El reto del agua y el saneamiento conforman uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas desde 2016. Y en este nicho hay oportunidades de inversión, también a través de ETFs. El agua es un elemento vital; no solo para sustentar la vida, sino también para el desarrollo de nuevas tecnologías e industrias. En opinión de First Trust, la infraestructura hídrica representa “una oportunidad de inversión atractiva”, impulsada por nuevos catalizadores y tendencias emergentes, como la fabricación con alto consumo de agua; el cambio a la refrigeración líquida para los centros de datos de inteligencia artificial y la fracturación hidráulica en el sector energético.
La firma explica que la reindustrialización de la economía estadounidense provocará un aumento drástico de la demanda de agua en los próximos años, especialmente en sectores que consumen grandes cantidades del líquido elemento, como la fabricación de semiconductores. Y a medida que estos y otros proyectos proliferen, en First Trust prevén que se necesitarán “inversiones sustanciales” en infraestructura hídrica.
Además, los avances en la IA generativa han captado la atención del mundo. Para satisfacer las crecientes demandas de rendimiento de la IA, se espera que la capacidad de los centros de datos globales crezca un 52% entre 2024 y 2027. En este entorno, mantener refrigerados los procesadores de alto rendimiento de los centros de datos supone un reto importante para los sistemas tradicionales de refrigeración por aire, lo que ha llevado al sector a optar por la refrigeración líquida. Aquí la cita cita unas estimaciones de JLL, en las que apuntan a que la refrigeración híbrida -70% líquido y 30% aire- “se ha convertido en la estrategia estándar de gestión térmica para los nuevos centros de datos”.
Asimismo, la fracturación hidráulica (“fracking”) también sigue siendo un importante motor de la demanda de infraestructuras hidráulicas, en opinión de First Trust. El fracking consiste en inyectar agua a alta presión, arena y productos químicos en formaciones rocosas subterráneas para extraer petróleo y gas. Un solo pozo fracturado puede consumir entre 1,5 y 16 millones de galones de agua.
Además, el fracking produce “agua de fracturación”, un subproducto tóxico compuesto, que requiere un tratamiento mediante tecnologías como la microfiltración y la ósmosis inversa. “Desde el abastecimiento de agua hasta su tratamiento, transporte y control, los procesos de fracking, que consumen grandes cantidades de agua, generan una demanda considerable de recursos hídricos”, apuntan en la firma.
A la luz de estas tendencias emergentes, resulta importante invertir en la infraestructura hídrica de Estados Unidos. El informe de 2025 de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE) sobre el estado de las infraestructuras de Estados Unidos otorgó malas calificaciones a las infraestructuras hidráulicas, incluyendo un aprobado raspado para el agua potable, un aprobado alto para las aguas residuales y un suspenso para las aguas pluviales.
Esto refleja décadas de inversión insuficiente, ya que los datos de la Oficina Presupuestaria del Congreso muestran que el gasto en infraestructuras hidráulicas solo ha crecido un 0,3% en los últimos 20 años. La ASCE prevé que se necesitarán 1,65 billones de dólares de inversión en infraestructuras de agua potable, aguas residuales y aguas pluviales entre 2024 y 2033. Con solo 655.000 millones de dólares financiados, “el déficit de financiación restante de 1 billón de dólares representa el mayor de todos los sectores de infraestructura”.
Los inversores pueden beneficiarse de estas macrotendencias a través de la inclusión en las carteras de ETFs que invierten en este tipo de industrias relacionadas con el agua. Uno de ellos es el First Trust Water ETF, que cotiza en el NYSE. Replica el índice ISE Clean Edge Water, compuesto por 36 acciones centradas en los sectores del agua potable y las aguas residuales, incluyendo la distribución de agua, el desarrollo de infraestructuras, la purificación y la filtración, así como servicios relacionados, como la consultoría, la construcción y la medición.
También, el iShares Global Water UCITS ETF U.S. Dollar (Distribución) de BlackRock, que replica la evolución del índice S&P Global Water Index. Este año su valoración ha aumentado algo más del 15% con la inversión en empresas implicadas en el sector mundial del agua, tanto en mercados desarrollados como emergentes. Como complemento, Amundi cuenta con el Amundi MSCI Water UCITS ETF Dist, que tiene como objetivo replicar la evolución del MSCI ACWI IMI Water Filtered Index.
Otra opción es el Invesco Water Resources ETF, que se basa en el índice Nasdaq OMX Global Water Index, y busca replicar el rendimiento de empresas que cotizan en las bolsas mundiales y que producen productos diseñados para conservar y purificar el agua para hogares, empresas e industrias. Este ETF cotiza en el Nasdaq.