Hace poco más de 10 años Fidelity International lanzó su gama de ETFs de gestión activa, teniendo en cuenta el valor añadido que aportan sus analistas, más de 160 en todo el mundo. La construcción de carteras en la firma se apoya en esta fortaleza, pero también, en las “muchas conexiones” que cuenta con la macroeconomía. Así lo cree Edoardo Cilla, director del equipo de Global Macro y de Asignación de activos de Fidelity International, que admite que ahora “vemos muchas conexiones entre la macroeconomía y la construcción de carteras desde una perspectiva activa”. También, tendencias muy interesantes en los mercados y en el panorama macroeconómico en general, como la concentración o las tendencias de la inflación y los tipos de interés. Todas ellas “están cambiando y transformando el panorama de inversión”.
Para arrancar, el experto admite que una de las variables más importantes que suele analizar es la volatilidad macroeconómica. Un barómetro que repuntó durante la crisis del COVID-19, y que, pese a una mayor estabilidad en la actualidad, “aún se encuentra por encima del nivel que consideraríamos de equilibrio”. Y seguirá así: “En nuestro escenario base, todo esto no se mantendrá durante los próximos 10 a 15 años, por eso tiendo a centrarme en la asignación estratégica de activos”.
Cilla tiene claro que la tendencia apunta a una mayor inflación y una mayor volatilidad de la inflación, “lo que también implica mayores rendimientos y una mayor correlación entre renta variable y bonos”. Por lo tanto, todas las condiciones que han caracterizado al período posterior a la crisis financiera global y previo al COVID-19, “no constituirán el escenario base en el futuro”.
Respecto al mercado de renta variable, “existe un gran problema, o una gran oportunidad, derivada de la concentración”. Ahora, “es necesario ser más cauteloso al gestionar los riesgos y las oportunidades que surgen de esta dispersión”. Cilla cree que, desde la perspectiva de la gestión activa, es fundamental examinar los fundamentales y observar cómo estos factores están transformando estructuralmente la dinámica del mercado.
Otra tendencia importante que analizan detenidamente en Fidelity International es la relacionada con el margen de beneficio y la eficiencia de las empresas. El experto explica que, hasta 1990, este margen de beneficio rondaba el 6% en Estados Unidos. Ahora, se ha producido un crecimiento significativo, principalmente, por menores impuestos y costes del capital. Pero esta situación “puede no prolongarse”, teniendo en cuenta que “los tipos de interés están más altos y los impuestos ya están en un nivel bastante bajo”.
En este punto, a las empresas les queda seguir mejorando a través de la IA. “La tendencia es innegable”, pero el experto es consciente de que las valoraciones están “claramente sobrevaloradas”. Eso sí, matiza que los balances siguen siendo “bastante sólidos”, con ratios de apalancamiento controlados y mucha liquidez para financiar las inversiones. Cree que sigue siendo “una historia que podría tener repercusión a corto plazo, pero a largo, veremos valoraciones más saludables, lo cual no implica una recesión ni una gran crisis”.
El experto también observa “buenas opciones” fuera de Estados Unidos y cree que “probablemente” sea un buen momento para empezar a pensar en la exposición global a la IA, como, por ejemplo, en India o China. También, en Japón, o en Corea, “donde se llevan a cabo reformas que están impulsando la rentabilidad para los inversores”. Incluso, en Europa, donde el experto percibe “un cambio radical en el discurso”, con el mayor gasto público.
En definitiva, el experto concluye que “hemos entrado en una nueva fase de mayor concentración”, pero también de “dispersión en términos de volatilidad e incertidumbre”. Por eso, cree que es importante empezar a analizar los mercados con una perspectiva de futuro.
Cómo construir ETFs activos a partir de la visión macro
Todas estas premisas se tienen en cuenta a la hora de diseñar carteras. Andrea Semino, director de Ventas de ETFs para el Sur de Europa, ofreció las estrategias con ETFs de gestión activa de Fidelity en concordancia con el contexto macroeconómico que describió Cilla. Semino explica que la principal conexión con esas tácticas radicaría en que los inversores se sumergieran en una estrategia defensiva. Pero la actitud cambia desde una visión estratégica.
