La adopción del blockchain está siendo impulsada por una regulación en evolución y un énfasis creciente en la transparencia y la rendición de cuentas. Ante esto, ¿cómo se puede facilitar los nuevos instrumentos financieros, como las stablecoins, y modernizar los sistemas heredados?
Según el último informe de Citi Institute, titulado“Digital Dollars: Banks and Public Sector Drive Blockchain Adoption”, con el viento a favor del respaldo regulatorio y factores como la creciente integración de los activos digitales en las instituciones financieras tradicionales y un entorno macroeconómico favorable, se producirá un aumento de la demanda de stablecoins.
En esta tendencia, considera que el potencial del blockchain será un punto de apoyo. “A nivel global, los procesos gubernamentales siguen siendo, en gran medida, una serie de pasos discretos y aislados, que aún dependen de grandes cantidades de papel y trabajo manual. El blockchain ofrece un gran potencial para sustituir los sistemas centralizados existentes por una eficiencia operativa más fluida, mejor protección de datos y una reducción del fraude”, señalan desde la entidad.
Sin embargo, reconoce que persisten riesgos y desafíos significativos. Estos incluyen la vulnerabilidad ante posibles fraudes, preocupaciones sobre la confidencialidad y el acceso seguro a los activos digitales.
Tendencias que apoyan el crecimiento de las stablecoins
Según el informe de Citi Institute, 2025 podría ser para el blockchain lo que fue ChatGPT para la inteligencia artificial, en términos de adopción en los sectores financiero y público, impulsado por cambios regulatorios.
Se estima que el suministro total en circulación de stablecoins podría crecer hasta 1,6 billones de dólares y hasta 3,7 billones en un escenario optimista de aquí a 2030. Dicho esto, el informe matiza que la cifra podría estar más cerca de medio billón de dólares si persisten los retos de adopción e integración.
“Esperamos que el suministro de stablecoins siga denominado mayoritariamente en dólares estadounidenses (aproximadamente el 90%), mientras que países no estadounidenses promoverán monedas digitales de banco central (CBDC) denominadas en moneda nacional”, indica el informe.
Respecto al marco regulatorio, señala que en EE.UU. para las stablecoins podría generar una nueva demanda neta de bonos del Tesoro estadounidense, haciendo que los emisores de stablecoins se conviertan en algunos de los mayores tenedores de estos bonos para 2030. “Las stablecoins representan cierta amenaza para los ecosistemas bancarios tradicionales mediante la sustitución de depósitos, pero probablemente ofrecerán a los bancos y entidades financieras oportunidades para nuevos servicios”, reconocen desde Citi Institute.
El papel del sector público
Por último, el documento señala que la adopción del blockchain en el sector público también está ganando terreno, impulsada por un enfoque continuo en la transparencia y la rendición de cuentas en el gasto público, como lo demuestra la iniciativa DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) del gobierno de EE UU. y los proyectos piloto con blockchain de bancos centrales y bancos multilaterales de desarrollo.
Según apunta, entre los principales usos del blockchain en el sector público destacan: seguimiento del gasto, distribución de subsidios, gestión de registros públicos, campañas de ayuda humanitaria, tokenización de activos e identidad digital. “Aunque inicialmente los volúmenes en cadena del sector público probablemente serán pequeños, y los riesgos y desafíos siguen siendo considerables, el aumento del interés por parte del sector público podría ser una señal importante para una adopción más amplia del blockchain”, concluye el informe.
¿Qué pasa en el resto del mundo?
En el caso de la Unión Europea, el BCE ha superado la mitad de la fase de preparación del proyecto del euro digital que se inició en noviembre de 2023. La decisión de pasar a la siguiente fase está prevista para octubre de 2025, y la decisión final sobre la su introducción está sujeta a la adopción del marco jurídico.
“El segundo informe del BCE sobre los preparativos para el euro digital, publicado en diciembre de 2024, destaca los importantes avances realizados en áreas cruciales, como la actualización de las normas del euro digital, la colaboración en el diseño centrado en el usuario, la selección de posibles proveedores para la plataforma de servicios del euro digital y la colaboración proactiva con las partes interesadas”, explica Milya Safiullina, analista de Scope Ratings.
Según señala Safiullina, la mayoría de los países que exploran las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) se centran en mejorar los sistemas de pago, la inclusión financiera y la eficacia de la política monetaria, al tiempo que abordan retos como la privacidad y los marcos reguladores. En su opinión, los países están avanzando, pero todos tienen prioridades diferentes, desde la soberanía financiera hasta la reducción de la dependencia de divisas extranjeras o la mejora de la eficiencia de los pagos.
“Más de 130 países están estudiando la creación de CBDC y más de 60 se encuentran en fases avanzadas de desarrollo, prueba piloto o lanzamiento, aunque sólo cuatro (Bahamas, Zimbabue, Jamaica y Nigeria) han puesto en marcha CBDC. El yuan digital se encuentra en una fase piloto avanzada. Otras grandes economías están investigando activamente o probando CBDC, aunque se encuentran en fases más tempranas”, destaca la analista.