Germán García-Mellado, gestor de Paradigma Flexible Bonds y Paradigma High Income Bonds en A&G Global Investors, considera que, a pesar de las bajadas de tipos llevadas a cabo por los bancos centrales de todo el mundo, la renta fija aún presenta oportunidades. Eso sí, se inclina por el tramo medio de la curva, prefiere Europa antes que Estados Unidos y emisiones de compañías de perfil defensivo, como utilities, telecomunicaciones y consumo no cíclico. De los fondos que gestiona, Paradigma Flexible Bonds y Paradigma High Income Bonds, destaca la “consistencia” de su performance histórica, fundamentada en pequeñas decisiones que generan alfa al inversor.
El consenso estima que en 2026 terminará el proceso de bajada de tipos de interés. ¿Hay valor en la renta fija?
Pensamos que sí. Las rentabilidades absolutas son altas desde el punto de vista histórico, a pesar de estas bajadas y de los estrechos diferenciales. También es atractiva respecto a otros activos. La renta variable, por ejemplo, presenta un PER estimado para 2026 a nivel global de 20 veces, que equivaldría a una rentabilidad de beneficios en relación con la cotización del 5%, cuando la renta fija a nivel global ofrece en torno a un 3,5%. En definitiva, nos parece un buen binomio de rentabilidad-riesgo teniendo considerando las valoraciones de otros activos y la incertidumbre geopolítica y macroeconómica.
¿Es momento de ampliar la duración de las carteras de renta fija?
Venimos de una ligera infraponderación en duración. Desde verano hemos bajado duraciones porque creíamos que el BCE iba a parar el tipo de intervención en el 2% y porque el mercado descontaba demasiadas bajadas de tipos de interés en Estados Unidos. Con los repuntes de rentabilidad de los últimos días, las curvas en la renta fija gubernamental han subido en rentabilidad, y ahora nos planteamos posicionarnos más en niveles neutrales, invirtiendo en bonos europeos en la parte media de la curva.
¿Por qué?
Porque creemos que no van a bajar tanto los tipos en Estados Unidos como descuenta el mercado, y en la eurozona esperamos que haya más estabilidad en los tipos de interés. Evitaríamos la parte larga de la curva, porque creemos que puede estar bajo presión, como hemos visto este 2025. Los tramos intermedios van a seguir teniendo demanda inversora bastante sólida. Por lo tanto, con los tipos en torno del 2% del tipo de intervención, las rentabilidades del 3% – 4% que ofrecen los bonos a más medio plazo, pensamos que pueden tener valor.
¿Cómo puede un inversor conservador conseguir buenas rentabilidades en renta fija?
Depende del perfil de riesgo del cliente conservador. Lo bueno de la renta fija actualmente es que el cliente ultraconservador, que no puede asumir mucha volatilidad, tiene la opción de invertir en bonos del mercado monetario, que ofrecen alrededor del 2% y de esta manera ganar a la inflación esperada para 2026. Pero nuestra recomendación es, si pueden asumir un poco de volatilidad, ir a bonos algo más largos, títulos a medio plazo, que en investment grade corporativo podrían dar rentabilidades del 3% – 4% para los próximos años. En cualquier caso, evitaríamos para clientes conservadores carteras con mucho riesgo de crédito, porque los diferenciales están históricamente muy caros.
¿Qué tienen de especial los fondos de renta fija de A&G Global Investors?
Dentro de la renta fija flexible tenemos dos vehículos: uno, más conservador, el Paradigma Flexible Bonds, y otro, más de convicción, el Paradigma High Income Bonds, que asume más volatilidad, pero también ofrece mayores rentabilidades en el medio plazo. Lo que destaca de los fondos es la consistencia: los resultados en el pasado han sido bastante buenos, tanto en rentabilidad como en volatilidad. Así lo demuestra el performance histórico respecto a los índices de referencia y respecto al sector. Y creo que se debe al fruto de pequeñas decisiones que día a día generan valor y alfa para diferenciarnos del sector y la competencia. Lo que caracteriza a los fondos es la gestión flexible en duración, tipos de interés y la minuciosa selección de tipología de deuda que mejor lo pueda hacer en cada entorno del ciclo macro y micro empresarial.
¿Cómo seleccionan las posiciones en cartera?
Partimos de un análisis top-down a nivel macro para situar niveles de duraciones absolutas, determinar en qué curva se observan rentabilidades y qué tramos presentan más valor. También para seleccionar la tipología de deuda que puede tener más sentido en cada momento. Posteriormente, aplicamos un enfoque bottom-up con el fin de monitorizar y analizar los fundamentales de las compañías en las que invertimos.
