Los gestores de activos europeos recurren cada vez más a los fondos cotizados (ETFs) de gestión activa como respuesta a la creciente presión ejercida por los vehículos pasivos de bajo costo y al cambio en las expectativas de los inversores, según el último análisis de mercado de Samira Farzad, directora de Desarrollo de Negocios en HF Quarters.
La experta explica que esta transición está impulsada por la necesidad de revitalizar las ofertas de productos y mantener la relevancia en un panorama financiero altamente competitivo y en constante evolución. «Los ETFs activos han surgido como una solución viable para los gestores que enfrentan una demanda menguante por los fondos mutuos tradicionales«, sentencia.
La previsión que tienen los expertos sobre este mercado es muy positiva. Con activos bajo gestión que alcanzaron los 54.000 millones de dólares estadounidenses a finales de 2024, y con previsiones de duplicarse para finales de 2025, su ascenso se ve impulsado por el apetito de los inversores por la liquidez, la transparencia y la generación de alfa en un entorno macroeconómico volátil. Reflejando este impulso, varias firmas prominentes han entrado en este espacio recientemente como, por ejemplo, Goldman Sachs Asset Management, iM Global Partner o MFS IM.
Según Farzad pese a que esta tendencia toma fuerte, tiene por delante numerosos retos. En su opinión, uno de los más relevantes tiene que ver con la baja tasa de adopción por parte de los inversores institucionales europeos, ya que solo un 27% los usa. Además, apunta, persisten preocupaciones en torno a la consistencia del rendimiento, las estructuras de costos y la complejidad regulatoria. Sin embargo, muchos están considerando su inclusión en carteras.
«Paralelamente, Luxemburgo ha eliminado los impuestos de suscripción y aprobado modelos de cartera semitransparentes en un intento por reafirmarse como un centro líder de fondos e impulsar la innovación en ETFs. Estas iniciativas podrían ayudar a estimular el crecimiento de este segmento”, afirma la experta.
Con un mercado europeo de ETFs que se proyecta superará los 4,5 billones de dólares para 2030, los ETFs activos están consolidando rápidamente su papel como un puente entre la gestión activa y la eficiencia operativa, aunque el riesgo de rendimiento y los costos más elevados en comparación con los ETFs pasivos siguen siendo motivo de preocupación para los inversores, concluye la analista.