En plena evolución del perfil del inversor moderno, la green fintech española Crowmie, especializada en proyectos de inversión en infraestructuras de generación de energía renovable, especialmente de energía fotovoltaica, irrumpe con una propuesta que no solo busca rentabilidad, sino sentido. La compañía, pionera en ofrecer acceso directo a inversiones en infraestructuras de energía renovable, lanza oficialmente su nuevo posicionamiento estratégico basado en invertir bien para vivir mejor.
Este enfoque redefine su propuesta de valor, situando el propósito vital del inversor en el centro de la experiencia financiera, alineando estrategia, impacto y bienestar.
El propósito como motor de inversión
Con un inversor minorista cada vez más consciente, informado y exigente, Crowmie plantea una disrupción necesaria en el sector financiero: invertir no solo como medio para generar beneficios, sino como herramienta para construir una vida con más libertad, tiempo y elección.
“La fórmula LET (Libertad – Elección – Tiempo) da nombre a una filosofía que transforma el enfoque tradicional de acumulación de capital”, explica Pablo Valverde, CMO de Crowmie. “Lo que realmente cambia la vida no es cuánto tienes, sino qué haces con ello. En Crowmie ayudamos a multiplicar patrimonio, sí, pero sobre todo a ponerlo al servicio de una vida con más sentido”.
El lema que articula esta visión «Invertimos en energía con el propósito de vivir mejor» está resonando con una nueva generación de inversores que exige propósito, impacto y retorno.
La teoría del 15 %: base técnica de una buena inversión
Más allá del relato emocional, la propuesta de Crowmie se fundamenta en datos sólidos. De acuerdo con Goldman Sachs, los grandes patrimonios asignan hasta un 45% de su cartera a inversiones alternativas. De ese porcentaje, al menos un 15% debería destinarse a activos energéticos, un terreno históricamente inaccesible para el inversor minorista.
Crowmie cubre ese vacío con proyectos desde 5.000 euros, retornos anuales del 9,5% y contratos PPA a largo plazo, haciendo que este tipo de activo hasta ahora reservado a fondos institucionales, sea accesible, transparente y rentable para cualquier inversor consciente.
Cada proyecto de Crowmie está estructurado con un enfoque de mínimo riesgo y alta transparencia. Gracias a este modelo, más del 90% de los inversores elige reinvertir en nuevos proyectos, impulsando tanto su rendimiento financiero como la sostenibilidad del sistema energético. El modelo consiste en un aval bancario que cubre seis meses de ingresos, contratos de compraventa de energía (PPA) de hasta 25 años con empresas reales, planes de contingencia energéticos para mitigar impagos, retorno mensual a través de préstamo participativo, acceso a un entorno privado de intercambio para garantizar liquidez y una opción de reinversión para activar el interés compuesto.
Inversión real para una transición energética real
Con más de 600 inversores activos en 35 países y más de 7 millones de euros financiados en proyectos industriales de energía solar, Crowmie no solo genera beneficios, acelera la transición energética.
Sus plantas solares instaladas en cubiertas industriales abastecen directamente a empresas de alto consumo energético, reduciendo su dependencia de la red y contribuyendo a un modelo energético más limpio, descentralizado y eficiente, explican desde la entidad.