La temática de inversión en defensa ha ido ganando enteros a lo largo de este 2025, y así lo han reflejado los flujos, que han regado generosamente en bolsa a las compañías ligadas a la temática. No obstante, por la propia naturaleza de la actividad de estas compañías, también ha generado debate, al preguntarse múltiples firmas cómo seguir integrando criterios de sostenibilidad y conjugarlos con esta temática, a la que cada vez más clientes piden exposición. La firma nórdica Finserve celebró recientemente en Madrid el evento ‘Defense meets Finance’, en el que presentaron su fondo Global Security Fund y participaron varios asesores de la compañía para ofrecer una visión rigurosa y amplia sobre la problemática.
Uno de los invitados fue Gustaf Hagerud, CEO de Ress Capital y antiguo vicepresidente ejecutivo del ThirdSwedish National Pension Fund. Hagerud afirmó que el entorno actual es el resultado de 20 años de evolución, marcados por el ascenso del populismo y de las ambiciones imperialistas de Rusia, y que “el mercado ya debería haber tomado nota y haberse preocupado antes”.
El experto describió la transición entre un mundo donde imperaban las democracias liberales, marcado por la integración y la globalización y donde Occidente ejercía el liderazgo, en el que las condiciones económicas eran estables – crecimiento y baja inflación- y los bancos centrales estaban dispuestos a dar apoyo si fuera necesario, a otro mundo en el que los populismos han ganado una posición más dominante, donde Rusia y China tienen más influencia política mientras que democracias como EE.UU. o Reino Unido han experimentado grandes cambios desde la Crisis Global Financiera, las tensiones comerciales son extremas y la independencia de los bancos centrales se ha convertido en objeto de debate.“Vemos el auge de tendencias imperialistas tanto en Oriente como en Occidente”, afirmó el experto, que habló de que este nuevo entorno supone “una amenaza a la estabilidad del crecimiento” y, en él, los inversores deben prestar más atención a los riesgos geopolíticos.
Desafíos al asset allocation
¿Cómo deben proceder los inversores ante este cambio de tendencias? Hagerud habló de que la trayectoria del crecimiento va a ser inferior que en el pasado debido a las tendencias de reversión de la globalización, a los aranceles y a “un uso menos eficiente de los recursos globales”. Además, llamó la atención sobre el estado de las finanzas públicas de Francia y particularmente de EE.UU., donde afirmó estar “muy preocupado” por “la falta de control sobre el presupuesto”.
El experto matizó que esta tendencia es más amplia al afectar a más naciones occidentales, e indicó que “unas finanzas públicas más débiles llevarán a la inclinación de la curva” y esto, a su vez, planteará oportunidades “de retorno relativo en renta fija respecto a la renta variable”.
El otro gran vector que va a afectar al asset allocation en opinión del experto es el comportamiento futuro del dólar, que califica de “interrogante” dado que encuentra difícil determinar si la divisa podría seguir deteriorándose o no.
Finalmente, el experto habló de cómo conjugar inversión en defensa con criterios ESG. En su opinión, afirmó que “invertir en defensa no es problemático, salvo en lo que afecta a las armas controvertidas”, que están excluidas de las carteras con criterios ESG de forma estructural desde hace años.
En su opinión, en los próximos años “se va a producir una gran revisión de lo que supone invertir en defensa dentro de las estrategias ESG”, citando como ejemplo el ángulo de lucha contra el cambio climático que ha incluido Alemania en su programa de gasto. “Va a llevar tiempo, pero este cambio llegará e impulsará una segunda ola de inversión en defensa”, vaticinó el experto.
¿Por qué invertir en defensa?
Otro de los ponentes del evento fue Karl Engelbrektson, director del comité asesor de Finserve y ex jefe del Ejército Sueco. Con una carrera militar de 42 años en las fuerzas armadas y experiencia diplomática como representante de Suecia en la OTAN y en la UE, Engelbrektson trazó un análisis preciso de la situación geopolítica actual para concluir: “Estamos en una situación en la que vamos a necesitar gasto en defensa por mucho tiempo”. El experto afirmó que “la democracia como sistema de reglas está en declive en el mundo” y esto está propiciando que “la parte militar del ejercicio de la democracia se haya vuelto a poner en primera línea”, insistiendo en que resultará crucial que todos los países miembros alcancen el 5% de gasto militar pedido por la OTAN.
Dicho esto, el experto afirmó que los programas de inversión en defensa que han anunciado tanto Alemania como la UE deberán abordarse como “un instrumento flexible, dado que recogen también mucha inversión en infraestructuras como aeropuertos, redes ferroviarias o logística”. En otro momento de su intervención, el representante de Finserve afirmó: “Necesitamos liberar capital para ser parte de la solución. No basta con invertir de la forma tradicional”.
El ex militar y diplomático explicó que la inversión en defensa es “de largo plazo”, por lo que los inversores se encontrarían ahora al inicio de una tendencia con potencial para desarrollarse durante años. Por un lado, se fijó en la decisión propiamente de rearmar las distintas naciones que forman parte de la Alianza, al afirmar: “El problema es que no solo nuestros ejércitos se han vuelto más pequeños, es que su equipamiento está anticuado”.
Por otro lado, destacó que la de la defensa “es una industria intensiva en mano de obra”, lo que podría beneficiar al empleo en estos países, pero es que además una mayor disposición a invertir en defensa y estimular a la industria debería contribuir a su desarrollo a una mayor escala: “No tenemos una súper industria en Europa, se ha visto limitada porque no se ha incentivado su desarrollo. Se necesitará de la capacidad de la UE para producir dentro de su territorio, y será necesario fusionar a las distintas compañías de defensa en Europa para ser más productivos, aunque esto precisará de mayor voluntad política”, concluyó.
El fondo Global Security Fund presenta un enfoque centrado en tres sectores de renta variable con altas tasas de crecimiento; el primero lo denominan “Defensa total” y trata de obtener ventaja del incremento del presupuesto de gasto en defensa de diversos gobiernos – incluido el alemán- ante el alza de las tensiones geopolíticas. El segundo es ciberseguridad, que a su vez incluye exposición a las temáticas de IA y digitalización, y el tercero es el sector espacial, donde han detectado ya la aceleración de la demanda, con la previsión de que las inversiones actuales se dupliquen para 2035 (datos de McKinsey & Company).