La tokenización de activos financieros está cobrando fuerza a nivel global. Incluso desde la industria se escuchan voces que hablan claramente de cómo esta tendencia cambiará el futuro de las finanzas. Por ejemplo, recientemente, Larry Fink, CEO de BlackRock, afirmaba que “la tokenización de los activos financieros marcará el comienzo de una nueva era para los mercados financieros”. En este sentido, BlackRock lo considera una auténtica transformación estructural, capaz de hacer los mercados más eficientes, transparentes y accesibles.
Esta es precisamente la visión que ha impulsado y que impulsa el proyecto francés Lise (Lightning Stock Exchange), que está dando vida a esta transformación con el lanzamiento de la primera bolsa de valores nativamente tokenizada de Europa. Con la autorización concedida por la ACPR el pasado 16 de octubre, en coordinación con el Banco de Francia, la AMF, ESMA, el Eurosistema y el BCE, bajo el Régimen Piloto DLT europeo, Lise (Lightning Stock Exchange) se ha convertido en la primera bolsa de valores creada en Francia en casi 100 años, en la primera bolsa que opera 24/7 y la primera infraestructura europea que ofrece, en blockchain, la integración completa de las funciones de mercado (MTF) y post-contratación (CSD).
Según explican sus impulsores, su modelo permite liquidación instantánea, negociación continua y acceso abierto en tiempo real para todos los participantes. “Con Lise vamos un paso más allá: estamos construyendo una infraestructura verdaderamente tokenizada y aportando una respuesta concreta a los desafíos de la UE, especialmente en la conexión entre ahorro y economía real”, afirma Mark Kepeneghian, CEO de Lise.
El proyecto cuenta con el respaldo de inversores de primer nivel, como CACEIS (Crédit Agricole Group), BNP Paribas y Bpifrance, y está orientado a pymes y medianas empresas europeas, ofreciendo una alternativa de financiación moderna y eficiente. La plataforma prevé sus primeras salidas a bolsa (IPOs) a principios de 2026, consolidando a Lise como un actor pionero en la digitalización de los mercados de capitales europeos.



Por Alicia Miguel Serrano