Tener un portfolio con valoraciones atractivas, que crece y sin deuda “es como tener un tanque”. Así de explícito es Sergio García, socio fundador de Qualitas Funds. En la actualidad comercializan un fondo de fondos muy diversificado, otro de coinversiones, también muy diversificado pero de menor tamaño y una tercera estrategia de deuda NAV. El acuerdo con la estadounidense P10 se ha completado recientemente con éxito y ahora se abre una etapa de crecimiento para la compañía española. García tiene esperanzas en la democratización de la inversión en los mercados alternativos, pero espera que arranque antes en las firmas con tamaño y multiproducto que en las más pequeñas.
¿Qué perspectivas veis en el mercado de alternativos?
Qualitas Funds cuenta con dos décadas de vida, por lo que hemos vivido todo tipo de crisis y siempre nos ha ido bien por las características de nuestra estrategia, es decir, entramos en compañías que crecen al 20%, con descuento, y sin apalancamiento, por lo que nos da igual la situación económica. Por lo tanto, el futuro a corto plazo lo veo igual que el pasado: no dependemos de las estrategias del ciclo. Ahora los alternativos están de moda porque dan un retorno alto, descorrelacionado con el mercado y eso le gusta a todo el mundo. Sobre todo, en un contexto en el que es difícil prever la evolución de la macroeconomía y los impuestos van al alza. Por lo cual no vale con que el patrimonio crezca al 1% o al 2%. Pero es importante que cualquier cartera de alternativos esté diversificada para que el ciclo económico afecte menos al rendimiento de la cartera. Teniendo esto en cuenta, invertimos en empresas en crecimiento, en estrategias que crecen por encima de la media de la economía, como tecnología o healthcare. Además, hay estrategias que van mejor en las crisis: existen muchos sectores que necesitan un proceso de consolidación para mejorar la productividad, con un impacto positivo en la inversión. Y en situaciones de crisis económica es más fácil hacerlo. Por otro lado, no usamos la deuda para generar valor, sino el crecimiento de la compañía, por lo que si la deuda se encarece o el ciclo cae, nos beneficia estar poco apalancados.
¿Veis tendencias positivas en el mercado?
Hay que tener en cuenta que siempre voy a referirme al mid-market, que es donde nosotros operamos. Aquí vemos una oportunidad para seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, sin perder dinero ni siquiera en las crisis. El mid market nunca para de crecer, siempre hay desequilibrio entre oferta y demanda, favorable a los compradores. La razón es que las pymes constituyen el tejido empresarial mundial y los grandes fondos dejan de comprar este tipo de compañías. Nuestro socio en Estados Unidos, P10, lleva casi 25 años haciendo exactamente lo mismo a través de RCP; ya van por la edición 19 de su fondo y es una estrategia estable con poca volatilidad.
¿Por qué el mid-market?
Hay poca competencia y activos muy buenos. Todas las empresas grandes que ahora gustan, antes fueron pequeñas y crecieron muy rápido. Las compañías grandes, aunque sean buenas, no crecen al 20%. Compramos a ocho veces deuda neta con respecto al ebitda, por lo que, en un momento malo del mercado en el que caen las valoraciones en general, a nosotros nos afecta en menor medida. Adquirimos activos de alta calidad a múltiplos muy bajos.
¿Están en deuda privada?
Sí, pero también de compañías de mucha calidad. Tenemos un fondo de deuda NAV, que es novedoso en Europa. No consiste en entrar en deuda directamente, sino en dar deuda a un fondo que, por debajo, tiene 6-8 compañías. De esta forma, no estás apostando a una sola empresa. Además, cuenta con la garantía de todo el fondo y consigue un retorno neto atractivo, ya que paga un cupón del 5%-6% neto (los alternativos, en general, no hay visibilidad de los retornos) todos los años. Es como si tuvieras unas Letras del Tesoro, por lo que el inversor puede planificar los flujos de caja. Además, el ratio de apalancamiento es muy bajo: el loan to value está entre el 7% y el 8%, es decir, que tenemos entre 11 y 12 veces el préstamo en garantía. Es novedoso en Europa porque para los fondos de tamaño medio no existe esta solución. En Estados Unidos llevan más de 10 años desarrollando este tipo de préstamos. De hecho Hark Capital, uno de los afiliados de nuestro socio P10, es uno de los artífices de esta solución. Nosotros, hemos entrado en esta fórmula de la mano de Hark Capital para lanzarlo en Europa. Este tipo de operaciones sí las hacemos en España.
