La Generación Z, que pronto representará la mayoría de la fuerza laboral estadounidense, enfrenta niveles de estrés más altos y menos apoyo social, lo que podría tener implicaciones directas en productividad, rotación y costos laborales, según el Informe de Tendencias de Calidad de Vida 2025 elaborado por Humankind en colaboración con NORC de la Universidad de Chicago.
El estudio, basado en una muestra nacional de 1.121 adultos, muestra que el 79% de los empleados jóvenes asegura que el estrés interfiere con su rendimiento, afectando su capacidad de concentración, toma de decisiones y motivación. Los principales factores identificados incluyen problemas de sueño, hábitos alimenticios y estrés financiero, este último considerado un distractor clave en el entorno laboral.
Además, casi la mitad de los adultos en edad laboral tiene dos o menos personas de confianza a quienes acudir en una crisis, mientras que uno de cada diez trabajadores menores de 44 años carece completamente de una red de apoyo.
“El bienestar financiero y emocional de los empleados influye directamente en su capacidad de generar valor. Las compañías tienen la oportunidad y la responsabilidad de intervenir antes de que el estrés erosione el compromiso y la productividad”, señaló Jaclyn Wainwright, cofundadora y directora ejecutiva de Humankind.
El informe subraya que los modelos tradicionales de beneficios pasivos ya no satisfacen las necesidades de una fuerza laboral más joven y diversa. Las organizaciones deberán apostar por estrategias proactivas y personalizadas de bienestar financiero y emocional para retener talento y optimizar el rendimiento operativo en un contexto cada vez más competitivo.