Semino rememora que cuando empezó con los ETFs y las estrategias cuantitativas hace 15 años, “la gestión activa de ETF habría sido una completa contradicción, porque el mercado partía de la premisa de que todos los ETFs eran iguales, tan simples como ese vehículo pasivo”. Hoy, con los ETFs de gestión activa, “presenciamos una de las mayores tendencias del sector en las últimas décadas”. El experto afirma que los ETFs activos “están transformando el sector de la inversión” porque combinan la eficiencia, transparencia e inmediatez de los ETFs con el poder de la gestión activa de una cartera.
Pero ¿qué son exactamente los ETF de gestión activa? “Básicamente, es un instrumento financiero donde se puede implementar cualquier estrategia de inversión. Y es una tecnología, porque es más avanzada que los fondos tradicionales”, apunta. Además, es muy transparente, ya que se puede operar con ellos en un mercado secundario, incluso intradía. Al ser una tecnología, también se puede usar de diversas maneras. El experto afirma que un ETF de gestión activa combina lo mejor de ambos mundos: la transparencia y la eficiencia del ETF como instrumento y estructura, junto con el poder de la gestión activa, “que consideramos fundamental”.
El experto hizo hincapié en la generación de alfa de los fondos de Fidelity International gracias a la incorporación del trabajo de sus analistas. Para lograrlo, explica que se le da margen de maniobra al gestor de cartera para generar alfa y asumir riesgos superiores al índice de referencia. Además de buscar un equilibrio para combinar la eficiencia de un ETF como vehículo de inversión con cierta gestión activa para desarrollar una oferta adaptada a los distintos niveles de tolerancia al riesgo y de tracking error de cada cliente.
La firma cuenta con una gama de productos Smart Beta “muy exitosa”: la familia más antigua corresponde a las estrategias de ETFs de renta fija y ETFs value; a ellas se unen una gama semiactiva de 14 ETFs diferentes -tanto de renta variable como de renta fija- con un tracking errordel 1% al 1,5%, y que está diseñada “para mejorar el perfil de rentabilidad-riesgo de esta clase de activos”.
Por último, la firma acaba de lanzar en Europa sus ETFs de alta convicción en renta variable estadounidense, que integran las mejores ideas de Fidelity de todos los gestores de cartera en un único ETF que presenta un margen de tracking error de entre el 4% y el 6%. “Invertir en este momento es difícil debido a la alta valoración, especialmente en Estados Unidos. Por eso, el papel de la gestión activa es aún más central y crucial que antes”, asegura, “incluso si excluimos el efecto de las Siete Magníficas”.
La firma aplica este enfoque a dos mercados distintos: renta variable estadounidenses de gran capitalización y renta variable de pequeña capitalización, atrayendo esta última mucho interés por una serie de motivos, principalmente, porque las empresas de pequeña capitalización estadounidenses podrían beneficiarse del ciclo de recortes de tipos de la Reserva Federal: las empresas más pequeñas suelen financiarse a través del sistema bancario y a tipos variables, por lo que la bajada de los tipos de la Fed “les reporta un beneficio inmediato en términos de rentabilidad”.
Cómo construir un ETF activo de alta convicción
Fidelity -según recuerda el experto- cuenta con un equipo de 150 analistas de renta variable que se dedican a examinar valores sectoriales, a los que otorgan calificaciones desde «fuerte compra» a «fuerte venta». La idea es transformar esta calificación en señales cuantitativas y luego optimizar la cartera. “Limitamos la construcción de la cartera para que sea neutral desde el punto de vista sectorial, geográfico y del estilo de inversión con respecto al índice de referencia”, detalla.
Si bien es cierto que probablemente convenga mantener posiciones largas en el mercado, en renta variable, existen tendencias, como la IA, que determinarán quiénes ganan y quiénes pierden. Por lo tanto, es necesario “adoptar un enfoque activo, y actualmente, la gestión pasiva ya no es la mejor opción”.
También aplican este enfoque al mercado de bonos. ¿Cuál es el proceso en este caso? En esta clase de activos, los principales factores de riesgo son la duración y el riesgo crediticio. Al igual que con las acciones, la firma mantiene el riesgo sistemático en línea con el índice de referencia, por lo que son neutrales en cuanto a duración y riesgo crediticio, al tiempo que optimiza la cartera para seleccionar los bonos con mayor potencial de rentabilidad. Para ello, se seleccionan los títulos de renta fija que presenten un diferencial superior a la curva de rendimiento de su emisor.



