Con una comisión media del 0,15% y ante la perspectiva de que los tipos de interés continuarán bajos durante algún tiempo, las principales firmas de vehículos pasivos no descartan un escenario en el que estos productos, que se limitan a replicar índices bursátiles, carezcan de comisiones.
«En los últimos tres años los costes de la gestión pasiva han bajado un 7% frente al 3% que han bajado las comisiones de la gestión activa. Que haya esta guerra de precios es, sin duda, bueno para el inversor», ha afirmado Juan San Pío, director comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica, durante el reciente Morningstar Investment Conference 2019 celebrado en Madrid.
Sin embargo, a la hora de hablar de coste cero hay que tener en cuenta que el coste total del ETF va más allá de la comisión de gestión y hay otros muchos factores que afectan a su eficiencia. De hecho, según San Pío, «el coste que hay que analizar es el tracking difference, donde está incluido el TER, pero también otros factores que afectan a la eficiencia del producto».
En opinión de Ana Concejero, responsable de SPDR ETFs en España, está claro que todo el mercado puede operar a coste cero y pone como ejemplo el mercado estadounidense, donde el peso de la gestión pasiva es mucho mayor que en Europa. «La evolución del mercado americano nos lo dice. Es un mercado muy competitivo, con bajos márgenes y que ha pretendido fidelizar al cliente con estos precios para venderle otros servicios como el asesoramiento», ha explicado. Según esta experta es importante, sin embargo, identificar qué se sacrifica con la rebaja de costes.
Para Aitor Jauregui, responsable de negocio de BlackRock Iberia, lo importante en el negocio de la gestión indexada es diferenciar el uso que se hace de los vehículos. «Los usos de los ETFs son muy diversos y actualmente se están utilizando mucho para gestionar la liquidez en los fondos multiactivo ante una eventual salida de dinero. En función del uso que se les dé a los vehículos indexados, las comisiones de gestión podrían variar», ha señalado.
Además, para Jauregui, a la hora de establecer comisiones en la gestión indexada la escala se convierte en «algo muy importante» y «hay diferentes números para estipular a partir de qué cantidad una gestora de ETFs es rentable».
¿Puede servir un ETF para invertir a largo plazo?
Para la mayoría, el ETF es un vehículo de inversión destinado a la operativa intradía, pero la realidad es que el 60% está en inversiones a largo plazo. Como explica San Pío, «en 2019 las inversiones tácticas han superado por muy poquito a la inversión a largo plazo, pero se debe a que es por el lanzamiento de productos más tácticos, por el propio desarrollo de la industria y la gama de productos».
El 90% del negocio de ETFs se concentra actualmente en inversores institucionales, gestoras, fondos de pensiones y banca privada. «Si un inversor profesional lo utiliza debería estar más al alcance de todos los inversores y el hecho de que no son fiscalmente traspasables está en el origen del poco éxito que tienen todavía entre los inversores minoristas», ha explicado César Muro, especialista de inversión de DWS. Para Concejero, de hecho, el asunto de la fiscalidad «nos pone a la zaga de la digitalización de la inversión».
La industria, no obstante, destaca la principal ventaja del producto en los momentos en que el mercado entra en pánico. «Cuando hay un incendio, la primera puerta que se abre es la del ETF», concluye Muro.