Dicen los manuales de periodismo que el titular de una noticia jamás debe plantearse con una negación. Sin embargo, la última reunión de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) de 2025 resulta más relevante por aquello que el mercado aún no ve claro, que por lo que ya descuenta que ocurrirá.
¿Qué sabemos y qué se descuenta? Los mercados consideran que los actuales datos disponibles fortalecen las expectativas de un nuevo recorte. De hecho, el mercado asigna una probabilidad de más del 90% a un recorte de tipos de 25 puntos básicos. “Las perspectivas económicas –o lo que sabemos de ellas, dado la falta de datos oficiales por el cierre del Gobierno federal– no han cambiado de forma sustancial. Creemos que el FOMC aplicará otro recorte en diciembre, ya que la lógica que justificó las decisiones de las dos reuniones anteriores probablemente seguirá vigente”, afirma Vincent Reinhart, economista jefe de BNY Investments.
Frente a lo que sabemos, Blerina Uruci, economista jefe para EE.UU. en T. Rowe Price, reconoce estar en desacuerdo con la valoración del mercado sobre los recortes en el primer semestre de 2026. “Considero que es demasiado moderada. Si mi previsión macroeconómica es correcta, es decir, que la inflación se acelerará de nuevo a partir del cuarto trimestre de 2025 y el crecimiento será sólido, la Fed no podrá cumplir con la valoración del mercado de una mayor flexibilización el próximo año y detendrá sus recortes de tipos de interés tras la reunión de diciembre. La trayectoria de la política monetaria en el segundo semestre de 2026 sigue siendo muy incierta”, afirma Uruci.
La cuestión de los datos
Ahora bien, en opinión de Christian Scherrmann, economista jefe de DWS para Estados Unidos, la Fed se encuentra, de nuevo, entre “la espada y la pared”. Según explica, debido al cierre del gobierno, los datos disponibles son limitados y probablemente estén distorsionados. En consecuencia, Scherrmann sostiene que la verdadera pregunta es si los banqueros centrales están dispuestos a decepcionar a los mercados, lo que podría afectar negativamente las condiciones financieras y, en consecuencia, el consumo a corto plazo.
“En cualquier caso, será difícil para el presidente de la Fed, Powell, alcanzar un consenso entre los más restrictivos y moderados del FOMC, y convencer al público sobre la decisión probablemente será aún más difícil: o una pausa acomodaticia dovish que prometa nuevos recortes u otro recorte de tasas con enfoque más restrictivo hawkish que, probablemente, pondría a prueba la credibilidad de la Fed. Además, se esperan actualizaciones sobre las proyecciones económicas y el diagrama de puntos de la Fed, lo que complica aún más el panorama”, afirma el economista jefe de DWS.
Las desavenencias
“La próxima reunión de la Fed se presenta rodeada de una elevada incertidumbre. Powell ha subrayado que un recorte en diciembre ‘no es en absoluto una conclusión inevitable’. La limitada visibilidad sobre la situación económica —derivada de la falta de datos oficiales por el cierre de la Administración— y una economía más resistente de lo previsto han reforzado su cautela. Powell comparó la situación con ‘conducir en la niebla’, lo que sugiere un enfoque más lento y gradual que podría retrasar una mayor flexibilización hasta principios de 2026”, apunta Michael Krautzberger, CIO de Mercados Públicos de Allianz Global Investors.
Las gestoras recuerdan que, en la reunión del FOMC de octubre, muy en contra de las expectativas, el presidente Powell se opuso a la valoración del mercado de un recorte en diciembre, lo que sugiere que el Comité está dividido. En opinión de Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras, y Kish Pathak, analista de renta fija, de MFS Investment Management, desde entonces, las declaraciones de la Fed han puesto de manifiesto las divisiones dentro del FOMC.
“Jefferson (vicepresidente del Sistema de la Reserva Federal, con derecho a voto), Musalem (St. Louis, con derecho a voto), Collins (Boston, con derecho a voto), Goolsbee (Chicago, con derecho a voto), Kashkari (Minneapolis, sin derecho a voto), Hammack (Cleveland, sin derecho a voto) y Logan (Dallas, sin derecho a voto) se han opuesto o han respaldado una visión cautelosa sobre nuevas bajadas de tipos ante la escasez de datos. Las actas del FOMC de octubre, de tono agresivo (hawkish), reforzaron aún más el bando contrario a la bajada. De las actas se desprende claramente que la bajada de octubre por motivos de gestión de riesgos fue una decisión difícil incluso para quienes la apoyaron. Y “muchos” consideraron que una bajada en diciembre podría no ser adecuada. En el bando contrario, los argumentos a favor de la relajación en diciembre han sido defendidos con mayor contundencia por Waller, Miran y Williams”, señalan los expertos de MFS IM.
Para Deborah Cunningham, directora de inversiones para liquidez global en Federated Hermes, es un riesgo que los inversores escuchen los comentarios de todos los líderes políticos de la Reserva Federal, pero solo presten atención a unos pocos. “Por supuesto, el principal es el presidente. Pero el presidente de la Fed de Nueva York no se queda atrás. Mientras que otros presidentes de bancos regionales pasan un número limitado de años como miembros con derecho a voto del Comité Federal de Mercado Abierto, el presidente de la Fed de Nueva York es un votante permanente y, tradicionalmente, una figura influyente. Por eso, cuando su actual director, el veterano John Williams, dijo que, en esencia, estaría a favor de una bajada de tipos en la reunión de diciembre para fijar la política monetaria, los inversores tomaron nota”, advierte Cunningham.


Por Carlos Ruiz de Antequera
