Mientras Estados Unidos se aleja del libre comercio sin restricciones, Japón está bien posicionado para erigirse en una potencia líder, en opinión de Anne Vandenabeele, economista de Capital Group. Según su análisis, el tipo arancelario medio del país estaba entre los más bajos del mundo al inicio de 2025, lo que apunta a la posibilidad de que las negociaciones con Estados Unidos sean productivas en un escenario de crecientes temores a una guerra comercial.
“Japón ha suscrito en los últimos años múltiples acuerdos de asociación económica y de libre comercio con bloques como la Unión Europea y varios países de Asia Pacífico. En la actualidad, más del 87% del comercio japonés se realiza con países con los que ha firmado o está negociando una alianza económica o un acuerdo de libre comercio”, destaca.
Además, Vandenabeele recuerda que el país celebró acuerdos comerciales y digitales con Estados Unidos durante el primer mandato de Trump, y los dos países continúan colaborando en ámbitos como la tecnología 5G, la exploración espacial y la investigación médica. “Las principales compañías japonesas están también construyendo instalaciones de producción en Estados Unidos, contribuyendo así a uno de los objetivos clave del gobierno de Trump. Por ejemplo, el fabricante de sistemas de aire acondicionado y refrigeración Daikin ha abierto una fábrica en Houston. Además, las compañías japonesas han anunciado una inversión de aproximadamente un billón de dólares en Estados Unidos, que podría aumentar en los próximos meses”, señala.
En su opinión, eso no quiere decir que el país no se enfrente también a ciertos riesgos. “La exportación sigue siendo muy importante en Japón: el 20% de sus productos se exporta a Estados Unidos, de los cuales el 30% son automóviles. Cuanto más se prolongue el actual contexto de aranceles elevados, mayor es el riesgo de que pueda afectar al escenario de reflación de la economía japonesa. No obstante, ello no acabaría con la tendencia de reflación a largo plazo, ya que se mantiene la dinámica de escasez de mano de obra, crecimiento salarial y necesidad de aumentar la eficiencia empresaria”, concluye.