Aunque en las carteras de algunos fondos insignia de JP Morgan AM, la exposición emergente pueda ser testimonial, la valoración de Manuel Arroyo, director de Estrategia de J.P. Morgan Asset Management para España y Portugal, sobre la situación que atraviesa Latinoamérica no deja lugar a dudas sobre su preferencia por otras áreas como Europa del Este o Asia. “Con la excepción de México, Latinoamérica es la región con menor crecimiento dentro del mundo emergente”. Así, y aunque reconoce que la corrección en los mercados emergentes durante el verano ha sido en algunos casos “exagerada” y que podría ser un movimiento a corto plazo (“si se corrige pronto no tiene por qué afectar a compañías españolas”, comenta), cree que hay que ser muy selectivo a la hora de elegir en qué mercados emergentes posicionarse. Se acabó el todo vale.
En su estrategia de renta fija, después del verano en la gestora han evitado los llamados “cinco frágiles”, India, Indonesia, Turquía, Sudáfrica y Brasil, que han sufrido una fuerte devaluación de sus divisas debido a sus déficit por cuenta corriente y dependencia de las exportaciones, especialmente de materias primas –cuyo superciclo podría haber llegado a su fin-. “La situación macroeconómica de Brasil es delicada, pero eso no quiere decir que no haya oportunidades de negocio”, matiza. Por el contrario, la gestora es positiva con México, algo de Europa del Este y países asiáticos con perfil de mercados más desarrollados como Corea y Taiwán.
En general, es optimista con países que se benefician de la recuperación económica del mundo desarrollado, como México debido a la cercanía con Estados Unidos, y del consumo interno -Arroyo destaca la aceleración del consumo en el sector privado, tanto de hogares como de empresas, en algunas partes de Asia-. “China ha sido un foco de volatilidad y aún ha de acostumbrarse a su menor crecimiento pero estará más equilibrado, más orientado hacia el sector de servicios y otros más modernos como la tecnología o la aviación… y será más estable, con tasas de entorno al 6%-7%”, dice.
“Antes nos gustaba la deuda corporativa en divisa local pero tras la corrección vemos también oportunidades en deuda pública tanto en divisa local como en dólares o euros”, afirma Arroyo con respecto a los sectores más atractivos en deuda emergente, siempre incidiendo en la necesidad de ser selectivos y evitar los países con mayor debilidad. Porque, a pesar de la cautela, Arroyo niega que el mundo en desarrollo afronte una situación similar a la de los años 90. “Las economías están en mejores condiciones, con mayor nivel de reservas de divisas, menor dependencia de las exportaciones y menor deuda incluso con respecto al PIB que en el mundo desarrollado”, dice, descartando problemas de solvencia.
Apuesta por las bolsas
En renta variable, la gestora es neutral con el mundo emergente, aunque cree que tras las últimas caídas acabarán entrando de nuevo en esos mercados. La razón es que, en términos relativos, son más positivos con la renta variable del mundo desarrollado, empezando por Estados Unidos y siguiendo por Europa y Japón – la economía desarrollada que mejor lo hará-, debido a esa “descorrelación a la inversa” que se está produciendo y que marca un ritmo de mejoría económica en el mundo desarrollado mientras las preocupaciones siguen en los mercados emergentes. Y en general, apuesta fuerte por los activos de riesgo, tanto la renta variable como como la deuda de alta rentabilidad. “La renta variable global es el activo que mejor se ha comportado este año y pensamos que seguirá siendo así en los próximos trimestres”, explica Arroyo.
Y es que el entorno acompaña a las bolsas, tanto por la mejoría macroeconómica como por las políticas acomodaticias de los bancos centrales y las atractivas valoraciones. Arroyo menciona datos históricos que indican que la bolsa ha seguido una senda positiva incluso en momentos de subida de tipos, siempre que la rentabilidad del bono a 10 años estadounidense permanecía por debajo del 5%. “Con este indicador por debajo del 3%, y si se repite lo que ha pasado en la historia, aún habría mucho margen de subida de tipos para que las bolsas se vieran afectadas”, dice.
Pero Arroyo confía en una subida de tipos gradual, y no agresiva, entre otros motivos, porque no vislumbra un problema inflacionista. Aun así, ve riesgo en las duraciones demasiado largas en las carteras de renta fija y advierte de que hay muchos inversores que tienen riesgo en cartera y que deberían empezar a gestionar. Arroyo espera el tapering en EEUU para diciembre y con una reducción de entre 10.000 y 15.000 millones de las compras de deuda, algo que se producirá “por una buena razón”.
Bajada de tipos en Europa
Pero en Europa la situación podría ser diferente. “Nadie espera una subida de tipos. Incluso no sorprendería que hubiera una bajada si no hay crecimiento ni inflación”, dice, además de hablar de posibles estímulos adicionales por parte del BCE que podrían impulsar el crédito. Y es que aún el crecimiento es moderado, y aunque ya no se discute viabilidad de la unión, preocupa el empleo y la fluidez del crédito, pues el balance BCE se contrae por la devoución de la deuda bancaria. Por eso podría haber más estímulos, “estamos cerca del fin de la austeridad”, dice, lo que favorecería el crecimiento. “Si Europa crece, la pendiente de la curva se pronunciará, lo que favorecerá los márgenes de intermediación y la actividad de préstamos”.
Positivo con high yield
En renta fija, y además de mercados emergentes y deuda gubernamental de países desarrollados de corta duración –incluida la deuda de países periféricos como España, una apuesta relativa frente a Italia y Alemania que han jugado con buenos resultados-, la gestora es positiva con la deuda de alta rentabilidad. Aunque las tires están en mínimos y los diferenciales algo por debajo de la media histórica, la tasa de impago está en niveles muy bajos porque las compañías estadounidenses se han refinanciado y tardarán años en necesitar nueva liquidez. “No habrá mucho potencial por estrechamiento de diferenicales pero los fundamentales son sólidos y es el segmento de renta fija donde puede haber más valor. Estamos en este segmento por el cupón y porque la situación en compañías es la mejor en años”.
Una buena situación apuntalada por las positivas noticias macroeconómicas en un país del que Arroyo espera crecimientos del 2% y donde los desacuerdos políticos no enturbian esta realidad. Arroyo descarta la quiebra técnica a raíz del debate del techo de deuda, al igual que el consenso del mercado.