Conforme se acerca el final de año, los inversores estadounidenses tienen la oportunidad de alinear sus objetivos financieros con sus valores filantrópicos. Al incorporar las donaciones benéficas en sus planes financieros, pueden apoyar causas que les importan y, al mismo tiempo, acceder a importantes beneficios fiscales, señala un informe de Vanguard.
Las donaciones benéficas pueden adoptar diversas formas, desde donaciones en efectivo hasta contribuciones en especie. Las donaciones en especie se refieren a activos no monetarios que se donan directamente a una organización benéfica, como bienes inmuebles, obras de arte y, más comúnmente, valores.
Donación de activos revalorizados
Una de las maneras más efectivas para los inversores es donar valores públicos revalorizados. Esto implica transferir la propiedad de acciones, bonos o fondos mutuos que cotizan en bolsa y que han aumentado su valor desde su adquisición a una organización benéfica. Este enfoque ofrece muchas ventajas, entre ellas:
Mayor eficiencia fiscal. Los donantes pueden deducir el valor justo de mercado de sus valores en la fecha de la donación, que puede ser significativamente superior al precio de compra original.
Evitar el impuesto sobre las ganancias de capital. Al donar los valores directamente a la organización benéfica, en lugar de venderlos y luego hacer una donación en efectivo con las ganancias, los donantes evitan pagar impuestos sobre las ganancias de capital por la apreciación.
Mayor importe de la donación. A menudo, los donantes pueden hacer una donación mayor con este método que si donaran en efectivo.
Donar valores apreciados, un proceso sencillo
Los inversores cuyas carteras han sobreponderado ciertos valores podrían considerar donarlos en especie como parte de un reequilibrio periódico.
Donar valores apreciados es un proceso sencillo. Los inversores pueden trabajar con su asesor financiero o directamente con la organización benéfica para iniciar la transferencia. Es importante confirmar que la organización benéfica esté capacitada para aceptar valores y que los activos donados no estén sujetos a restricciones ni períodos de tenencia.
Para que el donante pueda deducir el valor de la donación del impuesto federal sobre la renta, la organización benéfica debe ser una organización calificada según el Código de Impuestos Internos (IRS). Los inversores pueden utilizar la herramienta en línea del IRS, Búsqueda de Organizaciones Exentas de Impuestos, para verificar la condición de la organización benéfica.
“En lo que respecta a las donaciones benéficas, los beneficios de donar valores revalorizados son evidentes”, afirma Garrett Harbron, director de estrategias de gestión patrimonial asesorada de Vanguard y uno de los autores del informe de investigación «Fundamentos de las Donaciones Benéficas: Cómo aprovechar al máximo sus donaciones».
“Los donantes no solo reciben una deducción fiscal por el valor justo de mercado de los valores, sino que también evitan el impuesto sobre las ganancias de capital por la revalorización. Esto beneficia tanto al donante como a la organización benéfica”, añade.
Donar valores revalorizados es una forma estratégica para que los inversores apoyen sus causas filantrópicas y, al mismo tiempo, reduzcan su carga fiscal. Al transferir la propiedad de estos activos directamente a una organización benéfica cualificada, los donantes pueden maximizar el valor de su donación y evitar impuestos sobre las ganancias de capital.
“Ahora es un buen momento para que los inversores revisen sus estrategias de donaciones benéficas y vean si donar valores revalorizados les conviene”, afirma Harbron. “Para muchos inversores, puede ser una forma fiscalmente inteligente de generar un impacto significativo”, concluye el experto.


Por Alicia Miguel Serrano
