BME presentó recientemente el Playbook España T+1, un documento en el que se recoge todas las conclusiones alcanzadas en la taskforce española sobre la transición al ciclo de liquidación en un solo día. Una reducción de los plazos de liquidación que estará vigente en Europa en octubre de 2027.
La presentación del grupo de trabajo, encabezada por BME y con la colaboración de Deloitte, contó con la participación de representantes de Inverco para dar a conocer la visión general de los impactos de la medida en la industria de asset management.
En concreto, Mar Elordi, manager de Regulación y Public Policy de Inverco, adelantó que desde la Asociación se pusieron en marcha para calibrar «el grado de evaluación del sector y detectar los retos operativos» a los que se enfrenta ante el reto del nuevo plazo de liquidación.
Con este objetivo, desveló que Inverco circuló a los asociados entre abril y junio de este año dos cuestionarios; uno de índole más general y otro más detallado, con 34 preguntas a las que respondieron entidades de diverso tamaño, tanto nacionales como internacionales.
El análisis de esta encuesta reveló, según Elordi, que el sector «evoluciona favorablemente» hacia la adopción de un nuevo ciclo de liquidación en T+1. «De hecho las gestoras ya operan en este plazo en la parte de las carteras invertidas en mercados americanos», aseguró, para añadir que muchas «han iniciado procesos de adaptación, como en materia de sistemas y otras están ya preparadas para operar en T+1».
De hecho, Lara Francés, manager en Deloitte y que acompañó a Elordi en la presentación, adelantó que, a día de hoy y con los datos recabados, «el 7% de las gestoras está para operar en T+1 al 100%» y el 93% sabe que tiene que realizar alguna operativa relacionada con los nuevos plazos de liquidación, pero tiene que hacer el análisis e implantarlo.
Prioridades de la industria para el nuevo plazo de liquidación
Una de las principales prioridades identificadas por el sondeo que realizó Inverco en el segundo trimestre del año es la necesidad de adaptar los procesos operativos al nuevo entorno, «lo que implica avanzar hacia la automatización», según Elordi.
En este sentido, aunque algunas gestoras aún reconocen que cuentan con procesos manuales en ciertas fases, como en la interacción con brókers y depositarios, «sí que se está produciendo una evolución positiva en este aspecto». Eso sí, Elordi alerta de que una mayor automatización supone también una mayor dependencia de proveedores de servicios «que en muchos casos están basados fuera de la UE, concretamente de Estados Unidos, lo que es un aspecto a tener en cuenta».
Otra conclusión del análisis que destaca la experta es la importancia de la coordinación con los intermediarios, especialmente en lo relativo con la confirmación de las operaciones y el envío de instrucciones de liquidación para asegurar el cumplimiento de los nuevos plazos. «Mecanismos como la liquidación parcial ya se están aplicando en su mayoría por parte de las entidades, si bien de forma puntual o residual», asegura.
Elordi también destacó que, dentro de las particularidades de las gestoras, una de las cuestiones analizadas es el posible desalineamiento entre los ciclos de liquidación de los valores en cartera y de los plazos de suscripciones y reembolsos.
A raíz de esto, a nivel europeo, la representante de Inverco en la presentación del informe recordó que el Industry Comitee «anima a las gestoras a reevaluar los ciclos de liquidación de sus fondos, considerando reducirlos a T+2 o, si es posible, a T+1». Aunque también matizó que serían posibles periodos de liquidación más largo es adecuado cuando sea necesario, por ejemplo, por motivos operativos.
El sondeo de Inverco no identifica barreras legislativas que vayan a impedir esta transición hacia T+1, «lo que permite a las firmas centrar los esfuerzos en lo realmente importante: los retos operativos, la mejora de la coordinación y el avance hacia una mayor automatización», asegura Elordi que concluyó que en este proceso de reducción de los plazos de liquidación, «la industria está respondiendo con compromiso y pragmatismo, lo que nos permite ver con las respuestas a los cuestionarios que la transición a T+1 no solo es posible, sino que ya es una realidad en muchos aspectos».
Por su parte, Francés aconseja a las gestoras que, para hacer su análisis y transición a T+1, que empezaran por los procesos, «el end to end», desde la estrategia a la definición del producto hasta el post trade, «identificando los procesos que estarían impactados por la normativa T+1, focalizándose sobre todo en las operaciones de compraventa, e intentando estandarizar lo máximo posible los procesos y en la automatización».
En lo que a sistemas se refiere, Francés cree necesario que las firmas valoren si los actuales «tienen la capacidad de automatización necesaria o si se requieren nuevos desarrollos o sistemas a implementar».