¿En qué tipo de situaciones usan los fondos este tipo de deuda NAV?
Hay fondos que tienen una compañía en cartera, lo que llamamos un “mirlo blanco”, que no para de crecer. Pero ese crecimiento le cuesta dinero al fondo, debe seguir aportando capital. Y existen tres formas de abordar estas inversiones. Una, es dar entrada a coinversores, pero asignar valor a un activo privado al que entra nuevo capital puede generar un conflicto con inversores más antiguos. La segunda opción son los fondos de continuación, pero, a veces, generan conflictos de interés. Y la tercera, la deuda NAV. Es deuda, no capital, por lo que se evitan los conflictos de valoración. Además, se otorga al fondo, no a la compañía. Esta fórmula es rápida, no crea conflictos de interés y genera rentabilidades altas. No hemos tenido, además, impagos. Esa deuda debe darse a la compañía en cuestión, pero el préstamo cuenta con la garantía del resto de compañías del fondo. Estamos tan convencidos con este fondo que mi socio Eric Halverson y yo hemos invertido 20 millones. Es decir, el equipo de Qualitas Funds tiene a día de hoy 80 millones invertidos en los fondos; y en este vehículo de deuda NAV, que tiene un objetivo de 50 millones, nosotros hemos invertido 20. Está destinado a inversores profesionales, pero vamos a abrirlo próximamente a inversores retail.
¿Cuáles son vuestros proyectos a corto y medio plazo?
Nosotros, todos los años, vamos renovando todas las estrategias. En el fondo de fondos, todos los años y todo el tiempo hay un fondo levantándose. Y en el momento en el que se cierra uno, se abre el siguiente, porque estamos invirtiendo continuamente. Seguimos este proceso porque una de las grandes críticas del private equity es que levantas un fondo, pagas comisiones y el dinero se queda parado. Pero hace años que una de las medidas que tomamos es levantar fondos más pequeños, pero de una forma más rápida y a colocarlos antes. Nuestra obsesión es levantar fondos continuamente, que la gente vaya invirtiendo, aunque sea de poquito, en cada fondo, lo que permite que los flujos de entrada y salida se equilibren y que el patrimonio de nuestros clientes esté trabajando todo el tiempo. De tal manera, que tengamos constantemente productos en el mercado y que nuestros clientes repitan. De hecho, el 85% lo hacen y creo que cuando la gente entiende el impacto que tiene esto, se vuelven absolutos convencidos. Tenemos tres patas complementarias que, de momento, no vamos a ampliar. Eso sí, nuestro tícket mínimo es de 100.000 euros, pero estamos viendo cómo vamos dando acceso a otro tipo de tíckets.
¿Que va a suponer para Qualitas Funds la entrada de la estadounidense P10?
La estrategia de Qualitas Funds pivota, desde hace más de dos décadas, alrededor de la inversión alternativa en el mid market. Uno de los grandes retos de Eric y míos es que queremos seguir haciendo esto porque creemos que es la parte más interesante de la inversión en alternativos. Aunque gestionamos 1.000 millones de euros, no deja de ser una cantidad pequeña dentro de un universo que es gigantesco. Yo quiero dar un servicio a los clientes mucho más integral. Con P10, tenemos la enorme ventaja de contar con un gestor que lleva casi 25 años liderando operaciones de mid market, tiene 25.000 millones de dólares bajo gestión en estrategias totalmente afines y coherentes. Y para nosotros esto es muy importante, nos permite mantener esta propuesta de valor a nuestros clientes, pero a otra escala. ¿En qué se nota? En todo. Hay muchas áreas de nuestro trabajo en las que tener escala hace que los procesos sean más eficientes: constitución de vehículos, temas de recursos humanos, de seguridad, formación, etcétera. Sin olvidar la mayor capacidad para analizar datos y variables de las operaciones para detectar predictores de éxitos futuros: nuestra base de datos incluye 20.000 transacciones y la de P10, un total de 50.000 transacciones. Con ambas, la capacidad para analizar es muy grande. Nos ayuda en las operaciones de inversión, fundraising, etcétera. Lo diferencial de P10 es coger todo lo bueno del mid market (mercado imperfecto, más oportunidades, más rentabilidad) y unirlo a lo que dan los grandes fondos, que es cobertura global y oferta de productos completa. Hemos conseguido ser uno de los principales gestores de mid market a nivel europeo. El proyecto que tenemos ahora con P10 es que queremos liderar el mid market a nivel global. Y es un proyecto único en el mercado y en los próximos años deberíamos ver el impacto.
