Los reflectores apuntan como nunca hacia Argentina. El gobierno encabezado por Javier Milei llega a las elecciones de medio término de este domingo 26 de octubre de una forma totalmente inaudita: con el Tesoro de Estados Unidos comprometido a auxiliar financieramente al país con hasta 40.000 millones de dólares, interviniendo en el mercado de cambios para aplacar la volatilidad y con promesas de acuerdos comerciales.
Pero la ayuda estadounidense se efectivizó una vez que el partido gobernante perdió por 13 puntos en los comicios de principios de septiembre en la provincia de Buenos Aires, que concentra cerca del 40% del electorado del país. Por eso, estas próximas elecciones legislativas a nivel nacional serán claves para el presidente Milei, que necesita ampliar su representación parlamentaria y construir consensos con la oposición para aprobar reformas estructurales.
Funds Society consultó a expertos de gestoras internacionales. En su mayoría, coincidieron en que el salvataje económico de EE.UU. es un alivio temporal más que una solución estructural y que no es suficiente para definir un marco de inversión creíble a medio plazo. Señalaron también que después del 26/10 el tipo de cambio debería flotar y que el país debería acelerar el ritmo de acumulación de reservas.
WSJ y FT: Editoriales en contra
Bajo el sugestivo título “Argentina: país correcto, rescate equivocado”, el Wall Street Journal aseguró en una nota editorial que “la dolarización es la alternativa política correcta y ahora esencial” para el país sudamericano, luego de advertir que “es probable que este rescate tire dólares buenos tras pesos malos sin una reforma monetaria en Buenos Aires”.
El diario destacó, además, que “nadie está seguro de cuánto durará esta era de reformas” y mencionó que el ministro de Economía, Luis Caputo, “se opone, al igual que algunos fondos que se benefician de un carry trade de divisas que desaparecen con la dolarización”. El remate fue lapidario: “El remedio predeterminado es siempre la devaluación” para Argentina.
Según el WSJ, “después de las elecciones, Scott Bessent desperdiciará activos en dólares en este rescate si no presiona a Milei para que restaure el dinero sólido con la dolarización”.
Por su parte, el Financial Times publicó también una editorial muy dura, en la que calificó a la asociación entre Bessent y Milei como una “empresa arriesgada”, deslizó que el funcionario estadounidense “debería comprender la locura de defender» el sistema actual de tipo de cambio con dos bandas que rige en Argentina, y señaló que EE.UU. está “arrojando dinero a un incumplidor serial» que incluso plantea una competencia con los productores de soja.
“Si la locura es repetir la misma acción y esperar un resultado diferente, entonces un pilar central de la política económica de Argentina roza la demencia«, describió el diario británico. El país sudamericano necesita “menos anarquía y más capitalismo», cerró el artículo, en una alusión a la autodescripción del presidente argentino, que se define a sí mismo como anarcocapitalista.
La visión de las gestoras internacionales
El 9 de octubre, el Tesoro de Estados Unidos confirmó compras directas de pesos argentinos y un marco de swap por 20.000 millones de dólares con el Banco Central de la República Argentina. Las intervenciones en el mercado de cambios continuaron, y el 15 de octubre Bessent dijo que estaba en conversación con bancos para coordinar una facilidad de deuda por 20.000 millones de dólares (adicionales al swap), elevando el respaldo potencial a 40.000 millones de dólares. Las entidades serían JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup, según la prensa.
“El tamaño y el alcance del programa de ayuda financiera del Tesoro de EE. UU. son notables, pero su legitimidad dependerá de que Milei mantenga el poder de veto en las próximas elecciones de medio término”, evaluó Jason DeVito, gerente senior de portafolios de deuda de mercados emergentes en Federated Hermes.
A juzgar por DeVito, si el resultado es favorable al gobierno, “veremos un impulso hacia una mayor desregulación y una disciplina fiscal adicional”. En este escenario, Federated Hermes espera un movimiento hacia un tipo de cambio más libre y una mejora en los indicadores de la cuenta corriente.
Carlos Carranza, gerente senior de fondos de deuda de mercados emergentes en M&G Investments, apuntó que después de las elecciones, la volatilidad probablemente va a disminuir “a medida que el foco vuelva a los fundamentos”.
El experto dijo, con lógica, que el presidente Milei permanecerá en el cargo al menos dos años más, “independientemente del resultado electoral. Mientras tanto, vale la pena destacar que las perspectivas macroeconómicas para Argentina siguen siendo en gran medida constructivas”.
En el frente fiscal, el Gobierno continúa manteniendo un presupuesto equilibrado (es decir, sin déficit fiscal primario), “lo cual es un logro poco común tanto en mercados emergentes como desarrollados”, indicó. Además, la inflación se mantiene en gran medida anclada y, aunque las cifras mensuales han sido persistentes en torno al 2-3%, las mediciones interanuales aún muestran una desaceleración.
Dentro de los fundamentos, Carranza destacó también que el crecimiento del PIB del país sudamericano “sigue encaminado a registrar un sólido 4,3% en 2025, incluso a pesar de algunas revisiones a la baja en los últimos meses”.
Por su parte, Alejo Czerwonko y Pedro Quintanilla-Dieck, desde el Chief Investment Office de UBS, destacaron en un paper especial dedicado a Argentina que la intervención de Estados Unidos actúa como un “circuit breaker” de corto plazo, al fortalecer las reservas del Banco Central y reducir el riesgo de inflación descontrolada.
El reporte subraya que esta maniobra mejora las probabilidades de que el gobierno de Javier Milei recupere algo de capital político en las elecciones, aunque persisten dudas sobre la sostenibilidad del sistema cambiario y el ritmo de acumulación de reservas.
UBS considera que el paquete representa un alivio temporal más que una solución estructural, y mantiene una visión neutral sobre los bonos argentinos, a la espera de mayor claridad en las políticas de estabilización.
Desde la gestora Payden & Rygel, Alexis Roach, analista de mercados emergentes, señaló que “no parece necesario un triunfo aplastante para garantizar la gobernabilidad del país: bastaría con un resultado equilibrado, en el que el partido presidencial supere a los peronistas”.
Roach consideró que “el apoyo financiero de Estados Unidos, aunque importante, no basta para definir un marco de inversión creíble a medio plazo. Tras las elecciones, la atención del mercado se centrará en la capacidad del Gobierno para alcanzar acuerdos con las fuerzas centristas con el fin de asegurarse la mayoría parlamentaria, así como en la estrategia para recuperar el acceso a los mercados”.
Lo cierto es que el presidente argentino mostró un cambio después de ser derrotado en las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Al salvataje económico de EE.UU. sumó algo de moderación a su discurso, intentó empezar a dialogar con la oposición más racional y mostró acercamiento con los votantes, que vienen padeciendo un ajuste que si bien sirvió para bajar la inflación, no se termina de trasladar a la microeconomía. A todo esto, el dólar, el eterno termómetro social de la Argentina pre-electoral, anotó su mayor subida diaria en casi seis semanas el viernes 17/10, mientras los dólares financieros (MEP y CCL) superaron los 1.500 pesos, a pesar de las intervenciones del Tesoro estadounidense.