de los datos en 12 discursos únicos en 2025. Para Alexandra Wilson-Elizondo, global co-CIO de Multi-Asset Solutions de Goldman Sachs Asset Management, la conclusión de esta reunión es clara: se ha puesto la política en “piloto automático”, siguiendo la trayectoria marcada por el dot plot, a menos que nuevos datos fiables cambien el panorama.
“Una única publicación de inflación moderada, unas expectativas bien ancladas y señales anecdóticas de enfriamiento respaldan una postura cautelosa hacia la bajada de tipos. Si las condiciones se mantienen, es probable otro recorte de 25 puntos básicos en la reunión de diciembre”, sostiene Wilson-Elizondo.
En opinión de Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute, la Fed reafirmó que la suavización del mercado laboral sigue siendo un factor clave. “Vemos un mercado laboral más débil ayudaría a reducir la inflación y permitiría a la Fed bajar los tipos de interés. Los indicadores del sector privado y las solicitudes de subsidio de desempleo a nivel estatal en EE.UU. apuntan a una mayor moderación en el mercado laboral, aunque sin un deterioro brusco que genere preocupación por una desaceleración más pronunciada. Estamos observando fuentes de datos alternativas mientras esperamos el fin del cierre del gobierno para poder analizar los datos de septiembre y octubre y obtener confirmación”, apunta Boivin.
Próximos recortes
Con este recorte, justificado por las condiciones económicas, la Fed subrayó su independencia frente a las presiones políticas. Y, pese haber reactivado el ciclo de bajada de tipos, Powell se mostró prudente y, durante su intervención en la rueda de prensa posterior a la reunión, afirmando que un recorte de tipos en diciembre está “lejos de ser una conclusión inevitable”, lo que ha sacudido a los mercados, que ya descontaban plenamente una nueva bajada.
“Al mismo tiempo, la Fed reconoció que el actual cierre del Gobierno ha limitado el acceso a los datos económicos. Esta falta de visibilidad llevó a la Fed a abstenerse de ofrecer una orientación clara sobre si se producirá otro recorte en la reunión de diciembre de 2025. Las declaraciones de Powell sugieren que la Fed asume que el cierre podría prolongarse hasta diciembre de 2025. Una vez que finalice el cierre y se disponga de datos macroeconómicos, esperamos que estos respalden una bajada de tipos en diciembre de 2025”, añade Ray Sharma-Ong, Deputy Global Head of Multi-Asset Bespoke Solutions, en Aberdeen Investments.
Tiffany Wilding, economista de PIMCO, interpreta las claras declaraciones de Powell sobre la reunión de diciembre como un esfuerzo por hacer retroceder los precios del mercado. “Justo antes de la reunión de octubre, los contratos de futuros de fondos federales a más corto plazo valoraban una probabilidad superior al 90% de un recorte en diciembre. Los comentarios de Powell funcionaron. En el momento de escribir este artículo, la probabilidad implícita en el mercado de un recorte en diciembre se redujo a aproximadamente el 70%. Un recorte en diciembre sigue siendo nuestra perspectiva base, pero con menos certeza”, explica.
Aún con la narrativa de la Fed sobre la falta de visibilidad sobre los datos, las firmas de inversión ven claro que habrá nuevas bajadas de tipos. Desde UBS Global Wealth Management, por ejemplo, mantienen su previsión de dos recortes adicionales entre ahora y principios de 2026 -con una mejora de la liquidez que seguirá respaldando los activos de riesgo-. Para David Kohl, economista jefe de Julius Baer, la bajada de tipos de octubre es la antesala de nuevas reducciones del precio del dinero. “El FOMC redujo su tipo de interés de referencia y abrió el debate sobre una nueva bajada en la próxima reunión. Las diferentes posturas dentro del FOMC y la falta de datos del mercado laboral debido al cierre del gobierno dificultan la decisión sobre la trayectoria de los tipos de interés en este momento. Seguimos previendo nuevas bajadas de 25 puntos básicos en futuras reuniones del FOMC ante un menor crecimiento del empleo”, afirma.
“Powell también ha destacado las dos disensiones en la decisión del FOMC como prueba de que el Comité no sigue un rumbo preestablecido. Ha reforzado este tono más agresivo (o hawkish) al sugerir que la incertidumbre de los datos. De cara al futuro, esperamos que esta escasez de información se traduzca en una postura más dovish. Prevemos un recorte adicional antes de fin de año, en línea con esta dinámica y con la preferencia revelada por una postura más acomodaticia, evidenciada en el fin anticipado del QT”, añade Max Stainton, estratega senior de Macroeconomía Global en Fidelity International.
El final de QT
En opinión de Max Stainton, estratega senior de Macroeconomía Global en Fidelity International, esta orientación acomodaticia (o dovish) se ha visto reforzada por el anuncio de un fin anticipado del endurecimiento cuantitativo (Quantitative Tightening o QT, en inglés), que ahora está previsto para el 1 de diciembre, y que las reinversiones en MBS se redirigirán a letras del Tesoro a partir de ese mismo día.
“Aunque la mayoría de los analistas esperaban este anuncio en la reunión del FOMC de diciembre, las recientes tensiones en los mercados de financiación parecen haber inquietado al Comité ante la posibilidad de una mayor volatilidad en los tipos de interés, provocada por una ligera escasez de reservas. En conjunto, esto sigue evidenciando el giro de la Fed hacia una mayor atención a la evolución del empleo”, explica.
Según explica Eric Winograd, economista jefe de EE.UU. de AllianceBernstein, la decisión de hoy de dejar de reducir las tenencias de bonos del Tesoro no fue una sorpresa y no debería tener implicaciones significativas para los mercados o la economía. “La Fed continuará reduciendo sus tenencias de valores respaldados por hipotecas (MBS), pero los vencimientos de estos se reinvertirán en letras del Tesoro, ayudando así a la Fed a avanzar hacia un balance compuesto únicamente por bonos del Tesoro, como es su objetivo”, indica.
Respecto al QT, explica que ha transcurrido, en gran medida, como la Fed esperaba: en segundo plano, con unos 5.000 millones de dólares durante los últimos meses, el cambio anunciado ahora es trivial. “En el actual marco de aplicación de la política monetaria, la Fed busca mantener las reservas bancarias en niveles amplios, lo que implica no poner a prueba los límites inferiores de la tolerancia del mercado a la reducción del balance. De hecho, el balance de la Fed ya se ha reducido desde un máximo de aproximadamente 9 billones de dólares hasta los 6,5 billones actuales”, matiza.
En sí, el fin del ajuste cuantitativo afecta principalmente a la estructura de reservas y al funcionamiento del mercado monetario, y no dice mucho sobre la trayectoria futura de los tipos de interés oficiales. Ahora bien, el calendario que la Fed planteó decepcionó a los mercados, que esperaban una aplicación más temprana, en noviembre de 2025. “Los mercados de renta variable y de tipos de interés reaccionaron negativamente al tono agresivo de Powell durante la rueda de prensa, lo que reforzó el marco de las malas noticias son buenas noticias: unos datos económicos más débiles probablemente darían lugar a una mayor flexibilización, lo que podría apoyar a los mercados de renta variable”, apunta Sharma-Ong.



Por Carlos Ruiz de Antequera