¿Qué desafíos afronta la industria de la inversión en activos alternativos?
Una de las cosas que yo he visto en los últimos años es que me da la impresión de que algunos gestores de private equity en Europa siguen anclados en cómo se hacía la inversión alternativa hace 20, 30 o incluso, 35 años. Te hablan de “contactos personales”, que no digo que no funcione, pero es lo que se ha hecho toda la vida. Hay muchas herramientas que se han implantado en otros sectores y que en muchos casos, en la inversión alternativa no. Los gestores punteros tienen un enfoque totalmente distinto, utilizan herramientas a su disposición.
Por lo tanto, ¿habrá más movimientos corporativos?
No estoy seguro. En cualquier mercado a medida que se vuelve más competitivo, hay que desarrollar habilidades distintas. No veo mucho futuro al enfoque artesanal que en muchos casos se da en el private equity. Si no se hace algo distinto, no se consiguen retornos superiores al mercado. Hace falta que se introduzcan herramientas, se sofistiquen los procesos y el enfoque y se especialicen los fondos. No hay que olvidar que las grandes gestoras de alternativos ya cuentan con el mejor talento y están súper especializadas, por lo que no hay diferenciación entre ellas. Pero en los fondos pequeños esto no ha ocurrido aún. Muchos son generalistas, y son buenos, pero hace falta un enfoque diferencial utilizando las nuevas herramientas. Y los gestores que lo están haciendo obtienen retornos diferentes.
¿Cómo ve la democratización de los mercados alternativos?
Antes decíamos que el private equity ha obtenido buenos retornos con baja volatilidad. Esto le gusta a aseguradoras y fondos de pensiones, pero también al inversor minorista. Ahora hay un marco regulatorio que hace cinco años no existía. Sin embargo, queda la segunda parte, que es la parte operativa desde el punto de vista de los fondos, que incluye la educación. Y aquí insisto en la diversificación. Es decir, tener varias posiciones y que no estén correlacionadas entre ellas. Para la democratización de este activo es muy importante que los inversores retail que inviertan en este marco normativo lo hagan de una manera diversificada. También, que no lo hagan con un potencial de caída importante. Y esta parte depende de los intermediarios. No son malos activos para este tipo de clientes. Luego hay otra parte, que no afecta a Qualitas, que es la parte operativa. Esta ha ido detrás de la normativa: muchos fondos no tienen infraestructura para ofrecer estos productos a los minoristas. Tenemos 1.300 inversores, pero otros fondos tienen muchos menos. Por lo tanto, hay fondos que aún no están preparados y aquí va a haber un desarrollo. La democratización empezará por las firmas grandes o gestoras multiactivos como Qualitas Funds, AltamarCAM o Arcano, que al final tiene esa infraestructura. Es más difícil que esa democratización empiece por gestoras más tradicionales con pocos inversores. Claramente, la democratización va a funcionar.
Para terminar, ¿puede contarnos cómo nació Qualitas Funds?
En Qualitas Funds llevábamos trabajando más de una década en mid market con un fondo directo. Pero llegó la crisis del 2008 y, después, la de 2012. En ambas nos fue muy bien, pero a mi me asustó. Ese fondo directo ganó mucho dinero, fue uno de los mejores de España y de Europa, pero Eric y yo nos sentamos y nos preguntamos cómo habíamos sobrevivido con tan buenos retornos en un contexto tan complicado. Y ahí vimos que habíamos hecho cosas distintas. Hicimos mid market: no perdimos dinero porque compramos compañías a buen precio. Además, estábamos diversificados con compañías internacionalizadas. Unas empresas que compramos a múltiplos atractivos y con poca deuda. Queríamos seguir haciendo esto. Con los años, le dimos una capa más de tranquilidad con un fondo de fondos enfocado en empresas europeas. Todo ha desembocado en que nuestras presentaciones giran alrededor del lema “tranquilidad y retorno”.