La reacción del mercado al resultado del referéndum griego ha sido bastante contenida estos días con una ampliación marginal de los diferenciales de los bonos periféricos y una pequeña bajada de las bolsas europeas, y con ligeras variaciones del euro frente al dólar.
Esta respuesta puede ser, para Giordano Lombardo, director de Inversiones de Pioneer, una combinación de dos factores. Por un lado, la esperanza, es decir, que el mercado cree que se alcanzará algún tipo de acuerdo para que Grecia permanezca en la zona euro y que evite el colapso del sistema financiero. Y por otro, que la probabilidad de que se produzca un efecto contagio es mínima gracias a las herramientas que tiene el Banco Central Europeo (BCE) para garantizar la estabilidad financiera de Europa.
Dado que las próximas medidas, de corte financiero, están en manos del BCE, “creemos que la acción más importante va a venir del frente político. Sobre todo porque no es probable que el BCE pueda soportar él solo toda la responsabilidad de este asunto”, explica Lombardo. En este sentido, cabe esperar una amplia coordinación de todas las autoridades europeas sea cual sea el resultado final.
Si en los próximos días el gobierno griego y las instituciones europeas no alcanzan ninguna clase de acuerdo, Lombardo recuerda que Grecia incurrirá en impago técnico, esta vez con el BCE en lugar de con el FMI. Esto pondrá más presión sobre el ya estresado sistema bancario griego, al que se le agotarán los euros, obligando a introducir un sistema de pago paralelo, como pagarés, para cumplir con los salarios y pensiones a final de mes. Éste será un paso significativo hacia el Grexit.
“Este sistema de pago paralelo probablemente empezará notar la presión poco después, lo que llevaría a un aumento de la inflación y a malestar social. En cuanto a las implicaciones de inversión en este escenario, la probabilidad de un Grexit ha aumentado sustancialmente en los últimos días”, dice el director de Inversiones de Pioneer. Las consecuencias financieras de este escenario son difíciles de predecir, pero ninguna es positiva.
UE sí, eurozona no
Otra de las opciones que maneja Pioneer es que Grecia permanezca en la Unión Europea pero se vea obligada a abandonar la eurozona. Dada la posición estratégica de Grecia en un contexto geopolítico (proximidad a Turquía, a las fuerzas extremistas del Estados Islámico en el norte de África, las relaciones con Rusia, etc.) Europa podría decantarse por seguir respaldando al país heleno con ayuda económica para mantener el país en la Unión Europea, aunque no ya en la zona euro.
En este escenario, la presión de Estados Unidos jugaría un papel importante. Las consecuencias financieras de este escenario son similares, pero implican menos riesgos políticos.
Por último, Pioneer también ha considerado las consecuencias de un acuerdo, aunque la firma recuerda que el resultado y la agenda de las negociaciones es muy difícil de predecir en esta etapa. En Alemania (pero también en otros países del norte de Europa) la insistencia en la reestructuración de la deuda griega es particularmente difícil de digerir y los líderes tienen que lidiar con la oposición interna. Por otro lado, la posición de primer ministro griego Tsipras, pese al aumento doméstico de su popularidad, es más débil ahora con las instituciones de la Unión Europea después de la última ronda de negociaciones. La renuncia del ministro griego de Finanzas Varoufakis es probablemente un signo positivo.
“En conclusión, aunque en el largo plazo somos positivos con el futuro del proyecto europeo, a corto plazo continuará la incertidumbre asociada a estos tres posibles escenarios. Esta incertidumbre puede tener su impacto en las políticas monetarias de los principales bancos centrales, en particular de EE.UU. y Reino Unido, lo que podría favorecer a los activos de riesgo”, explica el director de Inversiones de Pioneer.