La elevada liquidez no podrá solucionarlo todo en el medio y largo plazo, pero sí puede posponer indefinidamente cualquier ajuste racional del mercado. Así viene sucediendo en 2025: la elevada liquidez “inercial” del mercado, unida a la proporcionada por los gigantescos balances de los bancos centrales, han neutralizado el ajuste que, objetivamente (geoestrategia, política, inflación y vulnerabilidad de los beneficios empresariales), debería haber tenido lugar, según defiende Bankinter, que ha presentado recientemente su estrategia trimestral.
Esto es válido también y especialmente con respecto a la involucración directa de Estados Unidos en el conflicto Israel/Irán, cuyo impacto sobre el mercado ha sido irrelevante. El mercado pasa por lo que Bankinter define como la “indiferencia con respecto a los riesgos geoestratégicos”.
El pragmatismo gana al racionalismo
Comprobado el soporte que proporcionan la liquidez y los balances de los bancos centrales, Bankinter antepone el pragmatismo al racionalismo y sube los bajos niveles de exposición que mantiene desde principios de abril, que pasan a ser los siguientes (perfiles de riesgo, actual vs anterior): Defensivo 5% vs 0%; Conservador 15% vs 10%; Moderado 30% vs 25%; Dinámico 40% vs 30%; Agresivo 50% vs 40%. Pero el banco dirige este aumento de exposición sólo y quirúrgicamente hacia tecnología e India. En su opinión, han mejorado las perspectivas sobre ambos conceptos de inversión, pero no la percepción general sobre el mercado.
Por eso, no decide subir exposición y después identificar dónde es mejor materializarla, sino que lo que mejora es su percepción específicamente sobre tecnología e India y por ende sube unos niveles de exposición que, por ser muy bajos, le impediría incorporar en todos los perfiles de riesgo estas dos ideas de inversión. El banco español reconoce que han mantenido unos niveles de exposición excesivamente bajos en un contexto en que la presión de la liquidez y de los bancos centrales impiden que se pongan adecuadamente en precios los riesgos abiertos. Aunque es indemostrable, piensa que los bancos centrales están decididos a proteger los precios de los activos. Por eso, anteponiendo el pragmatismo a su prudencia racional y, habiendo identificado dos ideas de inversión que hace tres meses no estaba nada claro que lo fueran, aumenta exposición.
«Continuamos sintiéndonos incómodos con unas valoraciones que no ofrecen potenciales de revalorización relevantes de cara a 2025, cotizando las principales bolsas a unos PER en absoluto bajos», declara Bankinter.
Con unos riesgos vivos no despreciables, revisándose a la baja las estimaciones sobre los beneficios empresariales y el crecimiento económico y la expectativa de que la inflación repunte (sobre todo en EE.UU.), Bankinter identifica un modesto potencial de revalorización para las principales bolsas cuando eleva la perspectiva hasta 2026 y realiza los cálculos con las cifras estimadas para ese año. Pero no en 2025.
Con respecto al resto de los principales activos, estima que los bonos seguirán “sobrecomprados” (TIR bajas), el dólar débil (incluso hasta 1,20/euros en 2025 y 1,25/euros en 2026), el oro seguirá subiendo (>3.500 dólares/oz.) al ser empleado como cobertura de la inflación americana, mientras que el petróleo más bien barato (Brent <70 dólares/b.) después de repuntar transitoriamente en junio/julio, porque las guerras en curso se desarrollarán respetando los activos energéticos y, también, debido a una sobreoferta estructural.
La liquidez: soporte del mercado
Si la presión de la elevada liquidez es el principal soporte del mercado, su test de realidad llegará a finales de julio o principios de agosto, cuando la actividad decaiga estacionalmente. Sucedió así en 2024 y 2023. En 2024 Wall St. cayó el 6% entre el 31 de julio y el 5 de agosto (-13% semiconductores) y la recuperación se produjo en apenas 15 días, pero en 2023 cayó el 5% (semis -10%) entre el 31 de julio y 18 de agosto y no se recuperó hasta diciembre.
Este año hay más motivos aún para que algo parecido ocurra. Entonces, si sucede, se verá cuánto tarda la recuperación, la cual el banco estima como probable y vendrá apoyada en unos mensajes más bien constructivos por parte de los principales bancos centrales del mundo reunidos del 21 al 23 de agosto en Jackson Hole.
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