Un evento imperdible para la industria financiera chilena y una variedad de actores de peso de la economía local se reunieron esta semana en el salón principal del hotel W de Santiago. La instancia: la vigésimo primera versión del seminario de Moneda Patria Investments, articulado bajo la premisa “Latam: embracing opportunities”.
En sus palabras de apertura, Alexandre Saigh, CEO de Patria Investments, destacó que el entorno global –incluyendo la marcada caída del dólar multilateral– ha empujado a los inversionistas a buscar oportunidades en distintos mercados, abriendo oportunidades para América Latina. “Los países que tienen fundamentos más sólidos tienen potencial de atraer capital”, indicó.
Al tomar el podio, Pablo Echeverría, socio fundador y presidente de Moneda Patria, recalcó el punto: “Que esta región y nuestro país ofrece grandes oportunidades es innegable”, dijo.
El ejecutivo también se refirió al ciclo electoral local, que a fines de este año determinará el próximo presidente del país. “La elección de un nuevo gobierno nos da una oportunidad para enmendar el rumbo”, dijo, tras una década de un ritmo alicaído en la economía y con una serie de desafíos –recuperación del mercado de capitales, déficit habitacional, largas listas de espera en la salud pública, entre otros– por delante.
Este fue precisamente el plato fuerte del seminario, con presentaciones de los tres principales candidatos presidenciales, que lideran las encuestas. José Antonio Kast, Evelyn Matthei y Jeannette Jara dieron luces de los programas con los que compiten por La Moneda, a sólo 98 días de la primera vuelta de los comicios.
La visión de José Antonio Kast
El primer abanderado, representante del ultraconservador Partido Republicano, fue Kast, quien criticó duramente a la actual administración –de Gabriel Boric, y en la que Jara trabajó como ministra del Trabajo y Previsión Social– y aseguró que es necesario establecer un “gobierno de emergencia”. Haciendo hincapié en que la gente está “preocupada” por una serie de temas –migración, delincuencia, salud pública, etc–, incluyendo “el peor crecimiento en décadas”, el candidato describe su programa como un cambio radical.
En materia económica, Kast propone recortar regulaciones, integrar el sistema tributario, rebajar los impuestos a las empresas –de 27% a 20% para las grandes compañías, manteniendo el tributo de 12,5% del régimen pro-pyme actual– y recortar el gasto fiscal. “La mejor política pública y social es el pleno empleo”, señaló.
El representante de extrema derecha también enfatizó en el tema migratorio, indicando que hay una conexión entre el aumento de asesinatos y la mayor percepción de delincuencia y el aumento en los ingresos clandestinos al país. “Los primero que vamos a hacer es cerrar las fronteras”, prometió.
Los planes de Evelyn Matthei
Más adelante, fue el turno de Matthei, la carta de la centro-derecha, perteneciente a la Unión Demócrata Independiente (UDI). La candidata describió un complejo contexto para el país andino, incluyendo un crecimiento “bajísimo” de la economía. Eso sí, además de recalcar la importancia de mejorar la competitividad del país y aprovechar sus recursos y alianzas, también enfatizó en la necesidad de “lograr un país más equitativo, más cohesionado”.
Sobre sus planes, la política se puso la meta de crecer un 4% y recaudar 8.000 millones de dólares al año. Para esto, planteó hacer ahorros en materia fiscal. Específicamente, espera recortar 700 millones de dólares en licencias médicas –tras un escándalo que encendió las alarmas en Chile este año–, 600 millones de dólares en compras públicas, 400 millones de dólares en burocracia (incluyendo horas extra y cargos de confianza). En total, asegura que pueden recortar el gasto fiscal en 2.000 millones de dólares al año.
Además, Matthei planteó una baja del impuesto corporativo, a 23% para grandes empresas y a 10% para pymes; integrar el sistema tributario; crear una oficina presidencial de seguimiento para los proyectos de inversión estancados; permitir a los fondos de pensiones invertir en fondos de venture capital nacionales; y eliminar el impuesto a la ganancia de capital por transacciones bursátiles.
El desafío de Jeannette Jara
Al otro lado del espectro político está la única abanderada del oficialismo y elegida del Partido Comunista. Al iniciar su presentación, dejó claro un mensaje: “La convergencia fiscal se va a cumplir”. Y el rallado de cancha no quedó ahí, ya que inmediatamente señaló que no planea reducir impuestos corporativos, dado que eso aumentaría el déficit fiscal y la deuda pública.
Además del llamado a “ejecutar la cartera de inversiones que ya tenemos” –que cifró en 80.000 millones de dólares–, la exministra delineó tres líneas que dirigen su programa. Por un lado, está el crecimiento económico sustentable y con sueldos decentes. Además, sugirió complementar el combate contra la delincuencia atacando las fuentes económicas del crimen organizado, siguiendo “la ruta del dinero”. Esto incluye la idea de fortalecer la Unidad de Análisis Financiero (UAF). Finalmente, en materia social, destacó la necesidad de acelerar la oferta de vivienda social y la entrega de créditos preferenciales para que jóvenes accedan al mercado inmobiliario.
“Yo no hago política desde lo aspiracional, sino desde lo pragmático”, dijo Jara en su presentación, recordando su rol clave en la aprobación de la reforma de pensiones en Chile. En esa línea, en materia previsional, aseguró que va a priorizar la implementación de la reforma.
El trasfondo de las tarifas
Pero Chile no fue el único foco del evento de Moneda Patria. El mundo, con sus vericuetos, y los desafíos y oportunidades que estos traen para América Latina, también estuvieron presentes.
En la visión de Richard Baldwin, profesor de economía internacional de IMD Business School, el momento en que estamos viviendo es un paso de una era en la que EE.UU. lideraba el comercio exterior a un período nuevo, con un panorama económico global más variado. En ese sentido, el académico destacó que “las políticas de Donald Trump son económicamente incoherentes, pero emocionalmente coherentes”.
La clave, explicó, es la “doctrina del agravio”, una visión que se ha expandido entre los estadounidenses de que los otros países y las elites internacionales se aprovecharon del país, afectando su posición global.
Eso sí, por el otro lado, Wall Street no se ha visto impactado de forma relevante por las tarifas de la Casa Blanca. Esto se debe, según explicó el profesor, a que los mercados ven a Trump como lo suficientemente pragmático para sacudir el bote con sus anuncios pero sin permitir que tengan un impacto limitado en la economía.
“No sabemos a dónde va”, indicó Baldwin, señalando que hay algunos que proponen que la próxima etapa –más que una guerra fría– es un mundo “G-0”, sin un polo claro que protagonice el comercio global. Y este cambio, aseguró, traerá consigo problema y oportunidades, las que podrían ser interesantes para América Latina. En ese sentido, para navegar la dinámica actual, el economista destacó la importancia de mantener una buena relación con EE.UU. y China, sin tensionar lazos comerciales.
El seminario también contó con las clásicas presentaciones de los economistas Sebastián Edwards y José Luis Daza. El primero entregó su propia visión sobre la situación en EE.UU., advirtiendo sobre la posibilidad –especulativa, de momento– de que Trump esté tratando de mellar la independencia de la Reserva Federal.
Daza, por su parte, hizo gala de su rol como viceministro de Economía de Argentina y delineó los avances que ha tenido el gobierno del presidente Javier Milei en el país. El economista celebró que consiguieron el equilibrio fiscal en el primer mes de gobierno y dijo que lograron realizar un ajuste fiscal de 20.000 millones de dólares. “Los resultados son extraordinarios y van a pasar a los libros”, vaticinó.