El equipo económico de Argentina logró un “aprobado” del mercado en la primera emisión de deuda denominada en dólares después de 8 años sin acceso a financiamiento de mediano y largo plazo en moneda extranjera. El Gobierno de Javier Milei consiguió 910 millones de dólares a 4 años al 9,2%, a través de la emisión del nuevo BONAR 2029 bajo legislación local. Expertos consultados por Funds Society coincidieron en que este primer test fue positivo, aunque todavía no están dadas las condiciones para una emisión mayor y a plazos más amplios en el mercado internacional.
El título público presenta un cupón del 6,5% anual con pagos semestrales, además de contemplar la amortización total del capital al momento de su vencimiento, previsto para el 30 de noviembre de 2029. Según la Secretaría de Finanzas, la licitación atrajo ofertas superiores a los 1.400 millones de dólares, presentadas por más de 2.500 inversores.
El Ministerio de Economía informó que el monto obtenido será aplicado al pago de la amortización de los Bonares 2029 y 2030, cuyos vencimientos se concretarán el 9 de enero próximo. Las obligaciones forman parte de un calendario más amplio que contempla compromisos por 4.200 millones de dólares a comienzos de 2026.
“Fue un primer paso para marcar el camino hacia la obtención de nuevo financiamiento, para refinanciar vencimientos y comenzar a fortalecer el frente externo”, evaluó Florencia Calvente, Head of Research en ConoSur Investments. “Con un riesgo país por encima de 600 puntos, la tasa quedó casi 1% por debajo de la curva local en dólares, en un bono que además amortiza en el próximo gobierno”, agregó.
Desde la UADE, Pablo Salina, docente de las Licenciaturas en Economía y Finanzas, señaló que la respuesta del mercado a la emisión mostró que “existe una demanda dispuesta a financiar al Estado Nacional, aunque todavía a un costo muy alto, reflejando la percepción de riesgo país vigente”.
“La emisión es un hito importante porque marca el regreso del financiamiento en dólares para el soberano a través de mecanismos de mercado convencionales”, indicó, por su parte, Eric Ritondale, economista jefe de PUENTE. En tanto, desde Nueva York, Rodolfo Sosa-García, CEO de Galilei Consulting, aseguró que la tasa del bono “fue la objetivo de Luis Caputo (ministro de Economía); hubo demanda en los mercados y junto con la disminución del riesgo país, son factores positivos para emitir a futuro deuda óptima a nivel internacional”.
Menor riesgo país y mayor acumulación de reservas: lo que pide el mercado
El Gobierno argentino tiene restricciones para emitir en el mercado internacional sin aprobación del Congreso. Con el resultado de las elecciones legislativas de finales de octubre, el camino hacia la aprobación de reformas estructurales quedó más claro, y es algo que mira de cerca el mercado, además del nivel de reservas del Banco Central.
Se espera la aprobación del Presupuesto 2026 en las próximas semanas, lo que habilitaría una nueva emisión bajo Ley New York. Sin embargo, hay un consenso generalizado: el riesgo país debería bajar hasta niveles más cercanos a 450/500 puntos. Actualmente, el indicador se mantiene cerca de los 650 puntos.
“Más allá del costo, el punto central es que el flujo apareció. Es lógico que el mercado se abra gradualmente; empezar con emisiones de montos más bajos ayuda a marcar el sendero y a reconstruir confianza. Quizás la expectativa estaba demasiado alta —dado que en entrevistas se mencionaba la posibilidad de obtener 1.000 millones de dólares al 9%— y por eso algunas lecturas muestran cierta “desilusión”, pero para nosotros fue un hito muy positivo”, consideró Calvente, Head of Research de ConoSur Investments.
La principal demanda del mercado es ver señales de mayor solidez en el frente externo. “La tasa obtenida -apuntó Pablo Salina- es coherente con un país que aún se encuentra en proceso de normalización macroeconómica y apertura de su mercado de deuda. No es una tasa ‘de acceso pleno’, sino una tasa de prueba: los inversores participaron, pero exigiendo una prima elevada para compensar cierta incertidumbre fiscal, política y cambiaria que aún existe”.
En su opinión, el país todavía no está en condiciones de volver al mercado internacional “de manera amplia, regular y a tasas compatibles con la sostenibilidad de largo plazo”.
Los inversores del exterior hoy piden tres garantías fundamentales antes de comprometer capital hacia el Estado Nacional argentino: Consolidación fiscal sostenible, acumulación de reservas y estabilidad cambiaria (los fondos demandan señales claras de que el Banco Central puede evitar saltos bruscos del tipo de cambio y sostener un proceso de normalización monetaria; por último, exigen reglas de juego estables.
“La principal demanda -de los inversores extranjeros- es ver señales de mayor solidez en el frente externo”, explicó Calvente. “Creemos que ese proceso se irá dando de manera gradual, y que tanto la reciente emisión de deuda en dólares como las compras de divisas por parte del Tesoro (con un tipo de cambio que se mantiene estable) son señales positivas en ese sentido”, agregó.
Rodolfo Sosa-García, CEO de Galilei Consulting, apuntó que el “timing” de salida al mercado internacional con una colocación mayor “dependerá de los objetivos del Gobierno argentino”.
El ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció recientemente en una entrevista realizada en el hotel Four Seasons que la credibilidad en Argentina sigue siendo insuficiente, con un riesgo país en 600–630 puntos cuando “debería estar en 300–350 puntos”. Proyectó también 20 años de oportunidades para el país si se sostienen la estabilidad macro, la desregulación y la reducción impositiva.


Por Guadalupe Barriviera
