Un nuevo estudio revela disparidades significativas en cómo la deuda por préstamos estudiantiles afecta el bienestar financiero, la preparación para la jubilación y las decisiones profesionales de los empleados del sector público en comparación con los del sector privado.
Basado en una encuesta a más de 2.000 trabajadores, el Instituto de Investigación MissionSquare identificó la necesidad de implementar más programas de apoyo impulsados por los empleadores en ambos sectores.
Según el informe, titulado Cómo los Recursos Proporcionados por el Empleador Pueden Potenciar el Impacto de la Deuda Estudiantil entre Sectores, el 43% de los empleados del sector público tienen actualmente deuda estudiantil, frente al 36% de los empleados del sector privado.
A pesar de soportar una mayor carga, los empleados del sector público suelen beneficiarse de más opciones de ayuda, como el Programa Federal de Perdón de Préstamos por Servicio Público, un beneficio del que muchos afirman no haber recibido información por parte de su empleador.
Aunque los saldos pendientes afectan económicamente a ambos grupos, los empleados del sector privado son más propensos a sufrir dificultades financieras incluso después de haber saldado sus préstamos, un fenómeno que el estudio denomina “efecto de sobrecarga de deuda”. Este efecto incluye el retraso en las aportaciones a la jubilación, una menor inversión y la postergación de compras importantes.
“Nuestro estudio demuestra que los recursos proporcionados por los empleadores y las mejoras en las políticas pueden ayudar a mitigar los efectos financieros a largo plazo de los préstamos estudiantiles, permitiendo a los empleados construir un futuro financiero más seguro”, explicó Zhikun Liu, vicepresidente y director del Instituto MissionSquare.
El informe también revela que el 48% de los encuestados aseguró que su empleador no ofrecía ningún recurso para la gestión de deudas, cifra que asciende al 49% en el sector privado y al 42% en el sector público. Además, menos del 29% de los empleados públicos fueron informados por su empleador sobre el programa PSLF.
A pesar de tener mayor acceso a programas de condonación, el estudio subraya una falta generalizada de comunicación y compromiso por parte de los empleadores del sector público.
“Para mejorar los resultados financieros de todos los trabajadores, los empleadores y responsables políticos no solo deben ofrecer estos recursos, sino también asegurarse de que los empleados comprendan cómo acceder y utilizarlos”, añadió Liu.
El estudio insta a los empleadores de ambos sectores a ampliar los servicios relacionados con la educación financiera, la asesoría personalizada y las herramientas para la gestión de deudas. Para las instituciones públicas, mejorar la comunicación sobre los criterios de elegibilidad y el proceso de solicitud del PSLF es clave. En el caso del sector privado, implementar medidas básicas de apoyo para la deuda estudiantil podría aliviar la presión financiera a largo plazo sobre sus trabajadores.
A medida que la deuda estudiantil continúa influyendo en las trayectorias financieras a largo plazo, el informe presenta un argumento sólido a favor de soluciones lideradas por los lugares de trabajo para reducir su impacto en la fuerza laboral estadounidense.