En este último trimestre del año, los acontecimientos geopolíticos parecen haber desplazado el foco de las tensiones comerciales en torno a la política arancelaria de la administración estadounidense. Sin embargo, desde la semana pasada hemos asistido a un recrudecimiento de las tensiones entre China y Estados Unidos, que se produce justo antes de la reunión prevista entre Trump y Xi en la cumbre de la APEC a finales de este mes.
¿Qué ha ocurrido? “El jueves 9 de octubre el Ministerio de Comercio chino anunció la ampliación de las restricciones a las exportaciones de tierras raras, extendiendo las limitaciones a los exportadores extranjeros y a las tecnologías relacionadas con las tierras raras. Al día siguiente, el gobierno de Trump respondió rápidamente con la imposición de un arancel del 100% a todos los productos chinos, además de los ya existentes”, resume Elizabeth Kwik, directora de Inversiones en Renta Variable Asiática de Aberdeen Investments.
Según matiza Nannette Hechler-Fayd’herbe, Head of Investment Strategy, Sustainability and Research, CIO EMEA de Lombard Odier, desde una reunión en Ginebra en mayo de 2025, Estados Unidos y China habían pospuesto de manera constante la imposición de los aranceles y restricciones a las importaciones que se habían amenazado mutuamente. Para la experta, a pocas semanas del fin formal, el 10 de noviembre, de la tregua negociada, el tono diplomático ha cambiado, y ahora las apuestas son más altas.
“A corto plazo, las restricciones chinas complican los esfuerzos de Estados Unidos por acumular reservas de tierras raras, elementos metálicos fundamentales para todo, desde los imanes de los motores de vehículos eléctricos hasta los teléfonos inteligentes, la obtención de imágenes médicas y los misiles. En respuesta, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles del 100% a las importaciones chinas, así como nuevos controles de exportación sobre chips y software críticos destinados a frenar los avances tecnológicos de China a partir del 1 de noviembre, y sugirió que podría cancelar una reunión prevista con el presidente Xi Jinping. Comentarios más recientes de ambas partes han sido más conciliadores, pero la escalada sigue siendo posible, y esperamos unas semanas volátiles por delante”, añade Hechler-Fayd’herbe.
Según su visión, esta escalada en las relaciones comerciales no debe subestimarse, aunque podría interpretarse como un preludio a negociaciones antes de una serie de fechas límite. “Nuestra expectativa es que Estados Unidos y China alcancen un compromiso, dado su nivel de interdependencia económica; sin embargo, los riesgos de una mayor escalada persisten, por lo que seguimos de cerca cada desarrollo”, matiza.
Impacto para los inversores
Tras lo ocurrido la semana pasada, Christian Gattiker, Head of Research de Julius Baer, considera que lo que se suponía iba a ser una pausa refrescante para los mercados se sintió más bien como un “reto del cubo de agua helada” al cierre de la sesión del pasado viernes.
Según su valoración, el impacto fue incómodo, pero en última instancia saludable. “Como en ocasiones anteriores, esperamos una eventual reanudación del diálogo y alguna concesión simbólica posterior. Desde una perspectiva de inversión, aconsejamos mantener la calma. El calendario político, la dinámica inflacionaria y las limitaciones del sentimiento apuntan en contra de una campaña arancelaria prolongada. La volatilidad en esta etapa debe verse como parte del proceso de normalización, no como el inicio de una nueva fase bajista. El ‘baño de agua fría’ podría, en última instancia, resultar el desenlace más saludable de todo”, afirma Gattiker.
En este contexto, los inversores se han mostrado inquietos y, en consecuencia, las acciones chinas y los mercados asiáticos en general han sufrido. “Aunque parte de esto podría ser ruido a corto plazo y una toma de beneficios tras la reciente subida, las medidas de represalia podrían tener más que ver con una postura previa a la cumbre. Existe la posibilidad de que ambas partes encuentren finalmente un terreno común para limitar las repercusiones en las bolsas y, en particular, Trump ya ha calmado las tensiones anteriormente cuando las acciones y los bonos estadounidenses empezaban a sufrir las consecuencias de tales escaladas. Además, el domingo se mostró más conciliador. Seguiremos de cerca la situación”, reconoce la directora de Inversiones en Renta Variable Asiática de Aberdeen Investments.