El Banco de México (Banxico) cumple 100 años. Fue el 25 de agosto de 1925 cuando se aprobó la creación de un banco central en el país, cinco años después de que terminó la Revolución Mexicana, periodo que –entre otras cosas– generó un caos económico. El nacimiento de un banco central fue uno de los primeros intentos de estabilización económica en el México post-revolucionario.
Los bancos centrales aparecieron para ayudar al gobierno en varias tareas, como financiar sus gastos, regular la moneda metálica y emitir papel moneda que unificara (a través del monopolio de la emisión) los múltiples certificados de pago o monedas privadas. Al igual que éstas, al inicio garantizaban su convertibilidad en plata u oro. Muchas veces también se buscaba que otorgaran crédito al sector privado. Posteriormente, se convertirían en el banco de los bancos, donde se depositaba parte de las reservas de los bancos privados, y en prestamista de última instancia, cuando los bancos perdían la confianza de sus usuarios y exigían la conversión de los depósitos bancarios en moneda del banco central.
En sus inicios, Banxico fungió menos como banco central de lo que Banamex había logrado serlo décadas antes. La entidad distaba de ser un banco central en sus primeros años, y muchos consideran que Banamex, un banco privado, ejerció con mayor plenitud las funciones de banco central, sobre todo en los primeros cinco años desde su fundación, en 1884.
Banamex emitía papel moneda a nivel nacional de forma cuasi monopólica (y se aceptaba como método de pago de impuestos, aunque su aceptación por el sector privado no era obligatoria), además de que tenía funciones de agente del gobierno en el terreno de los impuestos y de su manejo de los cambios con el exterior (se encargaba de los pagos de la deuda externa), e incluso lideraba operaciones con otros bancos, redescontando sus valores y, en ocasiones, incluso organizando el salvamento de alguna institución.
Los bancos centrales modernos modificaron ciertas funciones. Paulatinamente, adquirieron un rol relevante, el de contribuir a la estabilización de la economía, además de su objetivo central de estabilidad de precios y unificación de la moneda (incluidos los depósitos bancarios).
Dos hitos del siglo
En 100 años Banxico ha transitado por diversos períodos junto con la economía del país, sin embargo, de acuerdo con Banamex, se pueden identificar dos éxitos especialmente evidentes. Uno de ellos es el del llamado “desarrollo estabilizador” (1954-1970), y el otro es el periodo de estabilidad actual, «la estabilidad prolongada«, correspondiente a los años 2001 a 2025, periodo en el que la inflación ha sido baja y estable y los eventos negativos externos (recesión en EE.UU. en 2001, crisis financiera en EE.UU. en 2008-20009, o la pandemia), no derivaron, como en el pasado, en crisis de pagos, elevada inflación o depreciaciones cambiarias agudas y prolongadas.
El «periodo Eestabilizador», o desarrollo estabilizador, fue una política económica implementada en México entre 1954 y 1970, marcada por un crecimiento económico sostenido (llamado también el «Milagro Mexicano»). Entre sus principales características relacionadas con la economía destacaron: una inflación baja; estabilidad cambiaria, que se logró a través de una estrategia de industrialización por sustitución de importaciones; y un fuerte papel del Estado.
Si bien dicho modelo impulsó la industria y mejoró los indicadores económicos, también generó problemas de desigualdad, dependencia de las importaciones y una mayor deuda externa, que eventualmente derivaron en una crisis económica en la década de 1970. No obstante, el Banco de México nació y funcionó todos estos años como una entidad dependiente del gobierno federal.
Fue en el año de 1993, cuando se aprobaron cambios en la Constitución y la ley, que rediseñaron al Banxico bajo el concepto contemporáneo de autonomía. Entraron en vigor el 1o de abril de 1994 y se estableció que el objetivo prioritario del ente emisor sería la procuración de la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, señalando, además, las metas de estabilidad y adecuado funcionamiento del sistema financiero y de pagos.
Los primeros primeros años que siguieron al establecimiento de la autonomía, 1994-1995, fueron también los de una crisis bancaria, cambiaria, económica y de deuda externa. La reputación de Banxico y de las autoridades hacendarias mexicanas estaban afectadas por el inadecuado manejo de las políticas: bancaria, con bajos estándares de regulación y supervisión; cambiaria, a través de la cual permitieron una sobrevaluación del peso y emitieron bonos indizados a la paridad cambiaria como alternativa parcial a la subida de tasas; monetaria, al no elevar la tasa de interés de forma suficiente, en un contexto de fuertes alzas de la tasa de interés de Estados Unidos y riesgos políticos crecientes en México.
«Gradualmente, en el curso de pocos años, la supervisión externa ligada a los préstamos fue cediendo, en la medida que se estabilizaron las variables financieras, la inflación y las cuentas externas, y repuntó el PIB», explica Banamex en un análisis al respecto.
En el primer cuarto de siglo la estabilidad generada por Banxico es evidente, aunque también los mercados reconocen el mérito de la política fiscal de los gobiernos federales durante dicho periodo, y de la coordinación con Banxico en la política cambiaria.
Desde su autonomía, y hasta el 2002, la inflación en México fue de dos dígitos. De 2003 a la fecha, ha sido mucho más baja, de 4,5% anual, pero ese nivel aún está por encima de la meta de Banxico, que es de 3%. En la medida que la gente y los mercados financieros tengan confianza en que Banxico puede lograr la meta, ello le ayudaría a cumplir su rol para suavizar los ciclos económicos.
El gran reto
De acuerdo con Banamex, el gran reto de Banco de México, además de mantener los logros actuales y extender el periodo de estabilidad por generaciones, consiste en la creación de una moneda digital del banco central (MDBC). Hasta la fecha, no hay información por parte de Banxico sobre su propia proyección de crear una moneda digital del banco central para el público (MDBC minorista).
En abril del 2022, la gobernadora de Banxico dijo que esa moneda “podrá ser operada, de manera definitiva, en tres años”, lo cual no se ha cumplido ni se ha dado una explicación del proceso seguido, y en qué etapa se encuentra.
Hoy en día, de acuerdo con el BIS, de 93 bancos centrales encuestados, 85 están explorando ya sea una MDBC minorista o mayorista o ambas. El BIS también señala que, en general, los bancos están más avanzados con el proyecto mayorista (operaciones entre el banco central y los bancos privados y otros intermediarios financieros). Banxico participa en diferentes foros y con organismos internacionales como el BIS y el FMI.
Banxico señala que hay un auge a nivel global, y sobre todo en Estados Unidos, de las criptomonedas, y de las llamadas «monedas estables» (stablecoins). En el caso estadounidense, el gobierno rechaza por completo las MDBC (ya abandonó el aludido proyecto Agorá), e impulsa las monedas privadas digitales.
Banamex opina que Banxico debe tomar el liderazgo en México de la reflexión y regulación de estas monedas, y su relación con una eventual MDBC minorista y/o mayorista, así como con la tokenización potencial de los depósitos bancarios. El conjunto de temas es de gran relevancia, de acuerdo con los organismos internacionales como el BIS y el FMI. No sólo se trata de protegerse de los riesgos, sino también de dotar de eficiencia al sistema de pagos y financiero del país y proteger los mecanismos de transmisión de la política monetaria.