Cada vez se lee y se escucha más la palabra “desdolarización”. En el año de la sacudida para el comercio internacional que significó la política arancelaria de Donald Trump y sus amenazas explícitas a la independencia de la Reserva Federal, Bank of America cree que el proceso de desdolarización “ha sido evidente”, Citi dice que es solo un «espejismo» y Ninety One sugiere que podríamos estar frente a un punto de inflexión tanto para la divisa estadounidense como para los mercados internacionales. El dólar ha caído casi un 9% este año.
En una nota dirigida a sus clientes, los estrategas de BofA destacaron la renovada debilidad del dólar, ya que “los inversores se están centrando cada vez más en la cobertura cambiaria del riesgo denominado en dólares estadounidenses”.
Según Bank of America, “esto seguirá siendo un tema recurrente durante algún tiempo, ya que esperamos que el dólar estadounidense se deprecie aún más desde sus niveles sobrevalorados”.
Los estrategas también escribieron que “mantener una visión constructiva sobre la renta variable estadounidense solo es compatible con una cobertura adecuada del riesgo cambiario de esa exposición”.
Añadieron que, si bien el cambio en la asignación de las reservas de divisas alejándose del dólar ha sido “gradual”, el proceso de “desdolarización” ha sido “evidente”.
¿Solo una ilusión?
Los gestores de reservas de los principales bancos centrales muestran un sesgo creciente hacia monedas no tradicionales, como el dólar australiano, el canadiense e incluso las divisas de países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Aunque el cambio es paulatino, los analistas de BofA describieron este proceso como una “bifurcación” de las reservas que podría convertirse en tendencia dominante en los próximos años.
En cambio, los analistas de Citigroup usaron la palabra “espejismo” para refutar la opinión de que «los inversores globales están buscando soltar su dependencia del dólar». La narrativa de la «desdolarización» -dijeron- es una «ilusión» sin respaldo en datos económicos.
El equipo de estrategas liderado por Osamu Takashima señaló en un informe a sus clientes que los datos de balanza de pagos de Estados Unidos no muestran signos de «dumping masivo de activos en dólares».
El equipo del banco añadió que, a largo plazo, no hay una correlación significativa entre la entrada de inversiones en valores extranjeros (en tamaño) y el desempeño de la tasa de cambio del dólar. Los estrategas escribieron: «Vemos a la desdolarización como una narrativa creada para justificar el debilitamiento del dólar causado por la liquidación de posiciones y los ajustes de los coeficientes de cobertura. Creemos que el riesgo de depreciación del dólar debe considerarse por separado de la cuestión de la desdolarización».
Un documento firmado por Daniel Morgan, analista del Investment Institute de Ninety One, plantea que el largo periodo de liderazgo de las acciones estadounidenses (y del dólar fuerte) podría estar llegando a un punto de inflexión. Y que el consenso de que Estados Unidos seguirá siendo “el lugar seguro” para invertir se está viendo retado por varios factores estructurales que podrían favorecer mercados fuera de EE.UU. tanto en países desarrollados como emergentes.
El informe plantea también que Europa ha pasado de una fase de austeridad a una política más expansiva, y que muchos mercados emergentes tienen finanzas públicas más sanas que los países desarrollados, lo que les da “espacio para maniobrar”.
Mirar hacia otras regiones
La gestora global de activos plantea que a pesar de que los inversores internacionales tienen grandes posiciones en activos estadounidenses, “hay riesgo de que los flujos netos hacia EE.UU. disminuyan o se reviertan”. Para Ninety One, el dólar está sobrevalorado en comparación con su historia, y las acciones estadounidenses siguen siendo caras en términos globales.
Una de las conclusiones de la firma es que los indicadores fundamentales sugieren una “menor asignación a la renta variable estadounidense de lo que sugieren los índices de referencia por capitalización bursátil, ya que los mercados internacionales y emergentes ofrecen rendimientos potencialmente más elevados”.
«Los inversores deben mirar más allá de lo conocido para identificar nuevos motores de crecimiento que están surgiendo en todas las regiones, sectores y segmentos del mercado. Para navegar con éxito en este próximo ciclo, será necesario una diversificación con visión de futuro y una selección cuidadosa y ascendente que permita aprovechar un conjunto más amplio de oportunidades globales moldeadas por tendencias fundamentales, en lugar de la inercia de los índices», puntualizó la gestora en el escrito.
La Corte Suprema analizará el próximo 5 de noviembre la legalidad de los aranceles globales impulsados por Donald Trump, quien además criticó reiteradamente a la Reserva Federal por no recortar las tasas con mayor agresividad. Esto, y la expectativa de nuevos recortes de tasas, alimenta la búsqueda de diversificación en los portafolios internacionales y acelera el alejamiento parcial del dólar como principal moneda de reserva.