Cada millón de euros invertido por Amundi en sus fondos de bonos verdes ha contribuido a evitar, en promedio, 322 toneladas de emisiones de CO₂. Con este dato como principal conclusión, la gestora de activos europea ha presentado su Informe de Impacto de Bonos Verdes 2024, en el que detalla los resultados ambientales de sus estrategias y reafirma su compromiso con la financiación de la transición energética.
Su último informe recoge el desempeño de los fondos Amundi Responsible Investing Impact Green Bond, Amundi Funds Impact Euro Corporate Short Term Green Bond y Amundi Impact Ultra Short Term Green Bond, que en conjunto suman 5.500 millones de euros invertidos a cierre de 2024. Los proyectos financiados abarcan energías renovables, edificios sostenibles, transporte limpio, eficiencia energética y gestión responsable de la tierra y el agua, todos con un impacto positivo y medible en el medioambiente.
«El mercado de bonos verdes ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos quince años, superando los 2,22billones de euros, con 442.000 millones de nuevas emisiones de bonos verdes en 2024. Así, este mercado se ha consolidado, madurado y ofrece una amplia gama de oportunidades que estamos comprometidos a explorar e invertir en nombre de nuestros clientes. Con nuestros fondos de bonos verdes, buscamos financiar la transición energética invirtiendo en bonos verdes con un impacto positivo y medible en el medioambiente, y generando rendimientos a lo largo de los distintos ciclos económicos. Con este informe, buscamos ofrecer transparencia sobre estos fondos, ilustrando lo que financiamos y los beneficios ambientales obtenidos”, afirma Alban de Faÿ, director de los procesos de Inversión Sostenible y Responsable para Renta Fija.
La gestora subrayó que su filosofía de inversión de impacto se sustenta en tres pilares: la intencionalidad de invertir con un objetivo ambiental claro, la medición rigurosa de las emisiones de CO₂ evitadas y la adicionalidad, entendida como la capacidad de generar un impacto neto positivo en los proyectos financiados. Además, todos los fondos están clasificados como SFDR Artículo 9 y cuentan con etiquetas internacionales exigentes como Greenfin, en Francia, y Towards Sustainability, en Bélgica, lo que refuerza el carácter responsable de sus estrategias.