Una vez que tenemos elegidas las compañías, realizamos mucho valor relativo y comparación respecto a la situación de los bonos del sector, o, incluso, del mismo emisor en otras tipologías de deuda.
A partir de ahí, rotamos en función de los movimientos de mercado y nuestras expectativas a futuro. Por ejemplo, hemos rotado en deuda subordinada de muchos emisores en cartera, como Veolia o Telefónica. También podemos ver valor en las mismas estructuras de deuda en diferentes divisas. Por ejemplo, en deuda TIER 2 de Santander, que es subordinada con vencimiento, hemos rotado entre bonos en euros o en dólares en función de dónde creíamos que existía más valor en cada momento de mercado de 2025.
¿Rotan mucho la cartera?
Sí, el Flexible Bonds puede rotar unas seis veces de media al año y el High Income Bonds, unas ocho. Por eso es importante tener emisiones muy líquidas. Prácticamente todas las emisiones que tenemos tienen un volumen mayor de 300 millones de euros.
¿Cómo gestionan el riesgo?
Realizamos un análisis global en general de la cartera y, posteriormente, detallado por diferentes tramos de la curva, sectores, países, ratings, zonas geográficas y divisas. Examinamos cómo pueden afectar diferentes eventos geopolíticos a determinado país o sector, así como las noticias negativas que pueden salir o cómo pueden afectar las decisiones de política monetaria o fiscal a una parte de la curva o a otra. Hacemos un análisis de sensibilidades y duraciones y vemos cómo puede comportarse la cartera ante esos diferentes riesgos y situaciones de mercado. Luego, con un análisis top-down, examinamos profundamente el crédito de los emisores en los que invertimos. Para minimizar el riesgo de liquidez, nos decantamos por emisiones súper líquidas y carteras muy diversificadas y granuladas, con alrededor de 100 posiciones por cartera.
En renta fija gubernamental, ¿qué emisiones presentan más atractivo?
Actualmente tenemos solo estrategias de valor relativo. Van en la dirección de un aumento de la pendiente en la curva de rentabilidades, es decir, que los plazos largos van a comportarse peor que los cortos y medios, y una ampliación de tipos de interés entre los bonos americanos y los europeos.
En la primera estrategia, barajamos que los bonos a largo van a estar sometidos a mucha oferta de papel en la primera parte de 2026, con una menor demanda de bancos centrales y de clientes institucionales importantes, como los fondos de pensiones holandeses.
El racional de la segunda hace referencia a menos bajadas de tipos de interés de las descontadas por el mercado por parte de la Reserva Federal y una menor disciplina fiscal de Estados Unidos que en Europa. Al final, el mercado exigirá una prima mayor a los bonos americanos, por lo que el diferencial de tipos entre Estados Unidos y la eurozona debería ampliarse.
En definitiva, preferimos bonos europeos a los americanos; la parte media de la curva y mejor deuda alemana que la periférica o la francesa. Mantenemos un posicionamiento muy residual y granulado en activos emergentes y, sobre todo, en emisiones en euros.
En crédito estáis bastante expuestos a títulos de deuda de la banca, ¿por qué?
Es verdad que tenemos mucho peso de deuda bancaria en cartera, pero la sensibilidad que aporta a la cartera es reducida. La razón es que se trata de bonos muy conservadores. Por ejemplo, tenemos un 15% de cartera en bonos con cupones flotantes financieros ; son bonos a muy corto plazo, de deuda senior, de grandes bancos, que tienen muy poco riesgo del crédito.
Además, limitamos el riesgo de tipos de interés porque van reseteando los cupones en función de los tipos. Pueden dar, incluso, retornos más elevados cuando se empiece a descontar subidas de tipos en la eurozona.
Otro nicho de rentabilidad en deuda financiera son las emisiones subordinadas con estructuras con opción de amortización muy cercana. Presentan rentabilidades atractivas, sobre todo si lo comparamos con la que ofrece la deuda de mayor subordinación como los CoCos o los AT1.
¿Y en qué otros sectores presentan oportunidades de crédito?
La mayor exposición a crédito que tenemos es en deuda senior corporativa de sectores poco expuestos al ciclo económico: utilities, telecomunicaciones y consumo básico. En sectores más cíclicos, tenemos algo de exposición también a deuda senior de automóviles e inmobiliarias, donde vemos que hay valor en determinadas emisiones que ofrecen spreads atractivos para el entorno de mercado actual.
¿Investment grade o high yield?
Está claro que el diferencial entre el high yield y el investment grade está prácticamente en mínimos históricos. El investment grade ofrece una rentabilidad atractiva, por lo que no merece la pena asumir más riesgo de crédito por poca rentabilidad extra.
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Por Alicia Miguel Serrano